ÁSI, JESòS!

Una introducci—n a las doctrinas de la gracia

 

por

Roger Smalling, D.Min.

 

Disponible en KINDLE

 

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TambiŽn disponible en forma impresa

Prefacio

ÀEn alguna ocasi—n le ha parecido muy peculiar la forma indirecta en la que Dios hace sus cosas a veces? Tomemos por ejemplo la definici—n de la palabra gracia.

Considerando que somos salvos por gracia, nos parece que hubiera sido m‡s pr‡ctico que Dios la definiera en el inicio mismo de la Biblia. Dios podr’a haber inspirado a alguno de sus profetas para que escribiera la definici—n al estilo de un diccionario, comenzando con algo como gracia se define como...etc. Esto ser’a ir al grano, tal como al hombre moderno le agrada.

Sin embargo no es eso lo que aparece al principio de las Escrituras. A su vez, se nos presenta una serie de historias sobre gente imperfecta quienes, aunque aparentemente no lo merec’an. Dios se agrad— de ellos y les otorg— su gracia. Aunque esto nos ayuda en algo para comprender la gracia, el asunto sigue ambiguo.

Profundizando en el an‡lisis, vamos descubriendo enunciados sobre lo que no es la gracia; no es por obras, no se la merece, no proviene del hombre, etc. Y, aunque nuestra investigaci—n sobre lo que significa la gracia ha avanzado, llegar a una definici—n concluyente parece tan dif’cil como agarrar neblina.

Luego, notamos que los escritores b’blicos conectan la gracia con ciertas ense–anzas que ellos establecen como importantes. R‡pidamente, estas doctrinas llegan a ser las claves que nos van a revelar la definici—n de la gracia. Pero, al toparnos con la ense–anza b’blica sobre la cruz, es cuando todo el material previo toma sustancia. Nuestra neblina mental se disipa y la raz—n de por quŽ Dios define la gracia de maneras indirectas se vuelve evidente.

Dios podr’a habernos dado una definici—n corta, pero esta forma de proceder tendr’a poca profundidad. La ruta m‡s larga resulta ser infinitamente m‡s satisfactoria. Una definici—n breve nos ahorrar’a tiempo, pero aparentemente la cantidad de tiempo empleado no es lo prioritario para Dios. Para al Creador es m‡s importante un trabajo bien hecho, especialmente cuando Žste tiene que ver con bendecir a su pueblo.

Es tan gloriosa la gracia en las Escrituras, que una definici—n trivial no ser‡ jam‡s la adecuada. La gracia refleja un elemento esencial del car‡cter de Dios. Cada miembro de la Trinidad contribuye en su propia manera sobresaliente. Al percibir la cuesti—n bajo tal perspectiva, resulta asombroso como el Se–or se las arregl— para definir la gracia en su totalidad, puesto que la definici—n est‡ involucrada con definirse a s’ mismo.

Con todo, una vez que entendemos la gracia, exclamamos, ÁOh, cu‡n simple es! Y un instante despuŽs decimos, ÁPero cu‡n profundo! Tal paradoja no deber’a sorprendernos. DespuŽs de todo, eso es t’pico del estilo de Dios, Àno es verdad? ÀO es que acaso esper‡bamos algo diferente? Esa es una raz—n por la que creo que las doctrinas de la gracia son b’blicas. En cada una de ellas se encuentran plasmadas las huellas digitales de Dios mismo.

Por lo tanto, el estudio de la gracia resulta ser un viaje con virajes inesperados. Aunque el camino es largo, no es aburrido. Adem‡s, su recorrido es verdaderamente emocionante. Uno de estos virajes es que a medida que vamos definiendo la gracia, tambiŽn nos definimos a nosotros mismos con m‡s claridad... aunque esto no nos agrade. En este viaje hay panoramas gloriosos. Algunos se regocijan ante la autoridad de una voluntad soberana. Otros saborean la seguridad de un pacto eterno. Otros son cautivados con el poder de la cruz. Personalmente, lo que me encanta del viaje es que la ruta dura para siempre.

Disfrute del camino.


 

Contenido

Introducci—n

 

El acr—stico

Soberan’a absoluta divina

Incapacidad total humana            

Justificaci—n por la fe

Elecci—n por gracia             

Sacrificio eficaz de Cristo            

Unidad espiritual y universal de los creyentes

Seguridad de los elegidos      

Hilo de oro

 

Ep’logo           

Sobre el autor


 

 

Introducci—n

 Hace cuatrocientos a–os, la Reforma Protestante permiti— un nuevo descubrimiento de la Biblia y sus doctrinas revolucionarias. Varias de estas doctrinas entraron en conflicto con las ense–anzas de la Žpoca, porque todas llevan a la conclusi—n de que la salvaci—n es por gracia solamente, sin ninguna contribuci—n humana. Por este motivo, los cristianos actualmente las conocemos como las doctrinas de la gracia.

La controversia sobre las doctrinas de la gracia no ha terminado. Son tan opuestas al orgullo humano que la raz—n carnal siempre se rebela ante ellas. La naturaleza pecaminosa humana pretende ser due–a de su propio destino, plenamente capaz de contribuir a su propia salvaci—n.

Podemos formar un acr—stico con la frase S’, Jesœs, en el que cada letra es la primera de una doctrina de la gracia. Una descripci—n breve de cada doctrina est‡ a continuaci—n.

El acr—stico

Soberan’a absoluta divina

La palabra soberan’a quiere decir Ôcontrolar todoÕ. Esta doctrina significa que Dios controla todo lo que pasa. Indica que toda la realidad es la consecuencia de decretos divinos hechos en la eternidad antes de la creaci—n del mundo.

Incapacidad total humana

La ca’da de Ad‡n caus— la pŽrdida de todo poder espiritual que podr’a contribuir a la salvaci—n. El pecado infecta cada parte del ser humano y lo esclaviza. Esta doctrina trata mayormente de la cuesti—n del libre albedr’o. Ella muestra que la voluntad del pecador es incapaz de escoger a Cristo, producir fe salvadora o hacer cosa alguna que lo gu’e a la salvaci—n, hasta que la gracia de Dios lo alcance.

Justificaci—n por la fe solamente

Dios requiere que la justicia absoluta de la ley sea cumplida en los cristianos. El no acepta menos que la perfecci—n. ÀC—mo pues, es posible ser justo delante de Dios, sabiendo que no podemos cumplir con la ley? Cristo cumpli— la ley como nuestro sustituto. Cuando recibimos a Cristo, Dios nos atribuye a nosotros la justicia perfecta de Cristo y nos quita el pecado. As’, adquirimos una perfecci—n prestada, la cual es la base de nuestra aceptaci—n permanente frente a Dios.

Elecci—n por gracia incondicional

Antes de la fundaci—n del mundo, Dios escogi— a quienes ser‡n los recipientes de su maravillosa gracia. Lo hizo sin condiciones previstas en nosotros. Dios no escogi— a nadie porque vio de antemano que iba a escoger a Cristo, porque nadie puede escoger a Cristo, estando muerto en pecado. Aunque la elecci—n es sin mŽritos, no es por eso arbitraria. Esta doctrina expone que la gracia se basa enteramente en la voluntad soberana divina y no constituye respuesta a algo que el hombre piensa o realice.

Sacrificio eficaz de Cristo

El sacrificio de Jesœs es la œnica causa eficaz de la salvaci—n de los elegidos. La crucifixi—n no s—lo provey— la salvaci—n, sino que tambiŽn la cumpli—.

Aunque el sacrificio de Cristo en la cruz es suficiente para salvar a todos, el Padre lo dispuso solamente para los elegidos. El sacrificio en la cruz, no la voluntad humana, es la causa de la fe, la obediencia, la buena voluntad y la seguridad eterna de los elegidos. Cristo muri—, no para dar una mera posibilidad de salvaci—n, sino para garantizar la certeza de ella a todos los elegidos.

Unidad espiritual y universal de los elegidos

La iglesia de Cristo es principalmente un organismo invisible, no una organizaci—n visible. Se compone de todos los elegidos de toda la historia.

La unidad que debe existir entre los cristianos es espiritual, no organizacional. Es universal en el sentido de que la espiritualidad del cuerpo de Cristo y de la comuni—n que los elegidos tienen unos con otros, traspasa todos los l’mites de las diferentes culturas y edades.

Seguridad de los elegidos

La misma gracia que nos eligi— y salv—, tambiŽn nos preserva hasta el fin. Por medio de exhortaciones, amenazas y reprensiones paternales, Dios preserva a sus elegidos de manera que ninguno de ellos se perder‡.

 

Preguntas para repasar: Introducci—n

Introducci—n

1.  Todas las doctrinas de la Reforma llegan a la conclusi—n de que la salvaci—n es por _____________solamente, sin ninguna contribuci—n humana.

2.   Las siete doctrinas de la Reforma son conocidas hoy como _______________.

3.   Verdadero o Falso:_____ La doctrina de la gracia ha dejado de ser controversial hoy en d’a.

4.   La naturaleza pecaminosa quiere ser________ de su propio ______________.

5.   Verdadero o Falso:_____ Somos capaces de contribuir a nuestra salvaci—n.

Soberan’a absoluta divina

6.   ÀQuŽ quiere decir la palabra soberan’a?

7.   Verdadero o Falso:_____ La realidad es consecuencia de los decretos divinos.

8.   ÀCu‡ndo decidi— Dios todas las cosas?   _______________________________

Incapacidad total humana

9.   ÀCu‡ntas partes del ser humano fueron infectadas por el pecado? _________

10. Esta doctrina ense–a que la voluntad del pecador es_________ de ____________ a Cristo.

11. Verdadero o Falso:_____ La fe salvadora proviene de nuestra propia buena voluntad.

12. ÀDe d—nde proviene la fe? _______________________________________

13. Nuestra incapacidad de contribuir a nuestra salvaci—n vino por la ca’da de_________.

Justificaci—n por la fe solamente

14. Verdadero o Falso:_____ La justicia de la ley no tiene nada que ver con el cristiano.

15. Dios acepta œnicamente la ________________________.

16. ÀQuiŽn cumpli— la ley por nosotros?

17. ÀPodemos cumplir la ley por nosotros mismos?

18. ÀCuando recibimos a Cristo, Dios nos ____________a nosotros la _________ perfecta de Cristo.

Elecci—n por gracia incondicional

19. Justificaci—n quiere decir __________________________.

20. Verdadero o Falso:_____ Dios escogi— a todos para ser recipientes de su gracia.

21. Verdadero o Falso:_____ Nadie puede escoger a Cristo por su propio esfuerzo.

22. Antes de conocer a Cristo est‡bamos ___________ en pecado.

Sacrificio eficaz de Cristo

23. ÀQuŽ hace eficaz la salvaci—n de los elegidos? _________________________

24. La muerte de Cristo no solo _________ la salvaci—n, sino la _____________.

25. Verdadero o Falso:_____ La cruz no fue suficiente para salvar a todos.

 

Respuestas a las preguntas: Introducci—n

1=Gracia; 2=Las doctrinas de la gracia; 3=F; 4=Due–o, destino; 5=F; 6=Controlar todo; 7=V; 8=Antes de la creaci—n del mundo; 9=Todas; 10=Incapaz; 11=F; 12=De Dios; 13=Ad‡n; 14=F; 15=Justicia de Cristo; 16=Cristo; 17=No 18=Atribuy—, justicia; 19=Declarado justo; 20=F; 21=V; 22=Muertos; 23=La cruz; 24=Provey—, cumpli—; 25=F


 

Soberan’a absoluta divina

La soberan’a de Dios es la œnica base leg’tima para una fe s—lida. Aunque algunos dicen que tienen fe sin creer en la soberan’a de Dios, una investigaci—n de lo que creen revela que su fe est‡ puesta en alguna capacidad humana.

La doctrina de la soberan’a de Dios es tan b‡sica a la cristiandad b’blica que sin ella, nuestra fe no merece llamarse cristiana. Mas, a causa de la influencia de religiones y de movimientos pol’ticos dirigidos a la gloria del hombre, es una de las doctrinas m‡s descuidadas en la predicaci—n hoy en d’a. Aun as’, sigue siendo el œnico cimiento posible para una fe s—lida. Todo otro cimiento fracasa bajo las presiones de la vida.

La soberan’a de Dios consiste en que toda la realidad es producto de los decretos divinos hechos antes de la creaci—n del mundo. Esto quiere decir que Dios est‡ en control de todo lo que pasa, sea bueno o malo. Esto no quiere decir que Dios sea la causa de la maldad, ni que sea autor del pecado, ni que se goce en los sufrimientos de sus criaturas. Sino que todo lo que pasa forma parte de un gran plan que resultar‡ inevitablemente en su gloria.

ÀPor quŽ decimos que la soberan’a de Dios es la œnica base v‡lida para la fe cristiana?

Primero, solo un Dios soberano puede garantizar sus promesas. Si no controla todo, no podemos confiar en Žl para la salvaci—n, porque podr’a existir algo que le impedir’a salvarnos. ÀEs l—gico confiar en un Dios que no controla todo?

Segundo, si Dios no fuera soberano, ser’a imposible obtener lecciones espirituales de los eventos de nuestras vidas. Ser’a imposible saber si Dios est‡ ense–‡ndonos algo o si los eventos de la vida son meras casualidades. Dar’a igual tener fe en la suerte que confiar en Dios.

Tercero, la soberan’a de Dios es la œnica base para darle gloria. Si esto no fuera as’, ÀPor quŽ darle a Žl toda la gloria, si no es autor de toda la obra?

Cuarto, es la œnica base para la oraci—n. ÀPara quŽ orar a un Dios que no es soberano? Si Žl no est‡ en control de todo, quiz‡s no pueda contestarnos.

La palabra soberano no puede ser limitada. Es imposible que Dios sea un poco soberano, o 90% soberano. Es il—gico decir, Dios es soberano, pero... Al a–adir la palabra pero, confesamos que no creemos que Dios es soberano. Tal afirmaci—n equivale decir que Dios es un poco infinito, o que Dios es m‡s o menos todopoderoso. Cualquier intento de calificar la soberan’a de Dios, es una negaci—n de la misma.

Las bases de esta doctrina

Hay cuatro fundamentos b’blicos para creer en la soberan’a de Dios. Estos siguen un orden l—gico:

1.   Los atributos divinos de omnisciencia y omnipotencia.

2.   La voluntad inmutable de Dios.

3.   La realidad es producto de los decretos divinos.

4.   Dios es due–o de todo y por lo tanto, lo controla todo.

Primer fundamento: Los atributos divinos

Primero, la Biblia ense–a que Dios es omnisciente. Esta palabra significa Ôsaber todoÕ.

Dice el Se–or, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. Hechos 15:18

Omnipotente significa ÔtodopoderosoÕ.

...porque el Se–or nuestro Dios Todopoderoso reina. Apocalipsis 19:6

Una negaci—n de la soberan’a de Dios equivale a la anulaci—n de uno de estos atributos divinos. Ejemplo: Supongamos que algo que Dios no hubiera ordenado sucediera. Tendr’a que ser por una de estas dos razones: que Žl no sab’a que suceder’a, o porque le falta poder para impedirlo. En el primer caso, no ser’a omnisciente. En el segundo caso, no ser’a omnipotente. La existencia de estos dos atributos en Dios confirma la imposibilidad de que algo pase sin el permiso divino.

Segundo fundamento: Inmutabilidad

La palabra inmutable significa Ônunca cambiaÕ. Tiene tambiŽn la idea de irresistible. Se encuentra esta palabra en la Biblia en Hebreos 6:17-19.

Para entender este concepto, hay que distinguir entre dos aspectos de la voluntad Divina. Estos son:

¥ Su voluntad de mandamientos

¥ Su voluntad de prop—sitos

Dios expres— su voluntad de mandamientos en forma de edictos morales, tales como los Diez Mandamientos. Dios permite que los hombres trasgredan estas leyes y al hacerlo, pecan. Pero cuando Dios decreta que Žl va a cumplir algœn prop—sito, no permite que nadie lo invalide ni que le impidan cumplir con ese prop—sito.

Ejemplo: Supongamos que Dios dijera, ÒÀVen ustedes ese ‡rbol? Yo ordeno que nadie lo corteÓ. Esto ser’a un mandamiento divino, una expresi—n de su voluntad de mandamientos. ÀPermitir’a Dios que alguien corte ese ‡rbol? S’. Porque Dios permite que sus mandamientos sean transgredidos.

Pero supongamos que Dios dijera, ÒMi prop—sito soberano es que este ‡rbol nunca sea cortadoÓ. Permitir’a Dios que alguien corte ese ‡rbol? No existe en la tierra fuerza suficiente, ni de hombre ni de diablo, para que corte ese ‡rbol. Dios lo impedir’a.

Si no fuera por su voluntad de mandamientos, al hombre no le ser’a permitido pecar. Si no fuera por su voluntad de prop—sitos, no tendr’amos confianza de que Dios pueda cumplir con sus promesas.

Al no distinguir entre estos dos aspectos de la voluntad de Dios nos enfrentamos a un desastre teol—gico.

Description: Description: Macintosh HD:Users:rogersmalling:Desktop:propositos.jpgAs’, su voluntad de mandamientos es resistible y mutable. No solo que Dios permite que sus mandamientos sean transgredidos, sino que tambiŽn Žl mismo abroga, a veces, estos mismos edictos. Las leyes ceremoniales, por ejemplo, ya no est‡n en vigor.

Pero su voluntad de prop—sitos es irresistible e inmutable. Nadie puede impedir que Dios cumpla con sus designios, ni persuadirlo para cambiarlos. Son prop—sitos eternos.

Este concepto de la inmutabilidad de la voluntad divina se expresa, a veces, como consejos de Dios. Unos ejemplos son:

 

Mi consejo permanecer‡, y harŽ todo lo que quiero. Isa’as 46:10

Por lo cual, queriendo Dios mostrar m‡s abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo,...tengamos un fort’simo consuelo... Hebreos 6:17-18

Otros textos enfatizan la palabra prop—sitos para comunicar el mismo concepto. Ejemplo:

...conforme al prop—sito del que hace todas las cosas segœn el designio de su voluntad. Efesios 1:11

Muchos textos hablan de la voluntad de Dios de una manera tan clara que no deja duda sobre el concepto de inmutabilidad. Unos ejemplos son:

...Y Žl hace segœn su voluntad en el ejŽrcito del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ÀQuŽ haces? Daniel 4:35

Porque Jehov‡ de los ejŽrcitos lo ha determinado, Ày quiŽn lo impedir‡? Y su mano extendida, ÀquiŽn la har‡ retroceder? Isa’as 14:27

Es por medio de la doctrina de la inmutabilidad de los prop—sitos divinos que se ve m‡s claramente la soberan’a de Dios. Dios no podr’a cumplir con sus promesas si permitiera que cambiase su voluntad de prop—sitos. Sin la inmutabilidad, no podr’amos tener ninguna seguridad de la salvaci—n.

Tercer fundamento: Los decretos divinos

Porque Žl dijo, y fue hecho; El mand—, y existi—. Salmos 33:9

El tercer fundamento de la soberan’a de Dios contesta a la pregunta, Àde d—nde proviene la realidad? Segœn la Biblia, toda la realidad es producto de los decretos divinos hechos antes de la fundaci—n del mundo.

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios... Hebreos 11:3

Este vers’culo puede ser traducido como: Por la fe entendemos que fueron establecidas las Žpocas... Es decir, que los eventos hist—ricos buenos o malos, se han desarrollado por la voluntad de Dios. Esto incluye tanto los eventos m‡s importantes, como los m‡s insignificantes.

Se–or, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tœ creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. Apocalipsis 4:11

Esta afirmaci—n es terminante. Todas las cosas deben su existencia a la voluntad de Dios.

A menudo en los Evangelios leemos: Esto aconteci— para que se cumpliese lo dicho por el profeta... Esta frase no dice que el profeta simplemente habl— del evento. Dice que el evento aconteci— a fin de cumplir con los decretos de las Escrituras. Normalmente las personas involucradas en cumplir estas profec’as no ten’an conciencia de que estaban cumpliendo un decreto divino. En esto se ve el principio b‡sico de la soberan’a de Dios:

 

La realidad es producto

de la voluntad de Dios.

 

Una profec’a es simplemente una declaraci—n de esa voluntad. La realidad sigue a lo que Dios manda. Por lo tanto, ciertas profec’as causan los eventos profetizados y no simplemente que la profec’a pronostica el evento. Unos ejemplos son:

Jesœs mand— a sus disc’pulos a buscar cierto asno atado en una aldea. Seguramente los due–os no sab’an de la profec’a de Zacar’as respecto a la entrada triunfal de Cristo en JerusalŽn. Todo el incidente tiene las marcas de la soberan’a de Dios, en el sentido de que la profec’a era m‡s que una simple predicci—n. Era un designio divino (Mateo 21:1-4).

Cuando vino la multitud para apresar a Jesœs en Getseman’, Žl dijo que esto suced’a para que se cumplan las Escrituras (Mateo 26:55-56). En los textos que tratan del arresto y crucifixi—n de Jesœs, se indica claramente que todo sucedi— segœn el consejo divino. ...para hacer cuanto tu mano y tu consejo hab’an antes determinado que sucediera. Hechos  4:28

Los soldados romanos se repartieron los vestidos de Jesœs, para cumplir con lo dicho por el profeta. Pero no ten’an conciencia de haber cumplido las Escrituras ya que eran paganos.

ÀC—mo conoce Dios el futuro con certeza? Unos dicen que Dios tiene una facultad mental que le permite ver el futuro e investigar cu‡les eventos van a pasar. Es como si tuviera un telescopio para observar el futuro. Dios forma luego sus planes a base de esta presciencia. Esta teor’a se llama presciencia divina.

Esta es la opci—n que multitudes de cristianos creen hoy en d’a. Es cierto que la palabra presciencia se encuentra en la Biblia. Pero interpretarla en tŽrminos de una mera observaci—n divina pasiva es una definici—n deficiente. Esta deficiencia se revela al preguntar, ÀQuiŽn cre— el tiempo? ÀLo cre— Dios? O, Àes el tiempo algo que Dios descubri— por casualidad en el transcurso de la eternidad?

Si Dios cre— todo, tambiŽn cre— el tiempo.

Y si es Creador del tiempo, tambiŽn es Creador de los eventos que suceden en ello.

Si negamos esto, estamos afirmando que Dios cre— el universo sin ningœn prop—sito, o sin saber lo que estaba creando.

La œnica opci—n que queda es el concepto de los decretos soberanos. Dios conoce el futuro porque la realidad es producto de su voluntad. El futuro no es algo que Dios prevŽ. Es algo que ha creado. La presciencia de Dios es simplemente su propio entendimiento de sus prop—sitos, que ningœn poder en el universo puede alterar.

La Biblia entera y la experiencia personal de los creyentes son testimonios de la veracidad de los principios ya expuestos. Toda la realidad es producto de decretos divinos hechos antes de la creaci—n del mundo. Sus decretos son inmutables. No pueden ser ni cambiados ni resistidos. El hombre, los ‡ngeles y los demonios est‡n limitados a lo que Dios les permite hacer. Todo forma parte de un gran plan que resultar‡ para la gloria de Dios.

Cuarto fundamento: Dios es due–o de todo

En un estudio b’blico una dama pregunt—, ÀQuiŽn es due–o de la tierra? ÀDios o Satan‡s? Con toda la maldad que pasa aqu’, Áuno dir’a que es del diablo!

ÀQuŽ dicen las Escrituras?

...para que sepas que de Jehov‡ es la tierra. ƒxodo 9:29b

...porque M’a es toda la tierra. ƒxodo 19:5b

He aqu’, de Jehov‡ tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella; Deuteronomio 10:14

Todo lo que hay debajo del cielo es m’o. Job 41:11

Tuya es, oh Jehov‡, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que est‡n en los cielos y en la tierra son tuyas. 1Cr—nicas 29:11

Tuyos son los cielos, tuya tambiŽn la tierra; El mundo y su plenitud, tœ lo fundaste. Salmos 89:11

En la ca’da de Ad‡n, Dios no perdi— nada. El œnico perdedor fue Ad‡n.

Miremos con m‡s detalle algunas categor’as de la realidad que Dios controla.

Dios es soberano

Sobre la naturaleza

ÀNo se vende dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Mateo 10:29

Segœn Jesœs, el Padre controla las vidas de los animales. Ni el pajarillo m‡s insignificante puede morir sin que Dios no lo permita.

Es igual con nosotros, dice Jesœs. Valemos m‡s que muchos p‡jaros. Tampoco podemos morir sin permiso del Padre.

Dios trajo codornices a los israelitas. ƒl cerr— las bocas de los leones en la presencia de Daniel. ƒl puso una moneda en la boca de un pez para que Pedro lo atrapara. ƒl us— ranas, piojos y moscas para juzgar a los egipcios. ƒl mand— saltamontes contra Israel, trajo los animales al arca de NoŽ, le dio a comer a El’as por medio de cuervos.

Incluso en los fen—menos de la naturaleza Dios mostr— su soberan’a. ƒl control— el diluvio de NoŽ; mand— tinieblas, granizo y fuego sobre Egipto. Cristo reproch— y calm— a la tormenta. Dios hizo que se detuviera el sol, a la demanda de JosuŽ, etc.

Ni una mosca vuela sin el permiso divino.

Sobre los gobiernos humanos y la raza humana

Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los l’mites de su habitaci—n. Hechos 17:26

Lo primero que Pablo predic— a los paganos de Atenas fue acerca de la soberan’a de Dios. Pablo se dio cuenta de que el entendimiento correcto del evangelio se basa en eso.

El libro de Daniel es un estudio completo sobre la soberan’a de Dios en gobiernos humanos. Al rey Nabucodonosor Dios le ense–— una lecci—n fuerte sobre Quien establece reyes en la tierra:

Éel Alt’simo gobierna el reino de los hombres, y que a quien Žl quiere lo daÉDaniel 4:17

DespuŽs de haber recibido un castigo divino por su orgullo, el rey Nabucodonosor reconoci— esto con las palabras,

...y Žl hace segœn su voluntad en el ejŽrcito del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ÀQuŽ haces? Daniel 4:35

Sobre la voluntad humana

ÀPuede Dios traspasar los l’mites de la voluntad humana? ÀExtiende la soberan’a divina hasta la misma voluntad y los pensamientos del hombre? Las Escrituras contestan:

Como los repartimientos de las aguas, as’ est‡ el coraz—n del rey en la mano de Jehov‡. Proverbios 21:1

Porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que Žl quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios. Apocalipsis 17:17

Si para Dios no es dif’cil cambiar el curso de un r’o, entonces tampoco es dif’cil cambiar el coraz—n de un rey. Y si puede cambiar hasta el coraz—n de un rey, cu‡nto m‡s a los hombres comunes y corrientes.

Dios favoreci— a los israelitas ante los ojos de los egipcios. Luego Dios endureci— los corazones de los egipcios para mostrar su poder (ƒxodo 12:36; 14:4).

Muchos pensamientos hay en el coraz—n del hombre; mas el consejo de Jehov‡ permanecer‡. Proverbios 19:21

Es verdad que el hombre tiene una voluntad. Pero no es una voluntad soberana. La œnica voluntad soberana es la de Dios.

Sobre la maldad

Dios nunca obliga a nadie a pecar. Tampoco se le puede acusar a Dios, en base de su soberan’a, de ser el autor del pecado. Las personas pecan porque su naturaleza es pecaminosa.

Sin embargo, nadie puede pecar sin que Dios lo permita. Las Escrituras nos revelan que hasta las mismas circunstancias del acto de pecar est‡n bajo el control soberano divino. En la mano divina est‡ el poder para impedir o permitir el pecado del hombre. El afirmar que Dios no puede impedir que una persona peque, es igual de blasfemo como declarar que Dios es la causa del pecado.

ÀC—mo limita Dios el pecado, y controla las circunstancias de su manifestaci—n, sin incurrir en la culpa de ser la causa del pecado?

Cuando un rat—n es puesto en una jaula, siempre explora los l’mites de ella. Raras veces se sienta el rat—n en medio de la jaula, porque su ambiente natural es lugares encerrados, como sus tœneles, bajo la hierba, etc. Dios lo hizo as’. Los ratones sienten m‡s c—modos cuando est‡n cercados de algo. Si uno quiere ver correr a un rat—n en c’rculos, basta s—lo ponerlo en una jaula circular. Sus movimientos son predecibles, sin ninguna violaci—n de su naturaleza o poder para actuar.

Sucede igual con el hombre. Dios controla las acciones pecaminosas de los hombres, con solo basta arreglar el momento y las circunstancias envueltas en el acto. Por su conocimiento ’ntimo de la naturaleza y car‡cter de las personas involucradas, Dios queda en control de todo, sin que nadie pueda inculparle de ser el autor del pecado.

Las Escrituras abundan en ejemplos del control divino sobre la maldad. Dios permite, impide, o usa la maldad segœn su voluntad soberana. El ejemplo m‡s destacado de esto es la entrega y la crucifixi—n de Cristo.

Jesœs les dijo: ÀNunca le’steis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ‡ngulo. El Se–or ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? Mateo 21:42

El rechazo de los jud’os a Cristo fue un prop—sito de la voluntad de Dios. No s—lo lo sab’a de antemano, sino que, El Se–or ha hecho esto. Sin embargo, los l’deres de los jud’os actuaban conforme a sus propios deseos, sin influencias externas de parte de Dios. Transgredieron la voluntad de Dios en lo tocante a sus mandamientos, y fueron condenados por eso.

Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesœs, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo hab’an antes determinado que sucediera. Hechos 4:27-28

La soberan’a de Dios y la libertad del hombre corren paralelas en las Escrituras como los rieles de un tren. Los escritores de la Biblia nunca pensaban que fueron auto-contradictorias. Afirmaban ambos, tal como en el texto anterior, sin el menor recelo.

Los hermanos de JosŽ lo vendieron como esclavo por motivo de celos y odio. La idea de obedecer a Dios ni siquiera les pas— por la mente. Sin embargo, las Escrituras describen este acto traicionero como un acto divino.

...As’, pues, no me enviasteis ac‡ vosotros, sino Dios... GŽnesis 45:8

Vosotros pensasteis mal contra m’, mas Dios lo encamin— a bien,... GŽnesis 50:20

Como parte del juicio divino sobre David por su acto pecaminoso con BetsabŽ, y el asesinato de Ur’as, Dios declara que otro hombre se acostar‡ con las esposas de David a la vista de todo Israel.

La manera en que se expresa este decreto es muy reveladora:

As’ ha dicho Jehov‡: He aqu’ yo harŽ levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomarŽ tus mujeres delante de tus ojos, y las darŽ a tu pr—jimo, el cual yacer‡ con tus mujeres a la vista del sol. Porque tœ lo hiciste en secreto; mas yo harŽ esto delante de todo Israel y a pleno sol. 2Samuel 12:11-12

Cuando Absal—n ocup— el reino temporalmente, cometi— incesto con las esposas de David. Aunque parece extra–o decirlo, esto ocurri— como juicio de Dios sobre David. Era Dios mismo quien levant— a Absal—n como rebelde en contra de David, y decret— que esto tendr’a lugar. No obstante, Absal—n es culpable del pecado de rebeld’a y de incesto, a pesar de que tales pecados fueron decretados por Dios.

ÀC—mo pudo Dios decretar esto y a la vez mantenerse santo? El Se–or simplemente le provey— a Absal—n la oportunidad para expresar lo que ya estaba en su coraz—n rebelde.

Doctrinas como estas son como carne cruda; dif’ciles de soportar para algunas personas. Pero son las ense–anzas claras de la palabra de Dios. Si Dios es soberano sobre todo, entonces es soberano tambiŽn sobre la maldad. De otro modo, no podemos llamarlo soberano.

Otros ejemplos b’blicos de la soberan’a de Dios sobre la maldad son:

¥ El Rey Saœl se suicid— al caer sobre su propia espada, segœn 1Cr—nicas 10:4. Pero vers’culo 14 dice que era Dios quien lo mat—.

Y no consult— a Jehov‡; por esta causa le mat—.

¥ El Ap—stol Pablo ense–a que la incredulidad de los jud’os forma parte del plan divino para incluir a los gentiles en la gracia. Romanos 11:7-11

¥ Cuando David huye de JerusalŽn, le maldice Simei. Estas acciones de Simei son imp’as. Sin embargo, David reconoce que Simei est‡ haciendo esto por decreto divino.

Dejadle que maldiga, pues Jehov‡ se lo ha dicho. 2Samuel 16:11b

¥ Hasta los esp’ritus malignos est‡n bajo control divino. Dios mand— un esp’ritu maligno para hablar por las bocas de los profetas falsos durante el reino de Acab.

Y ahora, he aqu’ Jehov‡ a puesto esp’ritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehov‡ ha decretado el mal acerca de ti. 1Reyes 22:23

¥ Los enga–os que afligen a los hombres a veces provienen de Dios como juicios por rechazar la verdad. El soberano mismo escoge la clase de enga–os que sufrir‡n.

Por esto Dios les env’a un poder enga–oso, para que crean la mentira, 2Tesalonisenses 2:11

¥ La testarudez de los hijos de El’ al ignorar los reproches de su padre, se atribuye a Dios en 1Samuel 2:25:

Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehov‡ hab’a resuelto hacerlos morir.

Jehov‡ les permiti— expresar la maldad de sus corazones como juicio en contra de El’ por su negligencia paternal y mal ejemplo como sacerdote.

Es verdad que la enfermedad vino al mundo como resultado del pecado. Sin embargo:

Y Jehov‡ le respondi—: ÀQuiŽn dio la boca al hombre? ÀO quiŽn hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ÀNo soy yo Jehov‡? ƒxodo 4:11

Un hurac‡n destruye un pueblo. Un deslave entierra a una aldea.

ÀHabr‡ algœn mal en la ciudad, el cual Jehov‡ no haya hecho? Am—s 3:6b

Aunque Satan‡s es el agente activo en la maldad, sus actividades se extienden solamente a los l’mites del permiso divino. Como un perro atado, tiene libertad solo hasta donde alcanza los l’mites de la correa. Igual con los hombres. Y nosotros sabemos Quien sostiene el otro extremo de la correa.

Una tensi—n consoladora entre la soberan’a divina y la responsabilidad humana

Nos hallamos en una tensi—n filos—fica entre la soberan’a Divina y la responsabilidad humana. Es inc—modo vivir con tal tensi—n. ÀC—mo, entonces, escapamos para llegar a una posici—n menos incomoda?

No nos escapamos. Parad—jicamente, Dios desea que obtengamos consuelo de esta tensi—n inc—moda. ƒl considera que esta tensi—n es la mejor situaci—n para nuestro bienestar. Nos damos cuenta que por m‡s crueles que sean nuestros enemigos, Dios los tiene bajo su control. Sin embargo, son completamente responsables de sus acciones.

Para que Dios sea Dios, y que el hombre sea hombre, ambos lados de la tensi—n son necesarios.

Jesœs fue a la cruz consciente de que era la hora de las tinieblas. Aunque sab’a que los agentes de las tinieblas lo atrapar’an, no era a las tinieblas que entregaba su esp’ritu, sino a las manos del Padre. Comprend’a que su Padre, no Satan‡s, le hab’a entregado la copa para beber. Acept— la copa, no como proveniente de las tinieblas, sino de la luz. No se regocij— en el dolor, sino en el bien que de Žl provendr’a.

Este es el punto de tensi—n consolador en donde Dios quiere que vivamos.


 

Preguntas para repasar: Soberan’a de Dios

1.   ÀCu‡l es la œnica base para una fe s—lida? _____________________________

2.   Los que no creen en la soberan’a de Dios ponen su fe en la capacidad______________.

3.   ÀCu‡l es la doctrina central en lo de las doctrinas de la gracia? _____________

4.   ÀQuŽ pasa cuando la fe de uno no est‡ basada en la soberan’a de Dios? _______________________________________________________________

5.   Soberan’a de Dios quiere decir que toda la realidad es fruto de los_________________       _________________ hechos antes de la creaci—n del mundo.

6.   Ni lo bueno ni lo ________escapa de la ____________de Dios.

7.   Verdadero o Falso:_____ Dios es autor del pecado.

8.   Todo lo que pasa es por la__________________ de Dios.

9.   Solo un Dios___________________ puede garantizar el cumplir con sus promesas.

10. Verdadero o Falso:_____ Satan‡s puede impedirle algo a Dios.

11. Verdadero o Falso:_____ Los eventos de nuestras vidas son causados mayormente por la suerte o la casualidad.

12. Verdadero o Falso:_____ Dios ha decretado todo lo que pasa .

13. ÀCu‡l es la œnica base para dar gloria a Dios? __________________________

14. Damos toda la gloria a Dios porque es Žl que hace ________ la obra.

15. ÀEs l—gico orar a un Dios que no es soberano? __________________________

16. ÀPor quŽ? _____________________________________________

17. La palabra soberan’a es__________________.

18. Hoy en d’a se est‡ predicando un nuevo evangelio en beneficio del__________________, en lugar de dar la __________________a Dios.

19. Verdadero o Falso:_____ La voluntad de Dios respecto a sus prop—sitos eternos puede ser resistida y no cumplirse.

 

Las bases de esta doctrina

1.   ÀCu‡les son los cuatro fundamentos b’blicos para la soberan’a de Dios?

         a.______________________________________________________

         b.______________________________________________________

         c.______________________________________________________

         d.______________________________________________________

2.   La Biblia ense–a que Dios es Omnisciente. Esto quiere decir que Žl ______________.

3.   La palabra omnipotente quiere decir que Dios es _______________________.

4.   Escriba aqu’ dos atributos de Dios. ____________________, ____________________.

5.   ÀCu‡l es la palabra que significa ÔincambiableÕ? ________________________

6.   Esta palabra tambiŽn tiene la idea de___________ _____________________

7.   Verdadero o Falso:_______ Dios permite que los hombres pequen.

8.   Cuando Dios ha propuesto algo, Žl no permite que nadie le_________________.

9.   Verdadero o Falso:_____ Dios no puede ir en contra de la voluntad de una persona.

10. ÀEst‡ Dios en control de la voluntad humana? ____________________

11. Ponga un vers’culo aqu’ para comprobar su respuesta del
nœmero 10. _______________________________________________________

12. La realidad es producto de      ________________________.

13. ÀPor quŽ se ha desarrollado la historia humana de tal forma?

14. Verdadero o Falso:_____ Los eventos importantes en la historia fueron decretados por Dios. Pero las cosas insignificantes pasaron por casualidad.

15. Ciertas profec’as ________________ los _____________________profetizados.

16. Verdadero o Falso:_____ Aunque Dios es responsable por todo lo que pasa en el mundo, no es autor del pecado.

 

Respuestas a las preguntas: Soberan’a de Dios

1=Soberan’a de Dios; 2=Humana; 3=Soberan’a de Dios; 4=Se fracasa; 5=Decretos divinos; 6=Malo; soberan’a 7=F; 8=Voluntad; 9=Soberano; 10=F; 11=F; 12=V; 13=Soberan’a de Dios; 14=Toda; 15=No; 16=No merece toda la gloria; 17=Absoluta; 18=Hombre, honra, 19=F;

Las bases de esta doctrina: 1=Sus atributos, su inmutabilidad, sus decretos; 2=Sabe todo; 3=Todo poderoso; 4=Omnisciente, todopoderoso; 5=Inmutable; 6=Irresistible; 7=V; 8=Resiste; 9=F; 10=S’; 11=Ver texto; 12=Los decretos divinos; 13=La voluntad decretativa de Dios; 14=F; 15=Producen, eventos; 16=V


Incapacidad total humana

La humanidad perdida en el pecado tiene muchos mitos. Entre estos est‡ el mito de la neutralidad moral del libre albedr’o. El pecador se imagina en una posici—n neutral entre lo bueno y lo malo, con la capacidad de escoger entre ellos cuando le conviene. Presupone una capacidad para arrepentirse y venir a Dios en cualquier momento. Se ve a s’ mismo en control integral con respecto a las cuestiones morales. Se piensa due–o de su propio destino.

Todos los grupos religiosos apoyan de alguna manera la doctrina del libre albedr’o. Difieren entre ellos en lo que significa la palabra libre. Est‡ claro que nuestra voluntad posee limitaciones. No podemos hacer brotar alas y volar solamente por desearlo. Tampoco aumentamos nuestro Cociente Intelectual al nivel de Einstein por fuerza de voluntad. Hasta en las luchas morales nuestra voluntad es a veces un amigo y a veces un enemigo. Nuestra voluntad est‡ limitada en algunas formas pero no en otras.

Algunos grupos creen que el libre albedr’o del hombre escap— a los efectos de la ca’da y permanece moralmente neutral. Piensan que es la œnica facultad que no fue afectada por el pecado. Otros creen que la voluntad est‡ debilitada por el pecado, pero que todav’a puede contribuir a la salvaci—n. Finalmente, algunos afirman que el pecado domina cada ‡rea del ser humano, y que el pecador es incapaz de buscar la salvaci—n sin la obra eficaz de la gracia.

Nuestro concepto de la gracia divina depender‡ en gran parte de lo que pensemos acerca de las capacidades y limitaciones de nuestra voluntad. Por esa raz—n es imprescindible definir cuidadosamente estas capacidades y limitaciones.

Afirmamos lo siguiente:

¥ Que todos los aspectos del ser humano, antes del nuevo nacimiento, son dominados por el pecado y controlados por Satan‡s.

¥ Que la voluntad humana, siendo ella tambiŽn dominada por el pecado, jam‡s podr’a desear la salvaci—n ni aceptar a Cristo por su propia iniciativa, sin la gracia de Dios.

¥ Que el nuevo nacimiento es un acto soberano de Dios, en el cual el pecador es enteramente pasivo, y que resulta en fe. No somos nacidos de nuevo porque tuviŽramos fe. Tenemos fe porque nacimos de nuevo. La voluntad humana, no es la causa del nuevo nacimiento.

La palabra libre es la fuente de mucha confusi—n por su ambigŸedad. Libre puede significar ÔcapazÕ, ÔpermisoÕ o tambiŽn ÔneutralÕ. Es imprescindible definir estos tŽrminos antes de entrar en cualquier discusi—n sobre el libre albedr’o. Frente a las ense–anzas de la Biblia, ciertas definiciones son v‡lidas y otras no.

Es b’blicamente v‡lido afirmar libre albedr’o en los siguientes sentidos:

¥ El derecho para escoger lo bueno, aunque la obligaci—n para hacer una cosa no comprueba la capacidad para hacerla.

¥ El poder para decidir entre las cosas moralmente neutrales, como por ejemplo, lo que uno come en el almuerzo.

¥ El poder para escoger entre ciertas acciones exteriormente buenas o malas, como el dar una caridad o no; o decidir leer la Biblia en lugar de una revista pornogr‡fica.

¥ La capacidad para cumplir con ciertas actividades o devociones religiosas; asistir a los cultos, aprender coritos, orar, etc.

Pero no es b’blico afirmar el libre albedr’o en los sentidos siguientes:

¥ Un poder inherente en el hombre para arrepentirse y aceptar a Cristo.

¥ Una capacidad para contribuir por obra o pensamiento, con cualquier cosa que podr’a atraer la gracia de Dios.

¥ Neutralidad moral.

¥ La facultad que gobierna al hombre.

Importancia de la incapacidad total

El instante en que el cristiano se da cuenta de que su libre albedr’o no es la base de su salvaci—n, se aclara la definici—n correcta de la palabra gracia. Se da cuenta que no se convirti— a s’ mismo, y que la salvaci—n no es una obra mutua entre el hombre y Dios. La salvaci—n es del Se–or.

Llegar a entender la incapacidad total humana, ayuda para abatir el orgullo en el cristiano. ÀC—mo puede uno estar orgulloso respecto a lo que no pudo hacer? A la vez, le da una nueva seguridad en su relaci—n con Dios. DespuŽs de todo, si Dios pudo superar la resistencia de nuestra naturaleza pecaminosa para cambiar nuestros corazones obstinados, seguramente puede preservarnos para su reino eterno, a pesar de la corrupci—n de nuestra carne.

Bases de la doctrina

El pecado original

Dios creo a Ad‡n con dones maravillosos. Uno de estos fue el poder escoger entre el bien y el mal. A esto llamamos libre albedr’o.

Cuando Ad‡n cay— en pecado, todo su ser se hizo esclavo del pecado, incluyendo su voluntad. La Biblia nunca ense–a que hubo alguna parte de Ad‡n que escap— del poder del pecado. Afirmar la neutralidad moral de la voluntad humana, es insinuar que ella escap— milagrosamente cuando cay— Ad‡n. ÀAfirma la Biblia esto? Sin lugar a dudas que no.

Los efectos de la ca’da de Ad‡n en nosotros est‡n expuestos en Romanos 5:12-21. En este texto aprendemos que heredamos de Ad‡n la muerte, la condenaci—n y el juicio divino. Es decir, la culpa del pecado de Ad‡n se atribuye a toda su descendencia.

De esto se desprende una verdad de importancia primordial: El hombre peca porque es pecador, y no pecador porque peca. El hombre est‡ condenado primeramente por lo que es; luego por lo que hace. No existen ni–os inocentes. Todos nacen condenados y esclavos del pecado.

El coraz—n gobierna al hombre, no su voluntad

Sobre toda cosa guardada, guarda tu coraz—n; porque de Žl mana la vida. Proverbios 4:23

Existe la presuposici—n de que la voluntad humana es lo que decide las acciones del hombre. Esto no solo contradice las Escrituras, sino que contradice tambiŽn a la l—gica. ÀC—mo podr’a la voluntad humana ser libre de la naturaleza de la persona en que se encuentra? Uno siempre escoge lo que le agrada. Lo que nos agrada refleja lo que somos en el coraz—n. As’ es el coraz—n. La naturaleza interior dirige al hombre, no su voluntad.

La voluntad nunca puede ser libre de la naturaleza interna del ser en la que se encuentra.

Un pato, por ejemplo, puesto entre un estanque de agua y un mont—n de arena siempre escoge el agua. ÀPor que? El pato escoge segœn sus gustos. Tiene libre albedr’o solo dentro de los l’mites de su naturaleza.

Cristo mismo subray— este principio al decir a los Fariseos,

ÀC—mo podŽis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del coraz—n habla la boca. Mateo 12:34

La Biblia ense–a claramente que el coraz—n del hombre lo gobierna (Mateo 12:33-37; 15:18-19 y Proverbios 4:23). Si el coraz—n es dominado por el pecado, entonces tambiŽn lo es la voluntad.

Una ilustraci—n: El coyote es un animal indomesticable. Por naturaleza siempre quedar‡ silvestre, incluso si es criado por humanos. Sin embargo, supongamos que en el transcurso de una caminata en el bosque, te encuentras con un coyote. Piensas, ÁQuŽ lindo ser’a tener un coyote como mascota! Voy a persuadir al coyote para que venga conmigo. Entonces, te acercas al coyote, y dices: ÒTendr‡s, mi querido coyote, buena comida en cantidad. Tendr‡s protecci—n del tiempo y de los enemigos. Seremos buenos amigos, y nos divertiremos muchoÓ. Pensando ahora que el coyote ya est‡ persuadido, extiendes tu mano para recogerlo. ÀQuŽ har‡ el coyote? Siendo la clase de animal que es, obviamente te morder‡.

La pregunta clave es esta: ÀTiene o no tiene el coyote, libre albedr’o?

Esta pregunta es tramposa. No existe respuesta absoluta, porque depende de nuestra perspectiva del libre albedr’o. Si definimos a la voluntad del coyote como una capacidad de escoger entre ser silvestre y ser domesticado, entonces no tiene libre albedr’o. Si decimos que la voluntad del coyote es la facultad de escoger en base de sus deseos naturales, entonces s’, tiene libre albedr’o.

Esta ilustraci—n nos sugiere una definici—n m‡s realista del libre albedr’o y m‡s de acuerdo con los datos b’blicos: El pecador tiene libre albedr’o dentro de los l’mites de su naturaleza. Si su naturaleza es gobernada por el pecado, siempre escoger‡ el pecado porque el pecado es lo que m‡s le gusta. Para que cambie de mente, es preciso que Dios obre cambios en su naturaleza. Esto estudiaremos posteriormente al tratar el tema del nuevo nacimiento.

ÀMuerto o enfermo?

Y Žl os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al pr’ncipe de la potestad del aire, el esp’ritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales tambiŽn todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne y de los pensamientos, y Žramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los dem‡s. Efesios 2:1-3

El hombre carnal se percibe como pecador, pero no moralmente muerto. Pero la Biblia dice que est‡bamos como muertos en delitos y pecados. Sectas que creen en el libre albedr’o moral predican a menudo sobre el pecado como si fuera una enfermedad. Usan ilustraciones en sus predicas sacadas de la medicina. Perciben a los pecadores como gravemente enfermos, pero con cierta capacidad de aceptar la medicina del evangelio si quieren. Tal concepto es anti-b’blico. La Biblia presenta al pecador como muerto, no como enfermo; totalmente incapacitado, no con algunos restos de poder para escoger.

ÀSon los muertos capaces de resucitarse? La muerte implica la incapacidad total. Pero el orgullo humano no tolera la noticia de esta incapacidad.

Luego, Pablo nos indica que Žramos conformistas. Siguiendo la corriente de este mundo. And‡bamos bajo la ilusi—n de que nuestros pensamientos eran realmente nuestros. Nos imagin‡bamos originales, sin darnos cuenta que Žramos productos t’picos de una sociedad perversa.

Pablo nos revela tambiŽn que Žramos t’teres de un ser maligno....el esp’ritu que ahora opera en los hijos de desobediencia...

Finalmente, Pablo expone que nuestra voluntad no era lo que nos gobernaba, porque ella estaba esclavizada a nuestra carne. ...haciendo la voluntad de la carne.

Otro texto que subraya la incapacidad total humana es Romanos 3:9-18. Segœn vers’culo 9, todos est‡n bajo pecado. Es decir, est‡n bajo el control y dominio del pecado. El efecto de este dominio se expresa en la descripci—n que sigue:

 No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios....No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

Si no hay quien entienda, Àpuede llegar el pecador por si solo a entender el evangelio? Si nadie busca a Dios, Àtiene el pecador poder para hallarlo? Si no hay quien hago lo bueno, Àpor quŽ suponer que un pecador es capaz de entregarse a Cristo? ÀNo es eso lo bueno? Si no hay temor de Dios en ellos, Àde d—nde proviene el deseo para entregarse a Žl?

Ilustra este estado de ser el erudito C.S. Lewis:

Los agn—sticos hablan con agrado acerca de la bœsqueda del hombre a Dios. Para m’, mejor que hablen de la bœsqueda del rat—n al gato...Dios me atrap— a m’[1].

Si existe la menor sospecha de que la naturaleza carnal humana tiene alguna capacidad de someterse a Dios, Romanos 8:7 es suficiente para descartarla:

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

Cada parte del ser humano es controlada por el pecado

El pecador no entiende ni busca a Dios (Romanos 3:11). Su entendimiento est‡ obscurecido (Efesios 4:18), no percibe las cosas espirituales y las considera insensatez (1Corintios 2:14). Su mente no puede someterse a Dios (Romanos 8:7), es enemigo de Dios (Colosenses 1:21), cegado por Satan‡s (2Corintios 4:4). Los pensamientos de su coraz—n son malos continuamente (GŽnesis 6:5).

Su voluntad es controlada por Satan‡s (Efesios 2:3), de manera que no puede arrepentirse sin que Dios le conceda el arrepentimiento (2Timoteo 2:26). No puede venir a Cristo sin que Dios lo traiga (Juan 6:44,65). Est‡ bajo el dominio de Satan‡s (Colosenses 1:13).

Alguien pregunt— al gran te—logo San Agust’n, ÀCrees tœ en el libre albedr’o? Contest— Agust’n, ÒÁclaro que s’! Sin Cristo estamos totalmente libres de toda justiciaÓ.

ÀC—mo percibe Dios las buenas obras de los no-regenerados?

Es simple. Dios no las percibe en absoluto, porque los no-regenerados nunca han realizado una buena obra.

ÒÁImposible!Ó exclam— un mŽdico en uno de mis cursos de teolog’a. ÁAhora est‡ usted realmente exagerando, profesor! Yo conozco a muchos no-cristianos buenos quienes proveen para sus familias, dan caridades, sirven a la comunidad. ÀEst‡ usted diciendo que aquellas obras buenas son malasÓ?

Aunque parezca chocante dentro de una cultura humanista moderna, basada en la justicia por las obras, la respuesta a la pregunta del doctor es un contundente si. Las buenas obras de los no-regenerados, incluso las que concuerdan con los mandamientos divinos, son contadas por Žl como actos pecaminosos.

Consideremos dos factores significativas:

Primero, el coraz—n no-regenerado est‡ dominado por el pecado, con el yo entronado como la persona central, y su propio beneficio como el valor m‡s alto. Hasta que esta naturaleza haya sido transformada y el yo destronado, la naturaleza entera del hombre es una fuente corrupta. Por esta raz—n Dios no aceptar‡ nada de tal fuente. Lo que proceda de una fuente corrupta contendr‡ elementos de corrupci—n y motivos impuros. Jesœs dice: El ‡rbol malo da frutos malos. Mateo 7:17

No es de extra–arse de lo que dijo Isa’as, Étodas nuestras justicias como trapo de inmundicia[2]. Coge trapos inmundos, haz una ropa, y presŽntalo a un pr’ncipe. Mira cuan complacido est‡ Žl. As’ est‡n haciendo los no-regenerados cuando imaginan que Dios se complace de sus acciones.

Las obras de uno no son aceptadas hasta que su persona es aceptada. Y esto ocurre œnicamente cuando la persona es justificada por la fe en Cristo.

Segundo, los motivos de los no-regenerados son siempre impuros. ÀC—mo sabemos esto? Porque todo lo que no proviene de fe, es pecado. Romanos 14:23 Y lo que es hecho por otros motivos que no sea la gloria de Dios y sumisi—n a su voluntad es una forma de rebeli—n sutil.

Los no regenerados nunca son m‡s corruptos que cuando est‡n realizando caridades. La œnica cosa que podr’a ser m‡s pecaminosa ser’a la realizaci—n de actos religiosos. Tales obras sirven para convencerse que son b‡sicamente buenas personas, y que seguramente Dios est‡ contento con ellos.

Si fueran motivados a agradar a Dios y a someterse a su voluntad, har’an la primera cosa que Žl requiere: Arrepentirse, someterse a la autoridad de su palabray al Se–or’o de su Hijo.

ÀQuŽ debemos hacer para poner en pr‡ctica las obras de Dios?, preguntaron los ap—stoles. Jesœs respondi—, Éque cre‡is en el que Žl ha enviado. Juan 6:28-29  Este tŽrmino cre‡is implica algo m‡s profundo que el realizar una obra. Esto sugiere la creencia personal en Cristo que conduce a una obediencia que destrona el yo. Esto coloca a Jesœs como la persona central en la vida de una persona, su voluntad como el valor m‡s elevado.

En realidad, los no salvos hacen obras buenas y actos religiosos como substitutos para la sumisi—n, antes que como se–ales de la auto abnegaci—n de un coraz—n purificado. El yo permanece entronado.

ÀNo era este el problema de los Fariseos? ÀNo dijo Jesœs que las prostitutas y los ladrones estaban m‡s cerca del reino de Dios que ellos? ÀEra esto solamente una exageraci—n poŽtica?

Muchas de las obras de los Fariseos estaban de acuerdo con la ley divina. De hecho, la obediencia a la ley era el enfoque del movimiento farisaico. ÀEn quŽ sentido eran, pues, las obras de los fariseos peores a las de la prostituci—n y al robo? El autoenga–o de un coraz—n corrupto y con motivos impuros transforma cualquier obra, por buena que sea, en una obra peor que las mencionadas.

No es de extra–arse que Pablo, al hablar de la humanidad no regenerada, tanto a jud’os como a gentiles, dijo: ...no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Romanos 3:10

ÀEs esta alguna doctrina nueva, reciŽn inventada? N—tese que un documento evangŽlico antiguo escrito en 1648, la Confesi—n de Westminster, dice:

Las obras hechas por hombres no regenerados, aun cuando por su esencia puedan ser cosas que Dios ordena, y de utilidad tanto para ellos como para otros, sin embargo, porque proceden de un coraz—n no purificado por la fe y no son hechas en la manera correcta de acuerdo con la Palabra, ni para un fin correcto, la gloria de Dios; por lo tanto son pecaminosas, y no pueden agradar a Dios ni hacer a un hombre digno de recibir la gracia de parte de Dios. Y a pesar de esto, el descuido de las obras por parte de los no regenerados es m‡s pecaminoso y desagradable a Dios[3].

Dios requiere que los no regenerados hagan obras buenas. Pero al hacerlas, cometen pecado. Si ellos no las hacen, estas omisiones son aœn m‡s pecaminosas. El hombre no contribuye con nada para su salvaci—n, solo para su condenaci—n.

Nada menos que el milagro maravilloso de la regeneraci—n basta para cambiar esta situaci—n.

Preguntas generales sobre la incapacidad total humana

Pregunta 1: ÀC—mo puede Dios hacernos responsables de hacer lo bueno si no podemos hacerlo? ÀC—mo puede Dios condenarnos por practicar el pecado si uno no puede hacer otra cosa?

Usemos un ejemplo para ilustrar:

Ponga una Biblia a un extremo de una mesa larga y una botella de vino al otro extremo. Luego, tome a un borracho y siŽntelo entre la Biblia y el vino, diciŽndole que tiene toda libertad para escoger lo que quiere. Aparte de toda otra influencia o persuasi—n, ÀquŽ escoger‡ el borracho? Obviamente escoger‡ el vino, porque as’ es su naturaleza. El tiene la libertad de escoger el vino, y la responsabilidad de escoger la Biblia. Pero le falta la capacidad para escoger la Biblia. El tiene la libertad de escoger lo que quiere. Pero lo que quiere se determina por su naturaleza interna.

Se puede interpretar mal ciertos textos b’blicos por confundir la diferencia entre libertad y capacidad. Tales textos manifiestan lo que el hombre debe hacer, no lo que puede hacer.

El pecador nunca est‡ libre de su responsabilidad para obedecerle a Dios. El bosquejo abajo muestra esta paradoja entre la responsabilidad del hombre y su incapacidad.

 

Responsabilidad versus incapacidad         

Venir a Cristo (Mateo 11:29) — Nadie puede venir (Juan 6:44)

Arrepentirse (Hechos 3:19) — Arrepentirse es concedido por Dios (2Tim 2:25)

Creer (Juan 3:16) — Creer es concedido por Dios (Filipenses 1:29)

Guardar La ley (Romanos 2:13) — Nadie puede guardar la ley (Romanos 8:4)

 

 La incapacidad total del hombre no le libra de su responsabilidad. DespuŽs de todo, no es culpa de Dios que el hombre peque. El pecado del hombre no le quita a Dios su propia santidad, ni tampoco su derecho de mandar lo que es justo.

No son fuerzas exteriores al hombre que le obligan a pecar, sino una fuerza interior; su propia naturaleza pecaminosa.

Peor aœn es afirmar la neutralidad moral de la voluntad. Si es que ella flotara independiente de nuestro, libre estado moral natural, ÀEn quŽ sentido, pues, ser’a nuestra voluntad? ÀC—mo podr’amos estar bajo la obligaci—n de dar cuentas por lo que nuestra voluntad decide, si fuera independiente de lo que somos?

La Biblia presenta que la voluntad humana es una extensi—n del car‡cter de la persona. Cuando no existe regeneraci—n, uno rechaza a Cristo hasta que Dios lo cambia.

 Finalmente, la base b’blica de nuestra responsabilidad ante Dios no es nuestra capacidad, sino nuestro conocimiento. Se ve esto en Romanos 1:18-20. El pecador sabe ciertas cosas por revelaci—n en la naturaleza. Pero no busca a Dios porque a Žl le gusta el pecado.

Pregunta 2: En el primer cap’tulo, Soberan’a absoluta divina, se expres— que Dios est‡ en control de todo, hasta de la misma voluntad humana. ÀNo hace esto del hombre un t’tere? ÀNo est‡n en conflicto estas dos doctrinas, la soberan’a de Dios y la responsabilidad humana?

Es verdad que existe una tensi—n filos—fica entre estos dos aspectos de la teolog’a b’blica. Es una de las materias m‡s profundas que se puedan discutir. Se entiende mejor, sin embargo, cuando consideramos que el control que Dios ejerce es normalmente indirecto, a travŽs de la misma naturaleza humana. Ya que la persona escoge lo que est‡ de acuerdo con su propia naturaleza, Dios tiene que cambiar esa naturaleza a fin de que la persona sea motivada a escoger la salvaci—n.

De esta manera, la voluntad de la persona escoge libremente, de acuerdo con la revelaci—n que Dios le da. Dios se conserva soberano sin forzar a la persona en contra de su voluntad. En el caso de algunos, Dios los deja en el camino que ellos mismos han escogido.

La cuesti—n del nuevo nacimiento: ÀC—mo es que llegamos a recibir a Cristo?

Si el pecador no tiene ninguna motivaci—n en s’ mismo de arrepentirse y escoger a Cristo, Àc—mo es que algunos se convierten y otros no? Esta pregunta se resuelve cuando consideramos el orden de eventos en el nuevo nacimiento.

Existen dos puntos de vista respecto a lo que pasa en el nuevo nacimiento:

Primero, un punto de vista dice que el pecador hace una decisi—n para creer en Cristo, esto resulta en nacer de nuevo. El pecador produce fe en s’ mismo por un acto de su libre albedr’o. Dios responde a ese acto, concediŽndole la gracia y le hace nacer de nuevo. As’, el pecador mismo inicia el proceso. Dios es pasivo, esperando la iniciativa humana. La fe produce el nuevo nacimiento, de manera que el pecador contribuye a su salvaci—n en forma de fe y obediencia. Este punto de vista es cre’do por la rama arminiana entre los evangŽlicos.

Segundo, otro punto de vista dice que el pecador est‡ muerto en pecado. Por lo tanto, incapaz de creer. Dios, pues, por un acto soberano suyo, hace nacer de nuevo a los que Žl ya hab’a escogido para la salvaci—n antes de la creaci—n del mundo. El pecador es totalmente pasivo en el acto de nacer de nuevo. Dios es Žl que lo inicia. Al nacer de nuevo, el pecador tiene una nueva naturaleza, percibe las cosas divinas y pone su fe en Cristo. As’, el nacer de nuevo produce la fe, no viceversa. La fe y la obediencia, son resultados del nuevo nacimiento y no sus causas. El pecador no contribuye en nada a su salvaci—n.

Este œltimo punto de vista es cre’do por la rama reformada entre los evangŽlicos.

ÀCu‡l de estas dos posiciones es b’blica? Al examinar los textos b’blicos relativos al nacer de nuevo, podemos comparar entre causa y efecto. ÀEs nuestra obediencia la causa de nacer de nuevo? O, Àes el nacer de nuevo la causa de nuestra obediencia?

Causa y Efecto

Nacer de nuevo — Ver el reino de Dios (Juan 3:3)

Dios dar‡ coraz—n —  Para que le conozcan (Jerem’as 24:7)

Dios confirmar‡ —  Perdonar‡ los pecados (Ezequiel 16:62-63)

Dios dar‡ un coraz—n nuevo —  Obediencia (Ezequiel 36:26-27)

El, de su voluntad —  Primicias de sus criaturas (Santiago 1:18n

Escogido por Dios —  Atra’do a Žl (Salmos 65:4).

 

Si aœn queda duda de que el punto de vista reformado sea el correcto, lea Juan 1:13:

los cuales no son engendrados de sangre, ni de la voluntad de carne, ni de la voluntad de var—n, sino de Dios.

Existe otra manera de entender que nacer de nuevo es un acto soberano divino, contestando la pregunta, ÀDe d—nde proviene la fe salvadora? ÀProviene del libre albedr’o del hombre? ÀO es una obra de la gracia de Dios? Note el juego de causas y efectos en el bosque siguiente:

Causas y Efectos

y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Hch 13:48

por la gracia hab’an cre’do; Hch 18:27

Jesœs, el autor y consumador de la fe, Heb 12:2

por gracia sois salvos por medio de la fe, Ef 2:8

a causa de Cristo, no s—lo que cre‡is en Žl, Fil 1:29

venir a m’, si no le fuere dado del Padre. Jn 6:65

 ÀJuega algœn papel la voluntad humana en la salvaci—n? ÀQueda inerte la voluntad antes, durante y despuŽs de la conversi—n? ÀEs nuestra voluntad un t’tere inconsciente manipulado por un maestro de t’teres celestial? ÁDe ninguna manera!

Cuando se cambian nuestras percepciones, se conforman entonces las otras facultades. Al ver el reino de Dios por la iluminaci—n de la regeneraci—n, entonces la conversi—n llega a ser inevitable. Dios nos revela a Cristo tan atrayente, que su persona misma llega a ser irresistible. Lo irresistible de la gracia consiste m‡s en esta percepci—n, que en la dominaci—n forzada de una voluntad humana resistente. Cristo es demasiado excelente para resistir cuando se revela como Žl es. Esa iluminaci—n no transgrede ningœn aspecto de la libertad del hombre, ni hace injusticia a los que se niegan a mirarlo.

El motivo por el cual Dios concede esta iluminaci—n a algunos y no a otros no, es un misterio escondido en la eternidad.

Las palabras de los Art’culos de Dort, un documento reformado escrito en 1618, lo expresa con claridad y belleza:

ƒl abre el coraz—n que est‡ cerrado; ƒl quebranta lo que es duro;...Žl infunde en la voluntad propiedades nuevas, y hace que esa voluntad, que estaba muerta, reviva; que era mala, se haga buena; que no quer’a, ahora quiera realmente; que era rebelde, se haga obediente; Žl mueve y fortalece de tal manera esa voluntad para que pueda, cual ‡rbol bueno, llevar frutos de buenas obras[4].

El orden correcto de los eventos en la salvaci—n es:

Nacer de nuevo - fe - justificaci—n

La fe salvadora es obsequio divino, no fruto del libre albedr’o humano. Nacer de nuevo es acto soberano de Dios. El pecador no se convierte a s’ mismo.

Advertencia para los pastores

La idea del libre albedr’o neutral es como una mala hierba en el jard’n. Justo al momento que se la cree desarraigada, brota otra vez. De todas las ideas err—neas respecto a la salvaci—n, esta es la m‡s dif’cil de arrancar de los cristianos. En la ense–anza de la gracia, siempre habr‡ m‡s resistencia respecto a la incapacidad total humana que cualquier otra de las doctrinas de la gracia, porque el hombre carnal insiste en a–adir algo a la salvaci—n.

En la ense–anza de la incapacidad total humana, es aconsejable repetir constantemente lo que no se est‡ diciendo. Esto ayuda a evitar malentendidos, aunque nunca ser‡n evitados por completo. Por ejemplo, vale decir:

¥ No estamos afirmado que el hombre carece de voluntad. S’ tiene; pero su voluntad est‡ esclavizada. El hombre es responsable por sus acciones, aunque le falta fuerza para cumplir con su responsabilidad a causa del poder del pecado. Dios nos manda a hacer lo justo porque El es santo, no porque somos capaces de obedecerle.

¥ No estamos diciendo que el pecador no tiene permiso para escoger la salvaci—n; solo que no puede hacerlo sin la gracia de Dios.

Como pastor, te costar‡ aclarar esto de la incapacidad del hombre a tu congregaci—n. Pero vale la pena insistir. Dios usar‡ tus ense–anzas para revelar a algunos lo que es la gracia de Dios en verdad. Les dar‡s as’ una preciosa joya que les enriquecer‡ toda la vida.

Nuestra incapacidad bendita

Los estudiantes generalmente suponen que me entendieron mal cuando oyen que una comprensi—n de su incapacidad total es una de las bendiciones m‡s grandes que se puede experimentar. Aunque se habitœan a mis paradojas, esta siempre les sorprende. Por lo menos les capta la atenci—n, y les prepara para la cita siguiente del gran Reformador Mart’n Lutero:

Del consuelo de saber que la salvaci—n no depende del libre albedr’o

Yo confieso francamente que, de mi parte, incluso si fuera posible, no querr’a que me sea dado el libre albedr’o ni cosa cualquiera dejada a mis propias manos para capacitarme para trabajar para la salvaci—n; no solamente porque frente a tantos peligros, y adversarios, y asaltos de demonios, no podr’a aguantar y sostener mi libre albedr’o. Porque un s—lo demonio es m‡s fuerte que todos los hombres, y bajo tales condiciones ningœn hombre podr’a salvarse; pero a causa de que, incluso si no fueran peligrosos, sean adversarios o diablos, estar’a todav’a esforzado a trabajar sin ninguna garant’a de Žxito, y golpear el aire en vano.

Si yo viviera y trabajara hasta toda la eternidad, mi conciencia nunca alcanzar’a una certeza reconfortante sobre la cuesti—n de cu‡nto falta para satisfacerle a Dios. En cualquier obra que haya cumplido, quedar’a todav’a una duda persistente si Dios estaba complacido, o si requer’a otra cosa. La experiencia de todos los que buscan justicia por obras comprueba esto; y yo mismo lo aprend’ suficientemente bien por un per’odo de muchos a–os, para mi propia gran desgracia. Pero, ya que Dios ha quitado mi salvaci—n del control de mi propia voluntad, y la ha puesto bajo el control de la Suya, y prometi— salvarme, no segœn mis esfuerzos, pero segœn su propia gracia y misericordia, yo tengo la certeza c—moda que Žl es fiel y no me mentir‡, y que Žl es tambiŽn grande y poderoso de manera que ningœn demonio ni oposici—n le puede derrotar a Žl o quitarme de Žl. Nadie, Žl dice, las arrebatar‡ de mi mano. Mi Padre que me las dio es mayor que todos, Juan 10:28-29. As’ es que, si no todos, sin embargo algunos, en realidad muchos, son salvos; pero en cambio, por el poder del libre albedr’o ninguno podr’a ser salvo, pues todos perecer’amos.

Adem‡s, tengo la certeza reconfortante de que yo agrado a Dios, no por causa del mŽrito de mis obras, sino por raz—n de su favor misericordioso que me prometi—; a fin de que, si trabajo demasiado poco o malo, no me lo atribuye a m’, sino con compasi—n paternal me perdona y me hace mejor. Para todos los santos eso es gloriarse en su Dios[5].

ÀQuŽ de los vers’culos que parecen sostener la neutralidad del libre albedr’o?

Tales vers’culos pueden ser puestos en las siguientes categor’as:

Vers’culos que demuestran que el hombre escoge el pecado

Se supone por esto que si puede escoger el pecado, debe tener la capacidad tambiŽn de escoger la justicia. Pero esto es il—gico. Ser’a igual que decir que un tronco de ‡rbol tiene poder de flotar r’o arriba solo porque puede flotar r’o abajo. Insistir en que el hombre tiene el poder para escoger lo malo no es una evidencia de que pueda escoger lo bueno.

Exhortaciones y mandamientos para escoger lo bueno

Se citan a menudo vers’culos del Antiguo Testamento en que Dios manda que los jud’os escojan lo bueno. ...os he puesto delante la vida y la muerte...escoge, pues la vida... Deuteronomio 30:19 ...escogeos hoy a quiŽn sirv‡is. JosuŽ 24:15

Es il—gico suponer que un mandamiento para hacer una cosa compruebe la capacidad para hacerla. Dios mand— a Israel a que guardara su ley. ÀAcaso eso es evidencia de que el hombre puede guardar la ley? Claro que no. El Nuevo Testamento nos indica que nadie puede guardar la ley. Ella fue dada, en realidad, para revelar lo que el hombre no puede hacer. ÀPara quŽ, entonces, sacar vers’culos de la ley a fin de comprobar el libre albedr’o neutral?

Dios nos manda, sean perfectos. ÀAcaso eso comprueba que tenemos el poder para ser perfectos sin Dios y sin gracia? ÀPor quŽ, pues, imaginar que el hombre no convertido tiene la capacidad de escoger lo bueno? ÀPorque eso le fue mandado? Dios nos manda lo bueno porque no hay otra cosa que pueda mandar. Siendo bueno, no podr’a mandarnos a hacer lo malo. Dios nos manda a hacer lo justo solo porque Žl es justo, no porque somos capaces de hacerlo.

Vers’culos que prueban que el hombre es responsable por sus acciones

No negamos que el hombre es responsable por su conducta. Solo negamos que la responsabilidad implique capacidad.

La œnica clase de vers’culos que podr’an refutar la doctrina de la incapacidad total humana, ser’an los que dicen que el hombre pecador, sin Dios y sin su gracia, puede convertirse. Pero tales vers’culos, no existen. Mandamientos y exhortaciones, ejemplos de pecadores escogiendo lo malo y explicaciones de nuestra responsabilidad, no tienen nada que ver con la cuesti—n.

 

Preguntas para repasar: Incapacidad total humana

1.     Un mito popular entre la humanidad es ______________.

2.     Este mito es la base de toda ________y toda distorsi—n del _________________.

3.     Verdadero o Falso:_____ Todas las partes del pecador son dominadas por el pecado excepto su voluntad.

4.     Verdadero o Falso:______ La voluntad humana, por s’ sola, nunca puede desear la salvaci—n sin una obra de gracia.

5.     Verdadero o Falso:______ El nuevo nacimiento es un acto soberano de Dios en que el pecador es enteramente pasivo.

6.     El mito que estamos refutando en este cap’tulo se llama__________________.

7.     La definici—n de la gracia se aclara cuando un cristiano se da cuenta de que ____________________________.

8.     Verdadero o Falso:______ La salvaci—n es una obra mutua entre Dios y el hombre.

9.     ÀEn quŽ formas le ayuda al cristiano entender la doctrina de la incapacidad total? _______________________________________________________________

10.  ÀQuŽ le paso a Ad‡n cuando cay— en pecado? __________________________

11.  ÀA quienes se atribuye la culpa del pecado de Ad‡n? _____________________

12.  ÀCu‡l de las frases siguientes es la m‡s correcta segœn nuestro entendimiento de la ca’da de Ad‡n?

A.   Pecamos porque somos pecadores.

B.    Somos pecadores porque pecamos.

13.  ÀCu‡l de estas partes del ser humano determina lo que va a decidir?

A.   Su voluntad

B.    Su naturaleza/coraz—n

C.    Su sangre

14.  ÀCu‡l de estas dos frases es correcta?

A.   El coraz—n gobierna la voluntad.

B.    La voluntad gobierna el coraz—n.

15.  Verdadero o Falso:______ El pecador est‡ espiritualmente enfermo, pero no espiritualmente muerto.

16.  Los que rechazan la doctrina de la incapacidad total humana est‡n confundidos respecto a la diferencia entre la _______________de escoger y la ___________ de escoger.

17.  Marque la frase correcta: La frase libertad de escoger quiere decir que:

A.   El pecador tiene el poder para escoger lo bueno.

B.    No hay obligaci—n fuera de su propia naturaleza que le obliga a escoger.

C.    Que Dios le obliga a escoger lo malo.

18.  Explica en tus propias palabras, Àpor quŽ los vers’culos de las siguientes categor’as no son v‡lidos como evidencias de que la voluntad humana es libre para escoger la salvaci—n sin la gracia?

A. Vers’culos que demuestran que el hombre escoge el pecado.  

B. Exhortaciones y mandamientos para escoger lo bueno.    

C. Vers’culos que demuestran que el hombre es responsable por sus acciones      

19. La base b’blica de la responsabilidad es el ______________________.

20. ÀCu‡l de las siguientes ramas de la cristiandad no ense–a que el nacer de nuevos frutos de una decisi—n de la voluntad humana?

      A. Arminiana

      B. Reformada

      C. Cat—lica

Respuestas a las preguntas: Incapacidad total humana

1=El libre albedr’o moral; 2=Religi—n falsa, evangelio; 3=F; 4=V; 5=V; 6=El libre albedr’o; 7=No se convirti— a s’ mismo; 8=F; 9=A. Destruye el orgullo, B. Da seguridad; 10=Todo su ser se hizo esclavo al pecado; 11=Su descendencia; 12=A; 13=B; 14=A; 15=F; 16=Responsabilidad, capacidad; 17=B; 18=Ver el texto 19=Conocimiento; 20=B


Justificaci—n por la fe

El grito de guerra de la Reforma, justificaci—n por la fe, reson— por toda Europa en el siglo XVI. Miles entregaron sus vidas en lugar de renunciar a esta doctrina. Se desataron guerras en varios pa’ses de Europa. ÀPor quŽ tanta controversia? Porque esta doctrina representaba una denuncia de lo que se ense–aba en aquel entonces sobre la salvaci—n.

A fines del siglo XVI en Alemania, un sacerdote cat—lico llamado Mart’n Lutero, leyendo la Biblia, se dio cuenta que Romanos 1:17 declara: El justo por la fe vivir‡. Dios ilumin— su coraz—n por medio de este texto. Comprendi— entonces que los mŽritos humanos no ten’an nada que ver con la salvaci—n.

Pasmado por esta revelaci—n, continu— sus estudios en Romanos y lleg— a entender esta importante doctrina de gracia. Con esto comenz— el redescubrimiento de la teolog’a de la Biblia que se conoce hoy en d’a como la Reforma.

Importancia de la doctrina

ÀPara quŽ sirve entender esta doctrina?

¥ Nos libera de temores e inseguridades respecto de nuestra relaci—n con Dios. Cuando vemos que nuestra aceptaci—n con Dios est‡ basada en la justicia de Cristo, no en la nuestra propia, experimentamos un profundo alivio emocional.

¥ Nos ayuda en la oraci—n, ya que nos damos cuenta de que las respuestas a nuestras plegarias no dependen de nuestros mŽritos.

¥ Nos ayuda a evitar toda clase de legalismo, al entender que nuestra justicia es un hecho cumplido interiormente y que no consiste en pr‡cticas exteriores.

Definici—n de la doctrina

La justificaci—n es una declaraci—n legal hecha por Dios, de que una persona es justa respecto a la ley divina, a causa de la justicia perfecta de Cristo, concedida a la persona por medio de la fe en Cristo.

Lo que no es la justificaci—n

Un mŽdico dijo que la manera mejor de entender lo que es una buena salud, es estudiar la enfermedad. Igual sucede con esa doctrina. Una buena manera de entender lo que es la justificaci—n es estudiar lo que no es.

La justificaci—n no se refiere al proceso de crecimiento espiritual en la vida cristiana. Esta œltima se llama santificaci—n. La justificaci—n es cuesti—n de nuestra aceptaci—n legal por el Padre, frente a la ley divina. Un error comœn entre los cristianos en el estudio de la justificaci—n, es el imaginar que la justificaci—n quiere decir ser hecho justo. M‡s bien, significa declarado justo.

Tampoco es una recompensa por nuestra fe. Como ya comprobamos en la secci—n anterior bajo el nuevo nacimiento, la fe salvadora es una obra de la gracia divina. Aunque Dios requiere la fe como condici—n de la justificaci—n, no debemos suponer por eso que la justificaci—n es una recompensa por nuestra fe, puesto que es Dios mismo quien nos la da, por medio de la regeneraci—n.

Tampoco afirmamos que la fe reemplaza a la ley moral divina. Esta ley, representada por los Diez Mandamientos, forma parte de un pacto eterno y no puede ser reemplazada. Algunos acusaron a los reformadores de ense–ar que si tenemos fe, no tenemos que hacer buenas obras. La realidad del asunto es que las obras de los pecadores no son v‡lidas para su salvaci—n porque provienen de una fuente corrupta. Las obras no son aceptadas si la persona no es aceptada primeramente. Y la persona ser‡ aceptada solamente si es justificada por la fe.

La fe no reemplaza a la ley moral, porque los Diez Mandamientos forman parte de un pacto eterno y siempre est‡n vigentes[6]. La idea b‡sica en la justificaci—n, no es c—mo ser salvo sin la ley, sino c—mo la justicia perfecta de la ley puede ser atribuida a nuestra cuenta. Segœn la Biblia, se cumple esto por medio de la fe en Cristo, quien es nuestro sustituto bajo la ley.

Por medio de las siguientes preguntas vamos a llegar a un entendimiento completo de la definici—n anterior:

ÀExige Dios que la justicia de la ley sea cumplida en los cristianos?

...para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Esp’ritu. Romanos 8:4

Estas palabras son claras. Dios exige que la justicia de la ley moral sea cumplida en nosotros. Sobre este punto muchos cristianos se equivocan. Leen vers’culos que afirman que no estamos bajo la ley, y que no somos justificados por ella. De esto sacan la conclusi—n il—gica de que la ley no cuenta para nada, y de que Dios no exige la justicia que ella representa.

Los jud’os entendieron bien que la ley representaba la justicia de Dios. Por eso, ellos supon’an que la justificaci—n proven’a de la obediencia a la ley. Erraban porque nadie pod’a guardar la ley. El Ap—stol Pablo nos muestra que la justicia representada por la ley, viene a nosotros por medio de la fe en Jesucristo, como un don gratuito de Dios. Pero cuidado. Es tambiŽn un error suponer que por eso Dios no requiere la justicia de la ley en el creyente.

Nosotros y los jud’os estamos de acuerdo sobre este punto esencial; Dios requiere la justicia de la ley. En lo que diferimos de los jud’os es en el mŽtodo de obtener esta justicia. Ellos creen que se obtiene por guardar la ley. Nosotros creemos que se obtiene como un don gratuito de Dios por la fe en Cristo.

Es esencial entender que no se anula la ley en todo sentido. Es abrogada solamente como medio de la justificaci—n. Sigue en vigor en el sentido siguiente:

La ley sirve todav’a como definici—n de ciertas palabras b’blicas, como justicia y pecado. Dice 1Juan 3:4, pues el pecado es infracci—n de la ley. L—gicamente, la palabra pecado no tendr’a significado si no fuera por la ley. TambiŽn Pablo dice en Romanos 5:13, donde no hay ley, no se inculpa de pecado. Y, porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Romanos 3:20 La ley sirve como norma de la justicia. Sin la ley, no habr’a pecado y nadie podr’a ser condenado.

El problema con las exigencias divinas respecto a la ley, es que nadie puede cumplir con ellas. Como dijo Pablo, Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden. Romanos 8:7 Con esto, llegamos a la segunda pregunta:

Si no podemos cumplir con las exigencias de la ley, Àc—mo es que la justicia de la ley nos llega a ser contada?

Aqu’ entra uno de los principios b’blicos m‡s importantes: la sustituci—n de Cristo. Jesucristo fue nuestro sustituto frente a la ley. Cristo cumpli— la ley en nuestro lugar en dos sentidos. Primero, vivi— una vida perfecta bajo la ley, cumpliendo as’ con todas sus exigencias (Romanos 3:21-26). Segundo, Cristo acept— en su cuerpo la pena que la ley requiere para los transgresores, la muerte.

 Pablo revel— eso en G‡latas 4:5-6:

Dios envi— a Su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiŽsemos la adopci—n de hijos.

Vemos entonces por quŽ Pablo dice en Romanos 3:31, Luego por la fe invalidamos la ley? De ninguna manera, sino que confirmamos la ley. La muerte de Cristo era necesaria precisamente porque la ley moral siempre est‡ en vigor. Si la ley no valiera nada, no habr’a pecadores...y Cristo no hubiese venido a morir. La fe, pues, no es un sustituto para la justicia de la ley. M‡s bien, la fe es la œnica manera en que podemos recibir esa justicia.

En realidad, Pablo nos asegura que la ley misma servir’a como medida de justificaci—n si el hombre pudiera guardarla. porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley ser‡n justificados. Romanos 2:13 Punto clave: La gracia no consiste en que Dios haya cambiado las condiciones de la salvaci—n de algo que el hombre no pod’a hacer, guardar la ley, a algo que puede hacer, poner fe en Cristo. La fe, como ya vimos en la secci—n anterior, es un don de Dios, no algo que el hombre suscite por su propia voluntad. El pecador nunca ha tenido la capacidad de creer, ni tampoco capacidad para guardar la ley.

ÀEs pues la fe la base de nuestra justificaci—n?

A riesgo de ser malentendido, contestamos no a esta pregunta. La fe no es la base de nuestra justificaci—n. La justicia perfecta de Cristo lo es. La fe es simplemente el medio necesaria para recibirla.

Tomemos como ilustraci—n el proceso de poner los cimientos para un edificio. El encofrado nos representa a nosotros. El cemento representa la justicia perfecta de Cristo. El conducto representa la fe por la cual el cemento se derrama en el encofrado. El encofrado, antes de recibir el cemento, est‡ vac’o. Es igual a nosotros, antes de aceptar a Cristo. Est‡bamos vac’os de toda justicia. No ten’amos nada. Pero Dios instal— el conducto, es decir la fe. Por medio de la fe, Dios derram— en nosotros el cemento, es decir la justicia perfecta de Cristo, y eso forma la base s—lida sobre la cual construimos la casa de nuestra vida.

Tenemos que distinguir aqu’ la diferencia entre la justificaci—n y la santificaci—n. La santificaci—n es como la construcci—n de la casa despuŽs de poner el fundamento. Es un proceso que dura toda la vida y var’a entre los cristianos. Pero la justificaci—n no es un proceso. Es un acto divino hecho una sola vez y para siempre en el creyente al momento de su conversi—n a Cristo, y nunca puede cambiar ni variar. Esto es obvio, porque la justicia perfecta de Cristo, que forma la base de la justificaci—n, no puede cambiar. La santificaci—n significa Ôser hecho justoÕ; es decir, nuestra pr‡ctica cotidiana de la vida cristiana. La justificaci—n en cambio, significa Ôser declarado justoÕ; es decir, frente a las exigencias de la ley.

Al analizarlo, se puede ver f‡cilmente por quŽ algunos cristianos sienten inseguridad respecto a su aceptaci—n frente a Dios. Es porque confunden la diferencia entre la santificaci—n y la justificaci—n. Imaginan que su aceptaci—n con Dios se basa en su nivel de santificaci—n. As’, experimentan inestabilidad emocional porque la santificaci—n es variable.

Es igual con el concepto de que el cristiano puede perder una y otra vez la salvaci—n. Este concepto basa la salvaci—n sobre el grado de santificaci—n del creyente y no en la justificaci—n, como la Biblia ense–a. Sobre tal base, es imposible tener la seguridad de la salvaci—n en esta vida, porque el fundamento es variable y relativo.

De acuerdo con la ense–anza de Pablo, Dr. Carlos Dodge se–ala:

Fue porque Ad‡n era el representante de su raza que su pecado es la base judicial para la condenaci—n de ellos; y es debido a que Cristo es el representante de su pueblo, que su justicia es la base judicial de la justificaci—n de los creyentes[7].

La justificaci—n es un acto absoluto e invariable. Por eso un gran Ap—stol no es m‡s justificado que un reciŽn nacido en Cristo. Claro, habr‡ una diferencia enorme entre ellos en el grado de santificaci—n. Pero no en justificaci—n. En el cielo no seremos m‡s justificados que ahora. M‡s santificados, s’. Pero no m‡s Description: Description: Macintosh HD:Users:rogersmalling:Desktop:justif.gifjustificados.

Todo el Cap’tulo Cuatro de Romanos fue escrito para ilustrar c—mo la justicia perfecta de Cristo nos es contada a nosotros. Pablo usa a Abraham para esta ilustraci—n. Abraham vivi— m‡s de cuatrocientos a–os antes de la ley de MoisŽs. No ten’a la ley de Dios escrita. Lo œnico que ten’a era la fe. Y Pablo dice: Crey— Abraham a Dios y le fue contado por justicia. Romanos 4:3

Eso no quiere decir que su fe fue contada en lugar de la Description: Description: Macintosh HD:Users:rogersmalling:Desktop:falso.gifjusticia. Solamente que la fe fue el medio que Dios us— para justificarle. La palabra por usada aqu’, es dif’cil de traducir del griego. Su sentido es en vista de. No significa que Dios acept— su fe como base de la justicia, sino como medio para recibir la justicia.

ÀPara quiŽnes est‡ reservada la justificaci—n por la fe?

Y a los que predestin—, a estos tambiŽn llam—; y a los que llam—, a estos tambiŽn justific—; y a los que justific—, a estos tambiŽn glorific—. Romanos 8:30

La justificaci—n por la fe est‡ reservada para los predestinados, a los que Dios escogi— para la salvaci—n antes de la fundaci—n del mundo. La glorificaci—n de estos es inevitable.

ÀEs posible que un creyente pierda su justificaci—n?

ÀQuiŽn acusar‡ a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. Romanos 8:33

Dios no acepta acusaciones de pecado en contra de su pueblo escogido y justificado. ÀPor quŽ no? Porque Cristo les ha prestado su justicia. Y la justicia perfecta de Cristo no cambia jam‡s. Si se pudiera perder la justificaci—n, tendr’a que ser por otras causas, pero no por ser pecador. Pablo dice claramente que Dios no acepta acusaciones de pecado en contra de sus elegidos. Pablo nunca dijo que los cristianos no tienen pecados, solamente que los rastros de corrupci—n que quedan en nosotros han dejado de ser causa de condenaci—n.

ÀC—mo llegamos a ser amigos de Dios?

De la misma forma en que Abraham lleg— a ser amigo de Dios....justificaci—n por la fe solamente.

 

Preguntas para repasar: Justificaci—n

1.   Verdadero o Falso:_____ Dios requiere que la justicia de la ley sea cumplida en nosotros.

2.   Verdadero o Falso:_____ La fe es la base de nuestra justificaci—n.

3.   Verdadero o Falso:_____ Dios acepta la fe en Cristo como sustituto para la justicia.

4.   Verdadero o Falso:_____ La palabra justificaci—n quiere decir Ôser hecho justoÕ.

5.   Verdadero o Falso:_____ La justificaci—n es algo que Dios cumple en nosotros cuando recibimos a Cristo y nunca cambia.

6.   Verdadero o Falso:_____ La justificaci—n es un proceso.

7.   Verdadero o Falso:_____ La santificaci—n es un proceso.

8.   Verdadero o Falso:_____ La santificaci—n es s—lo una doctrina te—rica no m‡s, y no tiene aplicaciones pr‡cticas en la vida del creyente.

9.   Verdadero o Falso:_____ Ya que somos justificados por la fe, la ley no sirve para nada.

10. Verdadero o Falso:_____ Era la intenci—n de Dios de que la justificaci—n fuera para toda la humanidad.

11. El grito de guerra de la Reforma fue _______________.

12. El sacerdote cat—lico del siglo XVI que descubri— en la Biblia la justificaci—n por la fe, se llamaba, ________________________.

13. La doctrina de la justificaci—n por la fe sirve para:

      A. _________________________

      B. _________________________

      C. _________________________

14. Cristo era nuestro sustituto bajo la ley en dos sentidos: En su ________ y en su __________.

15. Verdadero o Falso:_____ Es posible que un creyente pierda la justificaci—n.

16. Verdadero o Falso:_____ Dios no acepta acusaciones en contra de su pueblo escogido y justificado.

17. ÀC—mo se caracterizan los justificados?

 

Respuestas a las preguntas: Justificaci—n

1=V; 2=F; 3=F; 4=F; 5=V; 6=F; 7=V; 8=F; 9=F; 10=F; 11=Justificaci—n por la fe 12=Mart’n Lutero; 13=Nos libera de temores, nos ayuda en oraci—n, nos ayuda a evitar legalismo; 14=Vida, muerte; 15=F; 16=V; 17=Una vida recta

 


 

Elecci—n por gracia  

Un cuento:

En una ciudad lejana, viv’a un hombre de raras combinaciones. Era un famoso escultor y practicaba tambiŽn las artes marciales. Es preciso mencionar que tanto en la una como en la otra aptitud, era un verdadero maestro.

Lastimosamente, varios de sus amigos no lo entend’an. Algunos cre’an que para ser escultor se necesitaba un car‡cter dulce y manso. El resto pensaba que un karateka deb’a ser un hombre duro y violento y le ten’an miedo.

Invit— entonces a todos sus amigos. Quer’a que ellos observaran sus dos habilidades.

Antes de que los amigos llegaran a la reuni—n, el hombre tom— una masa de barro y la dividi— en dos partes. Con el primer pedazo molde— una hermosa escultura. Se trataba de un conjunto de personas, animales y flores en un gran bosque. Pint— la obra de arte y la fragu— en el horno. Con el otro trozo de barro, construy— un bloque sin forma y tambiŽn lo coci—.

Los amigos llegaron el d’a acordado y Žl decidi— sacar primero la escultura.

—ÁQuŽ sensible y dulce eres! ÁTu obra es muy fina!— exclamaron maravillados los presentes.

Dijo el maestro, —ÁGracias por sus halagos! Pero en realidad no solamente me dedico a la escultura—. La contestaci—n del artista dej— perplejos a muchos de sus amigos. Se dirigi— a su taller y carg—, hasta el lugar donde la gente se hab’a agrupado, el gran pedazo de barro cocido.

­—Existen otras artes que no requieren sensibilidad— dijo con voz muy profunda. DespuŽs de breves segundos, lanz— un grito y con su mano extendida rompi— de un solo golpe todo el bloque solidificado.

Aquellos que asistieron, se dieron cuenta de lo que el maestro les comunicaba. Verdad que Žl era sensible y dulce, pero tambiŽn era fuerte. Mejor ser su amigo.

Jehov‡ es como ese artista. Algunos lo ven como un Padre amoroso que no har’a da–o a nadie; otros lo perciben como un Dios que establece justicia, castiga y reprende. Sin embargo, ninguno de los dos grupos piensa correctamente. El Ap—stol Pablo ten’a la idea correcta de Dios al decir: Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; Romanos 11:22 En el cuento arriba, el barro moldeado representa a los elegidos y el bloque sin forma a los reprobados.

Si bien la misericordia de Dios no podr’a manifestarse sin la existencia de pecadores, tampoco el juicio justo de Dios podr’a hacerlo sin la existencia de condenados. Debemos amar y temer a nuestro Dios. La misericordia y la justicia divinas son complementarias; no se contradicen.

La controversia de la elecci—n

Si un d’a le llega al lector la idea de provocar una disputa viva entre cristianos, perm’tame ofrecerle una sugerencia: Exclame esta sola palabra, Ápredestinaci—n!

Para algunos esta palabra es un tesoro consolador que les ayuda a entender mejor la gracia de Dios. Para otros es la peor de las calumnias en contra del car‡cter justo de Dios.

La controversia que existe en cuanto a la predestinaci—n no se encuentra en una falta de evidencias b’blicas. Es inevitable que sea controversial cualquier cosa que desaf’a la independencia humana, su orgullo y la supremac’a de su voluntad.

Muchos eruditos en teolog’a b’blica han observado que...

Las dificultades que sentimos con respecto a la predestinaci—n no son derivadas de la Palabra. La Palabra est‡ llena de ella, porque est‡ llena de Dios. Y cuando decimos Dios, hemos dicho predestinaci—n[8].

En realidad, la predestinaci—n es cuatro veces m‡s f‡cil de comprobar que la misma deidad de Jesucristo. En el Nuevo Testamento hay m‡s o menos 10 vers’culos que expresan directamente la deidad de Jesœs. Pero m‡s de 40 expresan la predestinaci—n.

Sin embargo, los mismos cristianos dispuestos a defender hasta la muerte la Deidad de Jesucristo, luchar‡n con igual furia para refutar la predestinaci—n. ÀPor quŽ? Como lo expres— un erudito evangŽlico, J.I. Packer: Ò...la mente carnal del hombre, incluso entre los salvos, no soporta tener que abandonar la ilusi—n de que ella misma es capit‡n de su propio destino y due–a de su propia almaÓ[9].

Definici—n de las palabras

Predestinaci—n quiere decir Ôdestinado antesÕ. Se refiere al arreglo divino de las circunstancias de la realidad, para cumplir con sus decretos hechos antes de la fundaci—n del mundo.

La elecci—n se refiere al decreto divino de crear, de entre la humanidad condenada, a ciertos individuos para ser beneficiarios del don gratuito de la salvaci—n. Dios hizo esto sin referencia a los mŽritos, al estado de la voluntad o la fe prevista en los elegidos. Dios no lo hizo arbitrariamente, sino en base de su gracia.

La reprobaci—n tiene que ver con el decreto divino mediante el cual Dios deja a una parte de la humanidad pecadora, siga su camino hac’a la condenaci—n eterna, siendo as’ objetos de la ira divina.

 Dios no los obliga a pecar. Tampoco es el autor del pecado de ellos. Simplemente les deja continuar hac’a su destino, como castigo por sus pecados.

Description: Description: Macintosh HD:Users:rogersmalling:Desktop:reprob.pngAunque los conceptos de predestinaci—n y elecci—n son semejantes, no son exactamente iguales. La elecci—n encierra la decisi—n divina de salvar a algunos; en cambio la predestinaci—n se refiere al poder de Dios para arreglar las circunstancias a fin de cumplir con sus decretos.

Supongamos que deseamos que un caballo pueda correr en c’rculos perfectos. Primero, escoger’amos el caballo. Esto es la elecci—n. Luego, construir’amos un corral circular para que aprenda a correr en c’rculos. Esto es la predestinaci—n. El corral representa las circunstancias de la vida en que ponemos al caballo es exactamente como Dios arregla las circunstancias de nuestras vidas para asegurar que cumplamos con su decreto hecho en la eternidad.

Importancia de la doctrina de la elecci—n

La elecci—n es como una luz que ilumina el significado de la palabra gracia. Sin ella, la gracia es percibida como la recompensa por alguna actividad o disposici—n humana y no como la causa de esta disposici—n.

Si la definici—n correcta de la palabra gracia es un favor inmerecido, entonces la gracia tiene que ser independiente de cualquier actividad humana. El momento en que aceptamos este concepto, entendemos por quŽ la gracia y la elecci—n son inseparables. Es il—gico proclamar la doctrina de la salvaci—n por gracia mientras negamos la de la elecci—n. Pablo expres— esta unidad con estas palabras:

As’ que tambiŽn aœn en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Romanos 11:5

 

La elecci—n es como un reflector
que ilumina la palabra gracia.

 

Las evidencias b’blicas respecto a la elecci—n: Las pruebas parad—jicas

Existen dos argumentos que se presentan para intentar refutar la doctrina de la elecci—n: el concepto de la justicia y tambiŽn el concepto de la presciencia. Sin embargo, Žstos se convierten en las evidencias m‡s fuertes para comprobar la certeza de la predestinaci—n. Son las pruebas parad—jicas.

Argumento de la justicia

Los que se oponen a la predestinaci—n dicen: La predestinaci—n no puede ser verdad porque Dios ser’a injusto en escoger a algunos y no a otros. Y si la voluntad de Dios es irresistible, Àc—mo puede Dios hacerle responsable por el pecado? Pablo anticip— esta objeci—n en Romanos 9:14-16:

ÀQuŽ pues diremos? ÀQue hay injusticia en Dios? De ninguna manera. Pues a MoisŽs dice: TendrŽ misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadecerŽ del que yo me compadezca. As’ que no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

Notemos que en el texto anterior, Pablo no se disculpa de ninguna manera frente a la objeci—n. Tampoco la contesta. Pero afirma otra vez el derecho de Dios a tener misericordia, o no, segœn su criterio. TambiŽn subraya que la elecci—n no depende, ni de la voluntad humana, ni de sus esfuerzos. ...no depende del que quiere ni del que corre. v.16

Pablo anticipa aqu’ una objeci—n basada en el libre albedr’o neutral. Curiosamente, esta anticipaci—n indica que la predestinaci—n soberana es precisamente lo que est‡ afirmado. Su respuesta, por lo tanto, suena m‡s como un reproche.

Pero me dir‡s: ÀPor quŽ, pues, inculpa? porque ÀquiŽn ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ÀquiŽn eres tœ, para que alterques con Dios? Dir‡ el vaso de barro al que lo form—: ÀPor quŽ me has hecho as’?

Decir que la elecci—n es injusta, es altercar con Dios. Pablo entendi— la imposibilidad de satisfacer el orgullo de los que se creen capaces de encargarse de su propio destino, y Žl se contenta con reprocharlos con À...quiŽn eres tœ, para que alterques con Dios?

 

Decir que la elecci—n es injusta

es altercar con Dios.

 

Existe tambiŽn otra respuesta l—gica para contestar la objeci—n anterior. Todos merecemos la condenaci—n. Si Dios nos condenara a todos, no har’a injusticia a nadie. ÀPor quŽ inculpar a Dios de injusticia por salvar a algunos? Varios reciben de Dios misericordia. Otros reciben justicia. Nadie recibe injusticia.

Dios se reserva para s’ mismo el derecho de hacer lo que a bien le parece con su propia creaci—n. Dios no se sujeta a otro criterio que a su propia voluntad. Sus acciones no son susceptibles a las evaluaciones humanas. La œnica manera correcta de responder a la cuesti—n de la predestinaci—n es agradecerle a Dios, cerrar la boca y temblar.

Argumento de la presciencia

Segœn este punto de vista, Dios escogi— a unos porque ve’a de antemano quiŽnes ser’an las personas que iban a obedecer y a creer.

Los que sostienen este punto de vista se basan en dos vers’culos:

Elegidos segœn la presciencia de Dios Padre en santificaci—n del Esp’ritu, para obedecer... 1Pedro 1:2

Porque los que antes conoci—, tambiŽn los predestin— para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo... Romanos 8:29

Estos vers’culos podr’an defender, en un primer an‡lisis, la posici—n en contra de la predestinaci—n, pero m‡s bien sostienen lo contrario. Es necesaria una pregunta para rescatar el sentido real de los textos b’blicos: ÀQuŽ es lo que Dios previ— en los hombres?

¥ No pudo ser la fe, porque Žsta se basa en la predestinaci—n: ... y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Hechos 13:4. La fe es, adem‡s, fruto de la gracia de Dios: ... y los que por la gracia hab’an cre’do. Hechos 18:27

¥ No pudieron ser las buenas obras. Dice Efesios 2:10 que las obras fueron predestinadas al igual que las personas que las ejecutan. Las buenas obras se basan en la fe y la fe en la predestinaci—n.  Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesœs para buenas obras, las cuales Dios prepar— de antemano para que anduviŽsemos en ellas.

¥ No pudo ser la buena voluntad porque la voluntad del pecador no es buena. No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios, Romanos 3:11

En vista de la depravaci—n y la rebeli—n del hombre, no existe ninguna calidad buena en el pecador para prever. La palabra presciencia significa aqu’ lo mismo que pre-ordenaci—n. Es decir, Dios sab’a de antemano a quienes hab’a escogido para arreglar las circunstancias de sus vidas, a fin de confirmarlos a la imagen de su hijo.

 

No existe ninguna cualidad buena

en el pecador para prever.

 

ÀQuŽ significa la palabra presciencia en los vers’culos citados?

La palabra griega traducida presciencia es proginosko y significa tambiŽn Ôpre-ordenadoÕ. En los dos vers’culos citados, la obediencia es mencionada como resultado de la presciencia y no la causa de ella. Dice Pedro, ...para obediencia y no ...por obediencia. TambiŽn Pablo expresa en Romanos 8:29 para que fuesen y no porque vio que eran. Estos dos vers’culos, entonces, sirven como apoyos a la predestinaci—n en lugar de refutarla.

Es interesante que en 1Pedro Cap’tulo Uno, el ap—stol usa esta misma palabra proginosko relacion‡ndola con la venida de Jesœs, y se traduce destinado antes. (v.20) ...ya destinado antes de la fundaci—n del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos... Ser’a absurdo decir que Dios el Padre simplemente previ— que Jesœs iba a venir. Igual con Hechos 2:23 ...a este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios... Aqu’, la frase, anticipado conocimiento, es esta misma palabra griega, traducida como presciencia en 1Pedro1:2.

Queda claro de que la palabra presciencia significa Ôpre-ordenaci—nÕ cuando se usa en el sentido de la actividad divina. Esa palabra apoya, y no refuta la predestinaci—n.

Es interesante que en las Escrituras no existe ninguna concordancia entre la elecci—n y el conocimiento previo que Dios tiene de la reacci—n de la gente. Por ejemplo, Jesœs dijo:

Porque si en Tiro y en Sid—n se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y ceniza. Mateo 11:21

Si aquellas poblaciones pod’an arrepentirse, Àpor quŽ no envi— Dios un profeta para predicarles? Simplemente porque no eran escogidos.

Dios escogi— a Israel como pueblo suyo aunque conoc’a de mucho antes su rebeld’a.

Todo el d’a extend’ mis manos a un pueblo rebelde y contradictor. Romanos 10:21

Dios escogi— a Israel a pesar de su prevista reacci—n negativa:

...no ha desechado Dios a su pueblo al cual desde antes conoci—. Romanos 11:1

Dios escoge a Ezequiel y lo env’a a los jud’os, aunque le anunci— el rechazo del pueblo a su mensaje. ÀPor quŽ Dios actœa de esta manera? Porque los jud’os de esa Žpoca fueron escogidos como pueblo nacional de Dios, no en base a sus reacciones o actitudes sino en base a la voluntad divina.

En 1Corintios 2:7-10, Pablo asegura que Dios ha predestinado para nosotros una sabidur’a especial, pero escondida para los pr’ncipes de este mundo. Dios sab’a que si la hubiese revelado a los pr’ncipes de la Žpoca de Cristo, no habr’an crucificado a su Hijo. ÀPor quŽ, entonces, Dios no revel— su verdad a los poderosos? Simplemente porque ten’a esa sabidur’a predestinada para nosotros y no para aquellos.

Dios no fundamenta sus decisiones en la reacci—n prevista del hombre porque nadie busca a Dios de todas formas. Dice Romanos 10:20:

Fui hallado de los que no me buscaban; me manifestŽ a los que no preguntaban por m’.

Incluso la l—gica nos ayuda a entender por quŽ la presciencia no explica la elecci—n. Todos sabemos que Dios es todopoderoso y omnisciente. Es obvio, pues, que cualquier cosa que Dios ve de antemano es tambiŽn predestinada. Si Dios es todopoderoso puede impedir que acontezca cualquier cosa contraria a su voluntad.

Ejemplo: Supongamos que Dios prevŽ que el Se–or Fulano naciera en circunstancias que le provocaran rechazar a Cristo. Si Dios quisiera que fuese salvo, podr’a cambiar esas circunstancias de manera que tenga otra influencia. No se puede escapar de la conclusi—n. Si Dios no cambia esas circunstancias, es porque el Se–or Fulano no es elegido. As’, la œnica manera de usar la objeci—n basada en presciencia, es negar que Dios es todopoderoso.

Las tres ilustraciones de Romanos Nueve

 El Cap’tulo Nueve de Romanos contiene las evidencias m‡s din‡micas sobre la elecci—n porque est‡ dedicado exclusivamente a este tema. Por esta raz—n, lo estudiaremos cuidadosamente.

Pablo expone sus razones por medio de tres ejemplos gr‡ficos: Jacob y Esaœ, el Fara—n y el alfarero.

Primera ilustraci—n: Jacob y Esaœ

Pablo insiste en dos conceptos: la elecci—n nacional y la elecci—n personal. Utiliza la primera para explicar la segunda. Es importante aclarar que Pablo no se refiere œnicamente a la elecci—n nacional. Los versos 6 al 8 aclaran que el Ap—stol centra su mensaje en la elecci—n individual:

...no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham son todos hijos...Esto es, no los que son hijos segœn la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos segœn la promesa son contados como descendientes.

Se subraya lo mismo en vers’culo 27 para hacer una distinci—n entre jud’os salvos y jud’os perdidos.

Si fuere el nœmero de los hijos de Israel como la arena del mar, tan solo el remanente ser‡ salvo... v.27

En el vers’culo 11, Pablo toma como ilustraci—n una historia del Antiguo Testamento para explicar la elecci—n divina:

Épues no hab’an aœn nacido, ni hab’an hecho aœn ni bien ni mal, para que el prop—sito de Dios conforme a la elecci—n permaneciese, no por las obras sino por el que llama.

Jacob y Esaœ eran gemelos. Sin embargo, antes de que nacieran, Dios ya hab’a escogido a Jacob en lugar de Esaœ, sin tomar en cuenta las caracter’sticas previstas en ellos.

Si Dios hubiese escogido a Jacob porque vio de antemano que ten’a un coraz—n sensible a las cosas espirituales, el vers’culo deber’a decir: Ò...para que el prop—sito de Dios permaneciese segœn un buen coraz—n y no segœn el que llamaÓ. Es claro que la base de la elecci—n no fue ninguna cualidad prevista en Jacob.

Pablo enfatiza el v’nculo entre el amor divino y la elecci—n en el vers’culo 11:

A Jacob amŽ, m‡s a Esaœ aborrec’.

Dios ama por su libre elecci—n, no por mŽrito alguno de los elegidos. Su amor es una fuerza poderosa y personal que le empuja a buscar, salvar y preservar a los elegidos. El es el Pastor que busca a la oveja perdida.

 Su amor es activo, no pasivo; personal y no general; voluntario y no forzado.

Jacob y Esaœ son s’mbolos de los elegidos y de los reprobados. El ama a los elegidos y aborrece a los reprobados.

Description: Macintosh HD:Users:rogersmalling:Desktop:Screen shot 2017-03-20 at 5.51.15 PM.pngEsta interpretaci—n representa uno de los tres puntos de vista b‡sicos con respecto al tema delicado y complejo del amor de Dios. Estos tres tratan con ciertas preguntas claves: ÀA quiŽnes ama Dios? ÀQuŽ distinciones existen relativas a las diferentes clases de individuos? Estas dos preguntas pueden ser resumidas en dos elementos: Extensi—n del amor, y clase de amor.

ÀAma Dios a todos por igual? ÀAma tanto a Hitler en el infierno como al Ap—stol Juan en el cielo; a Fara—n tanto como a MoisŽs? ÀEs el amor de Dios tanto universal como equivalente?

La existencia de textos como Romanos 9:13 hace este concepto problem‡tico. Aun si recibimos la universalidad del amor divino, es claro que no es equivalente. No existen formas de tomar la frase, A Jacob amŽ y a Esaœ aborrec’ e interpretarla como que Dios am— a Esaœ tanto como a Jacob. Aun si la palabra aborrec’ significara un amor inferior, como algunos han dicho, esto no alivia la distinci—n. Peor todav’a, el profeta Malaqu’as indic— que el aborrecimiento divino hacia Esaœ result— en una aniquilaci—n total de su descendencia. Es un poco dif’cil imaginar la aniquilaci—n total como una expresi—n de amor.

Aun el vers’culo famoso Juan 3:16, De tal manera am— Dios al mundo..., no apoya el punto de vista universalista. Incluso si se podr’a mostrar que la palabra ambigua mundo significara Ôtodo ser humanoÕ, nada indica que el amor de Dios es equivalente para todos.

De igual forma, nosotros podemos verificar con una concordancia que la Biblia nunca habla del amor de Dios excepto en referencia al pueblo de Dios. Tampoco se pueden evitar los textos que indican un amor particular para los elegidos. ...escogidos de Dios santos y amados...Colosenses 3:12 Porque conocemos hermanos amados de Dios vuestra elecci—n; 1Tesalonisenses 1:4

Cierta vez, una mujer fue a hablar con el famoso predicador ingles, Carlos Spurgeon. Le dijo que le molestaba la afirmaci—n, Ém‡s a Esaœ aborrec’. Ella pensaba que Dios amaba a todos por igual. La respuesta de Spurgeon fue: ÒEso no es lo que me molesta, se–ora. Lo que me molesta es c—mo pod’a Dios amar a Jacob...siendo que Jacob no lo merec’aÓ.

Es muy valioso proclamar el amor de Dios como uno de sus atributos principales, mientras estŽ equilibrado con la santidad de Dios y el se–or’o de Cristo. De otro modo, tal proclamaci—n puede producir en la mente del oyente un concepto de Dios como un gran abuelito celestial que nunca har’a da–o a nadie; que tiene un amor pasivo y frustrado; amando a todos en general sin amar a nadie en particular; un Dios impotente y frustrado que espera en vano que el hombre responda a sus rogativas. Tal concepto agrada mucho al hombre moderno, porque no representa ningœn peligro.

No es por nada que vivimos en una generaci—n que no teme a Dios.

En el Nuevo Testamento, los ap—stoles predicaron el arrepentimiento ante Dios y la fe en el Se–or Jesucristo, pero reservaron el mensaje de amor mayormente para los creyentes. (Algunos textos sobre este punto son: Sal 5:5; Pr 15:9; Jn 13:1; Jn 14:21,23; Rom 1:7; Rom 11:28; 2Tes 2:13; Heb 12:5,6; Sant 2:5)

Description: Description: Macintosh HD:Users:rogersmalling:Desktop:creador.pngUn tercer punto de vista argumenta que Dios ama al mundo entero en su capacidad de Creador, pero a sus hijos en su capacidad como Padre. Su amor como Creador se extiende a todos porque sus hijos tambiŽn son parte de su creaci—n. Es decir, elegidos= amor paternal; reprobados= amor del Creador.

Este concepto se basa mayormente en que Dios tiene ciertas bendiciones para todos sin distinci—n ninguna. Estas bendiciones incluyen la preservaci—n de la raza (1Timoteo 4:10), lluvia y cosechas para todos (Mateo 5:45), y provisi—n de habitaciones para los pueblos varios (Hechos 17:26). En la teolog’a, llamamos estas bendiciones gracia comœn para distinguirla de la gracia especial, es decir, la salvaci—n.

Estas bendiciones comunes, comparadas con el amor particular divino para los elegidos, han guiado a algunos te—logos a crear esta distinci—n en el amor de Dios.

ÁQue consuelo profundo para los elegidos el conocer que Dios los ama con un amor especial y eterno! Packer lo expresa as’:

Ningœn cristiano verdadero duda de que Dios lo ama. Pero la cantidad de amor que Žl siente estar‡ principalmente determinada por su concepto de c—mo y cuando le lleg— el amor de Dios. Si Žl siente que la decisi—n divina fue condicional, dependiente de su aceptaci—n a Dios, entonces Žl puede imaginar que el amor de Dios tambiŽn es condicional. El amor significar‡ que es el resultado de un contrato ofrecido por Dios. ÒYo te amarŽ primeroÓ, dice Dios, Òy si me amas a m’ tambiŽn, entonces te amarŽ m‡s todav’a[10].

      En su libro sobre la elecci—n, Kenneth John lo expresa as’:

Pero si uno cree que Dios lo ha amado con un amor eterno, y por lo tanto lo ha escogido y lo ha llamado, el sentido del amor es m‡s profundo. Porque ya tenemos un amor que floreci— antes de que tomara lugar la reconciliaci—n. Tenemos un amor que no fue dependiente de un Òarreglo Tenemos un amor id—neo, incondicional e irresistible. Es inexhaustible en sus dimensiones[11].

Regresando ahora al tema principal, precisemos sobre Romanos 9:16:

As’ que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

Este vers’culo tal vez es el m‡s importante en todo el cap’tulo. Con la frase, As’ que, Pablo introduce una conclusi—n devastadora.

La elecci—n no tiene ninguna base en la voluntad humana. Tal vers’culo deja en vano todo intento de argumentar en favor del poder de la voluntad humana como base de la elecci—n. Sin embargo, Pablo nunca niega la existencia de la voluntad humana, ni comenta sobre sus habilidades. El pasa por alto la cuesti—n, e indica que la voluntad humana no tiene nada que ver con el asunto. Para Žl, tal discusi—n ser’a como disputar sobre la calidad de un cimiento puesto para una casa, aunque la casa nunca sea construida sobre esa base.

 

La elecci—n no tiene base alguna

en la voluntad humana.

 

Segunda Ilustraci—n: Fara—n v.17-18

Pablo presenta aqu’ la dif’cil doctrina de la reprobaci—n, segœn la cual Dios ha pasado por alto a algunos en el decreto de la elecci—n. Si Dios elige a algunos para la salvaci—n, es evidente que existen otros que no son escogidos.

Aunque la elecci—n y la reprobaci—n son las dos caras de la predestinaci—n, no funcionan igual. En la elecci—n, Dios cambia la mente para disponerle a aceptar la salvaci—n en Cristo. En la reprobaci—n, Dios no necesita actuar en el hombre porque Žste ya est‡ dispuesto a pecar sin ninguna ayuda.

Description: Description: Macintosh HD:Users:rogersmalling:Desktop:faraon.gifEn ƒxodo, unos cuantos vers’culos dicen que Dios endureci— el coraz—n del Fara—n; otros, que Fara—n endureci— su propio coraz—n. ÀCu‡l afirmaci—n es correcta? Ambas. Dios endurece el coraz—n del reprobado al confrontarlo con la verdad. Fara—n reaccion— de acuerdo con su naturaleza pecaminosa y endureci— su propio coraz—n.

Dios no hace ninguna injusticia a los reprobados. ƒl permite que tengan lo que m‡s desean...el pecado. Ellos desean que Dios se aparte y no los moleste. Es una paradoja que algunos reciben de Dios lo que m‡s desean, y lo lamentar‡n por toda la eternidad. Otros reciben de Dios lo que menos deseaban, hasta que Dios les da nuevos deseos, y ser‡n agradecidos para siempre. No es una injusticia. Es una justicia poŽtica.

Recordemos que cada uno de nosotros merec’a el mismo destino del Fara—n. Antes de acercarnos a Cristo, todos ten’amos un coraz—n duro. La diferencia est‡ en la misericordia de Dios y no en la superioridad moral de los elegidos.

De manera que de quien quiere tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. Romanos 9:18

Tercera Ilustraci—n: El alfarero v.19-22

Los que se oponen a la doctrina de la predestinaci—n, creen que la ilustraci—n de Pablo no se puede aplicar a la situaci—n humana. Piensan que el hombre tiene voluntad y pensamiento, caracter’sticas superiores a las que puede poseer un simple vaso de barro.

Sin embargo, Pablo no niega que el hombre tenga voluntad; simplemente rechaza la idea de que la voluntad humana sea la base de la elecci—n.

Dios, quien es el alfarero, prepara vasos para deshonra como una demostraci—n del justo juicio de Dios; y vasos para honra a fin de expresar la gloria de su gracia.

Los contrastes son obvios: El amor y la misericordia de Dios hacia los elegidos son eternos. Su ira hacia los reprobados tambiŽn. Estos dos grupos est‡n en los extremos de la eternidad y nunca se reconcilian. Todo ser humano es uno de los dos vasos.

Una vez m‡s el orgullo humano es derribado, y la verdad triunfa: Nosotros existimos para Dios y no Žl para nosotros.

Causas y efectos: Efesios 1:1-13

Todas las bendiciones espirituales que nos llegan tienen su causa en que Dios nos escogi— antes de la fundaci—n del mundo. As’, la elecci—n es la causa, y las bendiciones espirituales son el efecto. Una de estas bendiciones es la santidad. ...para que fuŽsemos santos y sin mancha delante de Žl, (v.4). Pablo no nos concede el lujo de poner al revŽs el orden de las cosas e imaginar que la santidad prevista en nosotros es la causa de nuestra elecci—n. Si fuera as’, tendr’amos que decir que Dios nos puso en Cristo porque vio que Žramos santos, no porque vio que Žramos pecadores. Tendr’amos as’ un evangelio de elecci—n por mŽritos, no por gracia.

ÀCu‡les son estos? Santidad (v.4), amor de Dios (v.5), adopci—n (v.5), aceptaci—n completa (v.6), redenci—n por la sangre (v7), sabidur’a e inteligencia espiritual (v.8), conocimiento de la voluntad de Dios (v.9), herencia en el cielo (v.11), sellados con el Esp’ritu Santo (v.13).

Varios argumentos que intentan refutar la clara explicaci—n de Pablo

El primer argumento dice: La elecci—n mencionada aqu’ se refiere al plan divino de incluir a los gentiles en la oferta de la salvaci—n, no a la elecci—n de individuos espec’ficos. El problema con tal interpretaci—n es que Pablo no era gentil. Era jud’o. Pero persisti— en usar nuestros y nos y el plural de verbos como tuvimos herencia y d‡ndonos. Se incluy— Žl mismo en el plan de la predestinaci—n. Mas, en el vers’culo 13 dice: tambiŽn vosotros... Eso muestra que no estaba pensando en los gentiles espec’ficamente hasta el vers’culo 13. Entre los vers’culos 1 a 12, estaba pensando en los creyentes en general, no en los gentiles solamente.

El segundo argumento asegura que las frases en Cristo y en Žl quieren decir que Dios sab’a que estar’amos en Cristo y que en base a ello nos escogi—.

Pero la fe salvadora es en s’ misma una obra de la gracia de Dios basada en la predestinaci—n, y es adem‡s, una bendici—n espiritual segœn Hechos 13:48—

...y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.

L—gicamente, la frase en Cristo tiene que ser un resultado de la elecci—n y no la causa de ella. Si fuera de otro modo, el texto deber’a leerse, Òescogido por ser en Cristo y no escogido en CristoÓ.

El orden correcto que establece Efesios Uno es: La voluntad de Dios produce la gracia. La gracia produce la elecci—n. La elecci—n produce fe, santidad, redenci—n y toda otra bendici—n espiritual.

Nuestra salvaci—n es como un anillo de diamante con muchas facetas. La base del anillo es la elecci—n que sostiene todo el diamante. La base tiene que ser bien preparada antes de que la joya sea montada. De la misma manera, era necesario que el decreto de la elecci—n precediera todo otro aspecto de nuestra salvaci—n. Veamos otras facetas de la salvaci—n, fuera de Efesios Uno, que hablan de la precedencia de la elecci—n:

¥ La elecci—n precede a la fe salvadora. ...y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Hechos 13:48

¥ La elecci—n precede a las buenas obras: ...creados en Cristo Jesœs para buenas obras, las cuales Dios prepar— de antemano para que anduviŽsemos en ellas. Efesios 2:10

¥ La elecci—n precede a los pactos: Hice pacto con mi escogido; Salmos 89:3

¥ La elecci—n precede a la llamada eficaz: Y a los que predestin—, a estos tambiŽn llam—; Romanos 8:30

El conocimiento de nuestra elecci—n es una fuente inagotable de gozo. Sus beneficios pr‡cticos y profundos nos conducen a la alabanza de su gracia y produce estabilidad como ninguna otra ense–anza puede hacerlo (Efesios 1:6; 2Pedro 1:10).

ÀC—mo saber que somos elegidos?

...la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Se–or Jesucristo. Porque conoc’amos, hermanos amados de Dios, vuestra elecci—n; 1Tesalonisenses 1:3-4

Pablo sab’a que esos hermanos eran elegidos porque reconoci— en ellos estas tres virtudes principales: Fe, amor y esperanza. Reconoc’a que el desarrollo de estas cualidades caracteriza a los elegidos.

Si bien la voluntad de Dios es que tengamos seguridad de nuestra elecci—n, dicha confianza no viene f‡cilmente. Se necesita diligencia para practicar las virtudes arriba mencionadas. Referente a estas virtudes, Pedro exhorta: ... tanto m‡s procurad hacer firme vuestra vocaci—n y elecci—n; porque haciendo estas cosas, no caerŽis jam‡s. 2Pedro 1:10

Algunos incrŽdulos, por medio de su voluntad, alcanzan cierto progreso en el desarrollo de tales virtudes. A pesar de su esfuerzo, su interŽs tiene un fin y regresan a su naturaleza pecaminosa. Un proceso de perfecci—n a largo plazo es solo posible por el poder del Esp’ritu Santo. Es en este proceso largo que se distinguen los elegidos.

Los textos de Pablo y Pedro nos ayudan a reafirmar nuestra elecci—n. El progreso espiritual para la gloria de Dios es la confirmaci—n del decreto divino.

Resumen

La doctrina de la predestinaci—n expone la cuesti—n central en lo de la salvaci—n: ÀCon quŽ contribuye el hombre para su salvaci—n?

La naturaleza humana presupone que la salvaci—n es una obra mutua y cooperativa entre Dios y el hombre. El hombre a–ade su parte y Dios responde con la gracia, de manera que la gracia no es soberana. Muchas opiniones difieren acerca de lo que el hombre debe contribuir. Algunos quieren contribuir buenas obras, penitencias, etc. Otros insisten en que tal evangelio de obras no es b’blico porque nuestra contribuci—n debe consistir en nada m‡s que buena voluntad para que Dios reciba mayor gloria.

Un sutil autoenga–o se esconde aqu’. El punto central no es lo que contribuyen, sino que no pueden contribuir nada, en absoluto, ni buena voluntad.

La predestinaci—n nos lleva a una confrontaci—n con nuestra naturaleza corrupta, con nuestra incapacidad total y con un Dios realmente soberano. Es un asalto sin tregua en contra del orgullo y autosuficiencia humanas. Es un asalto que la mente carnal no puede tolerar. La elecci—n nos agarra por la nuca y nos obliga a hacer frente a esta realidad: Dios es soberano en la salvaci—n.

Preguntas sobre la elecci—n

Pregunta 1: En 2Pedro 3:9 leemos, ...no queriendo que ninguno perezca. ÀNo contradice esto la idea de la elecci—n?

El contexto del vers’culo comprueba la elecci—n en lugar de refutarla. En el vers’culo 8, encontramos que los destinatarios de la carta de Pedro son los elegidos: Mas, oh, amados.... Los amados de Dios son, segœn Colosenses 3:12, los elegidos.

Adem‡s, Àde quŽ promesa escribe Pedro en el vers’culo 9? El vers’culo 10 revela que la promesa es la segunda venida de Cristo, el D’a del Se–or. No es la oferta de una salvaci—n para toda la humanidad, es la promesa de liberaci—n para la iglesia de Cristo.

Pedro exhorta en este pasaje a los cristianos que se turban porque Cristo tarda en regresar. Les recuerda que todo tiene un prop—sito y que cuando el œltimo miembro de la iglesia de Cristo estŽ a–adido, el Se–or volver‡.

TambiŽn existe una falla de l—gica en la objeci—n. Si Dios deseara que ningœn ser humano perezca, Àpor quŽ no env’a a Cristo inmediatamente? ÀO es que acaso Dios ha olvidado que cinco millones de ni–os nacen en el mundo cada d’a y que muchos de Žstos no ser‡n salvos?

Por lo tanto, segœn el contexto y la l—gica, la œnica interpretaci—n posible de la frase  no queriendo que ninguno perezca, es la intenci—n divina de redimir a todos los elegidos y no a la humanidad en general.

Tratemos de explicar 2Pedro 3:9 con frases entre parŽntesis:

El Se–or no retarda su promesa, [de la venida de Cristo], segœn algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros [los elegidos], no queriendo que ninguno [de los elegidos] perezca, sino que todos [los elegidos] procedan al arrepentimiento.

Pregunta 2: Pablo afirma en 1Timoteo 2:4 que Dios ...quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. ÀNo sugiere esto que Dios quiere que todos se salven, y por lo tanto, que la elecci—n y la reprobaci—n son falsas?

El contexto de la frase todos los hombres, sacar‡n a la luz la interpretaci—n correcta. En el vers’culo 1, Pablo exhorta a Timoteo a orar por todos los hombres; luego, en el vers’culo 2, a–ade que se refiere a los reyes y los que est‡n en eminencia. Pablo le pide a Timoteo que no limite sus oraciones a los pobres, sino que extienda su visi—n a las clases gobernantes tambiŽn.

Vemos, de esta manera, que la frase todos los hombres significa Ôtodos sin distinci—n de clasesÕ y no Ôtodos sin excepci—n de personasÕ.

La expresi—n todos los hombres se repite cientos de veces en las Escrituras. En menos del diez por ciento de los casos, significa Ôtoda la humanidadÕ. Normalmente significa Ôtoda clase de personasÕ.

Otro texto que nos ayuda a entender este vers’culo es Tito 2:11. Pablo dice: Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvaci—n a todos los hombres. El mensaje de Jesucristo no hab’a sido revelado a los chinos o los aztecas. Pablo se refiere a la universalidad del evangelio que trasciende barreras raciales y culturales.

Finalmente, en el vers’culo 7, Pablo revela su pensamiento acerca de todos los hombres al decir: ...fui constituido predicador y ap—stol y maestro de los gentiles... Para Pablo, todos los hombres significa Ôgentiles tambiŽnÕ y no Ôlos jud’os solamenteÕ.

Pregunta 3: Si la elecci—n es verdad, Àpor quŽ evangelizar?

Predicamos el evangelio porque Dios nos mand— a hacerlo. Aunque Dios es todopoderoso, y puede salvar a quien Žl quiera y de la manera que quiera, puso su palabrapara salvar a los elegidos.

Pregunta 4: Si la elecci—n es verdad, Àpor quŽ orar para que Dios salve a las almas?

Si la salvaci—n dependiera de la voluntad del hombre, Àpor quŽ orar a Dios? No podr’a hacer nada. Estar’a en el cielo esperando pasiva e impotentemente que el hombre decida.

Dios nos pide oraci—n y la usa para cumplir con sus prop—sitos.

Otras evidencias

Aunque la Biblia es la historia de los decretos electivos de Dios, las limitaciones de este estudio impiden el an‡lisis de todos los textos que evidencian la elecci—n.

Recomendamos al estudiante evitar un error comœn en el estudio de este tema; perderse en los detalles y olvidar el patr—n de la Biblia en su totalidad. Este patr—n b’blico es sencillo: Dios, por su voluntad soberana, escogi— a un pueblo para la salvaci—n, sin tomar en cuenta sus mŽritos. Con este pueblo, Dios instituy— un pacto de gracia, provey— un sacrificio de sangre para confirmar el pacto y los preserv—. El orden y el patr—n queda as’: Elecci—n, pacto, sacrificio, preservaci—n. Cualquier otro intento de orden es error.

Es positivo para el estudiante investigar los pactos, el sacrificio eficaz de Cristo, los consejos divinos y la incapacidad total humana, para saber c—mo se relacionan estas doctrinas con la elecci—n.

(Algunos otros textos individuales a estudiar sobre la elecci—n son: Jn 13:18; Mc 13:20; Rom 11:5; 1Cor 1:27-28; Ti 1:1; 1Tes.1:4; 2Tes 2:13; 2Tim 1:9)

 

La Biblia es la historia

de los decretos electivos de Dios.                                                

 

Preguntas para repasar: Elecci—n

1.  La elecci—n es controversial porque: (Marque uno)                           

      A. Existen pocas evidencias b’blicas para ella.

      B. El orgullo humano se rebela en contra de ella.

      C. Esa doctrina deshonra a Dios.

2.   La predestinaci—n quiere decir ___________________.

3.   La elecci—n quiere decir ___________________.

4.   Verdadero o Falso:______ Las palabras predestinaci—n y elecci—n son semejantes pero no exactamente iguales.

5.   Verdadero o Falso:______ Los que niegan la doctrina de la elecci—n, no entienden el significado de la gracia.

6.   Las dos pruebas de paradoja son:

      A._________________________________

      B._______________________ __________

7.   ÀEn quŽ texto anticipa Pablo la objeci—n basada en injusticia?

8.   La œnica doctrina correcta acerca de la elecci—n es la que tienta al hombre a decir, __________________________.

9.   Pablo contest— a la objeci—n basada en injusticia por: (Marque uno)

      A.  Disculparse frente a la objeci—n.

      B.  Contestar a la objeci—n por una explicaci—n detallada.

      C.  Afirmar el derecho de Dios para hacer lo que quiere con lo Suyo.

10. Decir que Dios es injusto en la elecci—n, es nada menos que _______________.

11. En la elecci—n, unos reciben ________________, otros la _________, pero nadie recibe la _________________.

12. La palabra presciencia quiere decir _____________________.

13. Hay tres cosas que Dios no pod’a ver de antemano en el pecador como causas de elecci—n, porque todas son obras de la gracia. Estas son:

      A. _______________________________

      B. _______________________________

      C. _______________________________

14. Por la l—gica de los contextos en que la palabra presciencia consta respecto a las actividades divinas, ella no puede significar otra cosa que _________________.

15. Verdadero o Falso:______ En las Escrituras existe una conformidad exacta entre la elecci—n y la manera en que Dios ve que la gente va a responder.

16. Para afirmar la objeci—n basada en presciencia, se tiene que negar uno de dos atributos importantes de Dios. Estos son:

      A. _______________________________

      B. _______________________________

Preguntas sobre Romanos Nueve

17. Romanos Nueve contiene tres ilustraciones de la elecci—n. Estos son:

      A. _______________________________

      B. _______________________________

      C. _______________________________

18. Verdadero o Falso:______ En la primera ilustraci—n, Pablo habla solamente de la elecci—n personal.

19. Algunos dicen que en Romanos Nueve, Pablo est‡ hablando de la elecci—n nacional y no de la elecci—n personal. Algunas refutaciones son:

      A. ________________________________________

      B. ________________________________________

20. Jacob y Esaœ son s’mbolos, respectivamente, de los__________

      y de los __________.

21. Verdadero o Falso:______ Dios escogi— a Jacob y no a Esaœ, porque vio de antemano que Jacob tendr’a un buen coraz—n.

22. Verdadero o Falso:______ Dios tiene un amor particular para los elegidos que no tiene para la humanidad en general.

23. El amor de Dios es ____________y no ________________.

24. El vers’culo m‡s importante en Romanos Nueve para mostrar que la elecci—n no tiene ninguna base en la voluntad humana es _______________.

25. En la segunda ilustraci—n, la de Fara—n, se revela la doctrina de la____________.

26. Explica en tus propias palabras por quŽ la elecci—n y la reprobaci—n no funcionan igual. ___________________________________________________

27. Verdadero o Falso:­­_____ En la tercera ilustraci—n, Pablo niega categ—ricamente que el hombre tiene una voluntad.

28. El reprobado existe para demostrar __________. El elegido existe para demostrar___________________.

29. Verdadero o Falso:­­_____ La prioridad m‡xima en la mente de Dios es el beneficio del hombre.

Preguntas respecto a Efesios Uno

30. Todas las bendiciones espirituales nos llegan porque: (Marque uno)

      A. Dios nos eligi— antes de la fundaci—n del mundo.

      B. Dios nos vio en Cristo de antemano.

      C. Somos evangŽlicos.

31. ÀCu‡les son algunos de los beneficios espirituales concedidos a los elegidos?

32. Dos de los argumentos usados por los oponentes en contra de la predestinaci—n, que tratan de basar en Efesios Uno son:

      A.__________________

      B.__________________

33. Verdadero o Falso:_____ La frase escogido en Cristo quiere decir Ôescogido porque est‡bamos en CristoÕ.

Preguntas sobre reprobaci—n

34. Verdadero o Falso:­­_____ La doctrina de la reprobaci—n es agradable al hombre.

35. Para reprobar a una persona, Dios: (Marque uno)

      A. Le obliga a pecar, aunque el pecador quiera o no.

      B. Le tienta.

      C. Le deja en el estado pecaminoso que el pecador mismo ha escogido.

36. Verdadero o Falso:______ Dios no hace ninguna injusticia a los reprobados.

37. Verdadero o Falso:______ Dios es pasivo en la reprobaci—n.

38. Dios endurece los corazones de los reprobados al: (Marque uno)

      A.  Esconder de ellos la verdad del evangelio.

      B.  Presentarles la verdad, dej‡ndoles actuar de acuerdo con la misma naturaleza pecaminosa de ellos.

      C.  No hacerles caso.

39. Verdadero o Falso:_____ Dios da el don de fe a todos.

40. Verdadero o Falso:_____ Dios siempre obra para la salvaci—n de todos.

 

Respuestas a las preguntas: Elecci—n por gracia

1=B; 2=Destinado antes; 3=Decreto divino escoger algunos para salvaci—n; 4=V; 5=V; 6=Objeci—n basada en justicia y objeci—n basada en presciencia; 7=Romanos 9; 8=Esto no parece justo; 9=C; 10=Altercar con Dios; 11=Misericordia, justicia, injusticia 12=Saber antes; 13=A, Fe, B. Buenas obras, C. Buena voluntad; 14=Pre-ordenado; 15=F; 16=Omnipotente; omnisciente; 17=Jacob y Esaœ; el Fara—n; barro y alfarero; 18=F; 19=A. Las naciones se componen de personas. B. En el texto, se refiere a individuos. 20=Elegidos, reprobados; 21=F; 22=V; 23=Particular, universal; 24=v.16; 25=Reprobaci—n; 26=Ver texto; 27=F; 28=La justicia de Dios, La misericordia de Dios; 29=F; 30=A; 31=Santidad, amor, adopci—n, redenci—n, sellados. Ver Ef 1; 32=A. Se refiere al plan de Dios para incluir a los gentiles; Dicen que en Cristo significa que Dios previ— que ’bamos a aceptar a Cristo; 33=F; 34=F; 35=C; 36=V; 37=F; 38=B; 39=F; 40=F

 

 


Sacrificio eficaz de Cristo

En la parte anterior vimos que la humanidad se divide en dos grupos: Los elegidos y los reprobados. Vimos que los reprobados sirven como ejemplo de la justicia divina. La cuestión que vamos a considerar ahora es: ¿Mandó Dios a Jesucristo con el propósito de salvar también a los reprobados?

La respuesta es obvia. Dios es demasiado sabio para mandar a Cristo a salvar a los que no ha elegido. Dios mandó a Cristo para salvar a los elegidos solamente.

Definición de la doctrina

La muerte de Jesús garantizó la salvación de todos los elegidos. Su muerte cumplió todas las condiciones, tales como la fe, la obediencia, el arrepentimiento y la perseverancia, de manera que el hombre no contribuye en nada. La fe y la obediencia de los elegidos provienen de la cruz, no del libre albedrío de ellos.

Por lo tanto, la frase sacrificio eficaz significa que la cruz cumplió con el propósito para el cual se realizó. Si decimos que un martillo es eficaz, se entiende que introduce clavos en las tablas. Si decimos que un detective es eficaz, se entiende que cumple bien con su trabajo. Lógicamente, no podemos decir que una cosa es eficaz si no cumple con su propósito. Si perecen algunos por los cuales Cristo murió, no podemos decir que fue un sacrificio eficaz.

Otro nombre para esta doctrina es redención particular, o expiación limitada, porque significa que el sacrificio de Jesús tenía como propósito salvar a unos individuos en particular, y no a toda la humanidad en general. En cambio; la doctrina de que Cristo murió con la intención de salvar a toda la humanidad, se llama expiación universal.

Antes de proceder con este estudio, tenemos que clarificar un malentendido: La cuestión de la suficiencia de la cruz para todos, nunca ha sido un punto de desacuerdo entre los cristianos. El sacrificio de Cristo contenía suficiente virtud y poder para salvar hasta un universo lleno de pecadores, incluso al diablo y todos los demonios,... si esa hubiera sido la intención del Padre. La cruz no es limitada en su poder salvífico.

Esta cuestión trata con dos preguntas inseparables: ¿Por quiénes vino Cristo a morir? Y, ¿qué efecto tenía su sacrificio en ellos?

¿Por qué es importante esta cuestión?  

Es importante porque se centra en nuestra seguridad de la salvación. Si la salvación en parte depende de lo que el hombre contribuye, entonces no podemos tener ninguna seguridad de la vida eterna. Si la fe y la obediencia de los elegidos se atribuyen a la voluntad humana, y no a la eficacia de la cruz, entonces Cristo es un salvador a medias. En tal caso, no merece toda la gloria.

Las evidencias bíblicas

La redención particular en el Evangelio de Juan

Antes de la Reforma, los que enseñaron que Cristo vino solamente por los elegidos fueron llamados eruditos johanian, porque se basaban mucho en el Evangelio de San Juan. También se llamaban agustinianos porque San Agustín, del siglo V, fue uno de los teólogos que enseñaba de manera sistemática las doctrinas de la gracia. La doctrina correcta que ellos enseñaban acerca de la redención, puede ser deducida por las siguientes consideraciones:

• Cristo vino para cumplir con la voluntad del Padre.

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Juan 6:38

• La voluntad del Padre era de salvar solamente a los que le dio.

Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Juan 6:39

Había cumplido con éxito la obra que el Padre le había dado.

Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Juan 17:4

La conclusión lógica es que Cristo vino a salvar los que el Padre le dio, no al mundo entero, y que cumplió con este propósito. Su ministerio no fue un intento a medias frustrado de salvar a los que pudiera. Su cometido fue cumplido en forma total.

Ovejas y cabras: Juan Capítulo Diez

En este capítulo Jesús revela que vino para dar su vida por las ovejas. ...y pongo mi vida por las ovejas. v.15

Description: Description: Macintosh HD:Users:rogersmalling:Desktop:oveja.gif Durante un culto cristiano, un hermano se levantó y testificó que el Señor le había cambiado de cabra a oveja. Sus intenciones eran buenas, pero la ilustración tenía un defecto: Las cabras nunca cambian a ovejas ni las ovejas en cabras. Son especies diferentes. Muchas desgracias les pueden pasar a las ovejas. Pueden perderse, ensuciarse, ser robadas, heridas o morir. Pero nunca cambian a cabras.

En esta ilustración la limitación y la eficacia del sacrificio de Cristo se revelan. Primero, Jesús percibe a las ovejas como suyas antes de que viniera para salvarlas. Yo he venido para que tengan vida..., v.10. Suyas eran. Pero estaban muertas.

Además, Cristo comunicó su vida a las ovejas a través del sacrificio de su vida por ellas. ...el buen pastor da su vida por las ovejas, v.11. Notemos que Cristo nunca dice: “Yo vine para dar mi vida tanto por las cabras como por las ovejas”.

Pero, ¿no tienen las ovejas que creer? Cierto. Sin embargo, la fe no es la causa para que sean ovejas. La fe es un resultado de ser oveja, no la causa. Veamos versículo 26:

...pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas...

Miremos cuidadosamente a este versículo. Jesús no enseña aquí que somos ovejas porque creemos. Dice que creemos porque somos ovejas. La fe es dada a las ovejas de Dios. No es la fe que las hace ovejas.

Subraya Packer:

El poder salvífico de la cruz no depende de que la fe sea añadida a ella; este poder salvífico es tal que la fe fluye de ella [1] .

Finalmente, la vida eterna es dada a las ovejas, (versículo 28). No es por recibir la vida eterna que se hacen ovejas, pues ya eran ovejas.

¿Qué determina que algunos sean ovejas y a otros no? ¿Su propia fe? ¿Su libre albedrío? No. Son ovejas por decreto electivo del Padre.

Los que el Padre le dio

La frase de Jesús, los que el Padre me dio se cita a menudo en Juan, y contesta a la pregunta central, ¿para salvar a quiénes vino Cristo?

Sigue con tu Biblia el análisis de los versículos siguientes:

Análisis de Juan 6:37-45,65

Se puede sacar de este texto ciertas conclusiones típicas de todo el Evangelio de San Juan.

Primero, pertenecimos a Dios Padre por un decreto divino, antes de pertenecer a Cristo. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, v.37. Esta frase, los que el Padre me da es la clave para entender todo el Evangelio de San Juan. Dios entregó a Cristo ciertas personas como obsequios, para que Cristo los salve. No mandó el Salvador para salvar a los que pudiera, sino solamente a los que el Padre le dio.

Segundo, todos los que el Padre le dio, vendrán a Cristo. ¿Cómo vendrán? El Padre los traerá (v.44). No vendrán por su propia cuenta, porque no pueden.

Tercero, la voluntad del Padre determina todo. Cristo sabe que la voluntad del Padre se cumplirá. En el versículo 39, Cristo indica el contenido de esta voluntad: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Es imposible que alguno de los que el Padre dio a Cristo se pierda, porque una voluntad irresistible cumplió la salvación de ellos gracias a un salvador infalible.

Con términos similares, Packer subraya,

Cristo no ganó una salvación hipotética para creyentes hipotéticos, una mera posibilidad de salvación para quien posiblemente crea, sino una salvación real para su propio pueblo escogido [2] .

El versículo 44 es un resumen de todo el discurso de Jesús en este pasaje, y merece atención especial. Contiene casi todas las doctrinas de la gracia que estamos estudiando.

Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

En una sola frase brillante, Jesús declara varias doctrinas de la gracia:

• Que el hombre es totalmente incapaz de escoger a Cristo por su propia iniciativa, incapacidad total humana.

• Que es el poder del Padre solamente el que trae a los hombres a Cristo y que el  Padre vence la resistencia natural del pecador, llamada eficaz.

• Que todos los que el Padre trae, son invariablemente salvados y preservados hasta la resurrección de los justos, regeneración soberana y seguridad de los elegidos [3] .

Análisis de Juan 17

Esta oración sacerdotal de Jesús, antes de ir a la cruz, nos revela mucho en cuanto a las intenciones de Dios a mandar a Cristo a la tierra. ¿Cuáles eran estas intenciones? Las cumplió Cristo en parte o en su totalidad?

v.2 - Cristo tiene toda potestad sobre todos. Esto indica que la carnalidad humana no se puede resistir la voluntad de Cristo. De acuerdo con la voluntad del Padre, Cristo da la vida eterna a todos los que el Padre le ha dado. La frase clave los que me diste se repite siete veces en este capítulo.

v.4 - Cristo cumplió con la obra que el Padre le dio. Algunos han preguntado, ¿Por qué Cristo no salvó al mundo entero? Si ésa hubiera sido la obra que el Padre le encargó, la habría cumplido.

v.6 - Cristo manifiesta al Padre solamente a quienes el Padre le dio.

v.9 – Si Cristo vino a salvar al mundo entero, ¿por qué no oró por todos? Pero se negó a orar por todo el mundo. Oró por los elegidos solamente.

v.11 - Cristo ruega que el Padre preserve a los que le dio. ¿Contesta el Padre a las oraciones de Jesús? (Ver Juan 11:41)

v.12 - Ninguno de los que Cristo guarda, se pierde. Él guarda a todos los que el Padre le dio. ¿Hablaba de los doce discípulos solamente? (v.20) Guardados del mal (v.15), santificados (v.17), enviados al mundo (v.18), unidos en Dios (v.21), la gloria de Dios en ellos (v.22), estar siempre con Cristo (v.24).

v.23 - El amor particular de Dios para los elegidos. Dios ama a los elegidos, igual como Cristo.

v.24 - Cristo oró para que aquéllos que el Padre le dio, estén con él para siempre.

Si creemos que la intercesión de Cristo es eficaz, entonces los elegidos recibirán del Padre estos beneficios por los cuales Cristo oró.

Resumen de la redención particular en San Juan

Somos un obsequio del Padre a Cristo. Dios mandó a Jesús con el propósito de asegurar la salvación de todos los que el Padre le dio. Cristo proveyó una redención cierta y eficaz por su muerte en la cruz y por su ministerio de intercesión.

Con su poder irresistible, el Padre trae a los elegidos a Cristo. Los regenera y los preserva infaliblemente para su gloria.

Una gran imposibilidad

Pablo afirma, sin ambigüedad alguna, la imposibilidad de que se pierda alguien por quien Cristo murió, pues la cruz es sacrificio eficaz. Veamos en Romanos 8:32-34:

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

 

Con su poder irresistible,

el Padre trae a los elegidos a Cristo.

 

Según versículo 32, los beneficios del sacrificio de Cristo alcanzan invariablemente a aquellos por los cuales Cristo fue entregado. La frase todos nosotros se entiende en el contexto como todos los creyentes. Se refiere a los predestinados, llamados y justificados (v.30); a los que tienen el favor de Dios (v.31); a los elegidos (v.33); a los que no son condenados (v.34); a los que Dios ama y preserva (v.35-39).

En versículo 33, Pablo indica que Dios no recibe acusaciones en contra de sus elegidos porque los justifica, ya que Cristo murió por ellos.

En versículo 34, es imposible que se condenen aquellos por los cuales Cristo murió, resucitó e intercede.

Por este texto vemos que el concepto del sacrificio eficaz no es una fantasía filosófica, ni fruto de razonamientos teológicos. Es una doctrina que Pablo expresa sin la menor ambigüedad.

El Pacto de gracia: El patrón general de la Biblia

Imagínese estar de pie frente a una casa con un plano arquitectónico en la mano. La casa es bonita. La estructura es lógica. Todo es funcional y normal.

Pero la casa no corresponde con el plano. Las ventanas son diferentes. La puerta está en otro lado. Es obvio que el plano es para otra casa.

El Antiguo Testamento es el plan de la redención divina, y se cumple en el Nuevo Testamento. Podemos estudiar la redención en dos perspectivas: Estudiando las historias del Antiguo Testamento, podemos predecir qué clase de redención veremos en el Nuevo. O, por estudiar el Nuevo Testamento, podemos predecir qué clase de historias veremos en el Antiguo.

Supongamos que la redención bíblica fuera como lo siguiente:

Dios quiso salvar a todos. Mandó a Cristo a morir en la cruz por ellos. Esto creó un pacto de gracia para todos los que quieren entrar por su libre albedrío. Al creer, entran en el pacto donde tienen la salvación garantizada, a condición de que sigan contribuyendo con su buena voluntad y obediencia evangélica.

¿Es así la redención bíblica? Al existir esta posibilidad, debemos leer en el Antiguo Testamento lo siguiente: Dios amó a todas las naciones, y quiso hacer pacto con todas ellas. Sacrificó un cordero para que las naciones que tienen buena voluntad puedan entrar por su libre albedrío. Mandó profetas por el mundo entero, a los romanos, chinos, aztecas, etc., invitándolos a entrar en su pacto. Pero el único pueblo que quiso entrar, fue un pueblito amable, generoso, lindo y muy obediente, llamado los judíos.

¿Es este el plan de redención que vemos tipificado en el Antiguo Testamento?

¿Qué leemos realmente en el Antiguo Testamento? Vemos que todas las naciones estaban perdidas en la idolatría y depravación. Sin embargo, Dios escogió a un pueblo por pura elección soberana. Estos eran los judíos. Lo hizo por su gracia, no a causa de méritos ni obediencia previstos en ellos. Dios hizo con ellos un pacto. Para ratificar ese pacto, instituyó el sacrificio de un cordero. Este sacrificio sirvió para ellos solamente, y no para ninguna otra nación. Por medio de este sacrificio, Dios hizo aceptable al pueblo elegido.

Por este esquema de arriba, podemos deducir la clase de redención que se debe encontrar en el Nuevo Testamento. Dios tiene un pueblo elegido por su gracia, sin méritos previstos en ellos. Dios hizo pacto con sus elegidos, y mandó a Cristo para confirmar este pacto, con el sacrificio de sí mismo. Por medio de este sacrificio, Dios salvó a todos los elegidos.

¿Cuál de estos dos esquemas es bíblico? Notemos el orden de eventos: Primero, Dios eligió a un pueblo para sí. Luego, hizo un pacto eterno con ellos. Y finalmente proveyó un sacrifico para confirmar el pacto y santificar a estos. Si el sacrificio sirvió para confirmar un pacto con sus elegidos y santificarlos, entonces el sacrificio no es universal, sino particular.

¿Confirma Cristo que el pacto es para algunos, o para todos?

Porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Mateo 26:28

 

El sacrificio de Cristo es

particular, no universal.

 

La palabra muchos no quiere decir ‘todos’. La sangre que derramó Cristo era pacto en mi sangre. Si solamente los elegidos participan en el pacto, y si Cristo derramó su sangre para confirmar el pacto, entonces Cristo murió sólo por los elegidos.

Cuánto más la sangre de Cristo...limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Hebreos 9:14-15

Cristo es mediador del nuevo pacto para los que son llamados a ello. Note aquí la llamada eficaz. Su sangre limpia las conciencias de ellos, y reciben la promesa de una herencia eterna. El poder y la limitación de su sacrificio se ven claramente expresados aquí. Murió para garantizar la limpieza de todos los llamados a una herencia eterna.

La intercesión de Cristo

Jesucristo es nuestro Sumo sacerdote. El ministerio del sacerdocio judío consistía en dos actividades: Primero, ofrecer sacrificios por los pecados del pueblo. Segundo, interceder por ellos, en base de los sacrificios ofrecidos.

Había pues, una ligadura inseparable entre el sacrificio ofrecido, y las personas por las cuales el sacerdote intercedía. Nunca intercedía por alguien sin hacer sacrificio por él. Nunca se hizo sacrificio por alguien sin interceder por él.

Supongamos que fueras transportado en el tiempo hace 2.500 años atrás. Al entrar en el templo de Jerusalén para mirar los ritos, observas que frente al altar un sacerdote está degollando un cordero. Le preguntas: —Señor sacerdote, ¿por qué mate ese cordero?— El sacerdote contesta: —Porque tengo que entrar al altar para interceder por una familia que ha pecado. Jehová no me permite entrar sin la sangre del cordero—. Al instante comprendes que el cordero fue sacrificado por esa familia.

Supongamos ahora, que regresas al día siguiente, pero llegas tarde. El cordero ha sido sacrificado y el sacerdote ya está en el templo orando. Te preguntas, “¿Por quiénes fue sacrificado este cordero? Supongo que nunca lo sabré, porque el sacerdote ya entró en el templo”.

De repente piensas, “Si puedo oír al sacerdote orando, sabré por quienes fue sacrificado el cordero”. Rápido, corres detrás del tabernáculo y acerca el oído a la pared. Oyes al sacerdote que dice: “Señor, perdona los pecados de la familia de Josías, y ten misericordia de ellos”. Ya sabes que el cordero fue inmolado por la familia de Josías, porque sabes que el sacerdote sólo intercede por quienes fue sacrificado el cordero.

¿Cómo corresponde esto al ministerio de nuestro sumo sacerdote, Jesucristo? Vamos a la pared a escuchar otra vez. Pero esta vez, no estamos escuchando a un sacerdote humano, sino a Jesucristo mismo, en su ministerio de intercesión:

Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, Juan 17:9

Si Cristo murió con la intención de salvar a todos, ¿por qué no oró por todos? Pero si intercede por algunos, es porque su sacrificio fue eficaz solamente para ellos.

Juró el Señor, y no se arrepentirá, Tú eres sacerdote para siempre...Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Hebreos 7:21-22

Resumen de evidencias bíblicas

Los razonamientos teológicos no son las únicas evidencias disponibles para comprobar nuestra doctrina. Las Escrituras declaran que Cristo vino a salvar:

A su pueblo: ...y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Mateo  1:21

A las ovejas:y pongo mi vida por las ovejas. Juan 10:15

A su iglesia: ...la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Hechos 20:28

A los elegidos: ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. Romanos 8:32-33

A los que participan en el pacto: ...es mediador de un nuevo pacto para que...los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Hebreos 9:15

A aquellos por los cuales intercede: ...no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, Juan 17:9

A los que el padre le dio: De los que me diste, no perdí ninguno. Juan 18:9

 

Evidencias lógicas

Dado que algunos serán eternamente salvos, y otros no, tiene que haber alguna limitación en el sacrificio de Cristo. De otra manera, todos serían salvos.

Todo cristiano evangélico cree, por lo tanto, en un sacrificio limitado de Cristo. Pero diferimos respecto a los parámetros del mismo.

¿Dependerá la eficacia de la cruz de la acción cooperativa del hombre? O, ¿Dependerá la acción cooperativa del hombre de la eficacia de la cruz? Si fuera el primero, el poder de la cruz sería limitado y el sacrificio no sería eficaz ni completo.

En cambio, si los beneficios de la cruz llegan infaliblemente a todos aquellos por los cuales Cristo se entregó, es claro que fue para algunos solamente y garantiza la cooperación de aquellos. Es un sacrificio digno de confianza porque resulta en una seguridad de salvación absoluta. Reflexiona el autor Kenneth Craig:

La cruz, libre para atraer por su propio poder, permanece como el imán de las almas de los hombres [4] .

¿Cómo predicar el mensaje de la cruz?

Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. 1Corintios 2:2

Para los que han entendido por primera vez la doctrina del sacrificio eficaz, se presenta un problema. Se sienten restringidos al decir a un incrédulo, Cristo murió por ti. Y tienen razón. Es una restricción. Si no podemos andar diciendo a la gente sin discriminación, “Cristo murió por ti”, qué pues debemos decirles?

Anota Packer esta tensión:

Deseamos magnificar la gracia salvadora de Dios y el poder salvífico de Cristo. Así declaramos que el amor redentor de Dios se extiende a todos, y que Cristo murió para salvar a todos, y proclamamos que la gloria de la misericordia divina se mide por estos hechos. Y luego, a fin de evitar el universalismo, tenemos que desvalorizar todo lo anterior, explicarlo que, después de todo, nada de lo que Dios y Cristo han hecho puede salvarnos, a menos que añadamos algo a ello. El factor decisivo que realmente nos salva es nuestra propia fe. Sin querer, insinuamos que Cristo nos salva con nuestra ayuda; o más bien, que nosotros nos salvamos a nosotros mismos con la ayuda de Cristo. Esto suena vacío [5] .

La respuesta a este dilema es una bella paradoja. El propósito de nuestra doctrina no es limitar nuestra predicación, sino provocarnos a enfocar nuestra predicación en el poder de la cruz, donde Cristo derramó su sangre como el cordero de Dios para perdonar el pecado de sus elegidos.

Tenemos en la cruz una salvación segura, un salvador soberano que salva hasta lo último, que causa una reconciliación total con un Dios infinitamente santo, que perdona todo pecado, que nos incorpora en un pacto eterno y una cruz que nos preserva hasta la gloria. Así predicaron los apóstoles.

En cambio, la doctrina de expiación universal tiene contradicciones serias, que pueden causar que una persona pensante rechace el evangelio.

Contradicciones

Primero, si Cristo murió con intención de salvar a todos, entonces, no cumplió con el más mínimo porcentaje de su intención. Es un salvador con poco éxito. ¿Cómo se podría confiar en tal salvador?

Segundo, no se podría predicar que la cruz es poderosa, si fuera el hombre, y no Dios, quien la hace funcionar.

Tercero, no se podría predicar de un Dios soberano, si él es impotente para salvar a los que desea salvar.

Finalmente, no existiría en tal cruz ninguna seguridad de salvación para nadie, porque no contendría ningún don de perseverancia. Si tal perseverancia proviene de los esfuerzos del cristiano, y no de la cruz, tendríamos un evangelio de méritos.

Un incrédulo inteligente, al oír que Cristo murió para salvar a todos, pero que pocos serán salvos, concluirá al instante que no está oyendo de un salvador soberano. Entendería que tal cruz no tiene poder en sí misma para convertir, preservar y glorificar a nadie. Afortunadamente, la mayoría de la gente no es tan reflexiva. No se dan cuenta de las contradicciones en la predicación moderna. Dios usa tal predicación de todos modos, para salvar a sus elegidos.

Cuando prediques la cruz, di que Jesús es un salvador eficaz. Su cruz garantiza una salvación segura para todo creyente. Es la certeza de la perfección futura. Explícales que las palabras finales de Cristo, consumado es, significan una salvación completa a la cual no se puede contribuir con nada. Todo es por gracia.

Preguntas sobre sacrificio eficaz

Pregunta 1: El concepto de propiciación para todo el mundo parece ser pregonado en 1Juan 2:2:

Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. ¿No refuta esto el concepto de un sacrificio limitado para los elegidos?

Este versículo es considerado el baluarte de la doctrina de la expiación universal. Explica, supuestamente, que la muerte de Cristo expió no sólo los pecados de los cristianos, sino también de todos los perdidos. La palabra nuestro, se refiere a todos los cristianos, y todo el mundo, se refiere a todos los perdidos.

Depende de las reglas de interpretación bíblica, si esta interpretación es correcta o no.

Primero, hay que definir exactamente las palabras dadas. ¿Qué significa la palabra propiciación? Significa ‘apaciguar la ira’. Es usada unas cinco veces en el Nuevo Testamento para indicar que la ira de Dios se apacigua respecto al pecado. Según 1Juan 2:2, la ira de Dios está apaciguada.

Pero si la ira de Dios está apaciguada para todos en el mundo entero, ¿qué de los cientos de versículos en toda la Biblia que hablan de la ira de Dios hacia los pecadores? ¿Qué de la ira de Dios en el Apocalipsis, que se derramará sobre todo el mundo? El sacrificio de Cristo no apaciguó la ira de Dios hacia todo el mundo, porque de otro modo nadie sería condenado.

La palabra propiciación se usa en Romanos 3:25 para mostrar que la ira de Dios está apaciguada solamente hacia los que son justificados por la fe en Cristo.

En 1Juan 2:2, el apóstol está diciendo que la ira de Dios es apaciguada hacia los hermanos a los cuales escribe, y también hacia todos los hermanos en el mundo entero. Otra interpretación nos guía inevitablemente a la conclusión de que todos serán salvos, porque Dios no está enojado con nadie.

Segundo, ¿quiénes eran estos hermanos a los cuales Juan escribió? Esta epístola se dirige a los cristianos judíos. Esto no se puede negar, porque en Gálatas 2:9, vemos que Juan era un apóstol para los judíos. Además, en 1Juan 2:7 leemos de un mandamiento divino que los oyentes tenían desde el principio. Sólo los judíos tenían mandamientos de Dios, no los gentiles.

Los Hechos de los Apóstoles nos indica que los judíos cristianos del primer siglo tendían a olvidar que los creyentes gentiles eran aceptados en Cristo igual que ellos. Se sentían superiores debido a su ancestro judío. Juan, en esta epístola, les declara que Cristo murió por los hermanos esparcidos en el mundo entero, igual como por los creyentes judíos.

 Sigue abajo un análisis del uso bíblico de las palabras mundo y todo el mundo, para comprobar que no se significan ‘todo ser humano’:

• Creyentes en el mundo: Lu 2:1; Jn 12:19

• Incrédulos en el mundo: Jn 15:18; 16:20; 17:14; 2Ped 2:5; 1Jn 5:19; Apoc 3:10; 13:3; 16:14

• El universo: Hch 17:24

• Gente de varias clases en el mundo: Jn 1:29; Jn 1:10

• El público en general: Jn 7:4; 12:19; 14:22

Entre las 105 veces que San Juan usa la palabra mundo en sus escritos, en sólo 11 casos es posible que signifique todo ser humano. Incluso en estos casos, tal interpretación es dudosa. La regla básica de interpretación de las palabras bíblicas consiste en que el significado mayor de una palabra es el correcto en cualquier versículo, si el contexto no obliga a otra interpretación.

Pregunta 2: Existen textos que usan la palabra todos, refiriéndose al sacrificio de Cristo. Ejemplos: el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad...el cual se dio a sí mismo en rescate por todos... 1Timoteo 2:4,6 Otros son: Hebreos 2:9 y 2Corintios 5:14-15. ¿Cómo concuerda esa palabra con la idea del sacrificio eficaz para los elegidos?

Nunca hemos negado la suficiencia teórica de la cruz del Calvario para salvar a toda la humanidad. Lo único que hemos negado es que ésta fuera la intención divina. Sin embargo, es fácil mostrar que la frase todos y todos los hombres, en los textos arriba mencionados, no significan ‘toda la humanidad sin excepción’. Enfoquemos mayormente en 1Timoteo 2:4,6 porque los mismos argumentos que usamos para este texto son válidos también para los demás textos.

La palabra todos los hombres en este caso quiere decir, ‘todos sin distinción de clase o raza’, no ‘todos sin excepción de per­sona’. El contexto y un estudio de esta frase a través de la Biblia lo confirma.

La frase todos los hombres aparece cientos de veces en la Biblia. En menos del 10% de los casos, puede decir ‘todo ser humano que ha existido’. Normalmente quiere decir: ‘toda clase de gente’.

Un ejemplo de esto es Tito 2:11, Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres. Al momento en que Pablo escribió esto, la gracia de Dios no había sido manifestada a todos los hombres. ¿Estaba Pablo exagerando? No. Simplemente decía que el evangelio es universal, y que transciende los límites de culturas y razas. Dios tiene elegidos entre las naciones también, no solamente entre los judíos.

Otro ejemplo es Hechos 2:17, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne... En el día de Pentecostés, no toda la humanidad recibió el Espíritu. Toda clase de gente, sin distinción de edades o estado social.

¿Existe algo en el contexto de 1Timoteo Capítulo Dos, donde indica que debemos ignorar 90% de las evidencias bíblicas respecto al uso de la frase todos los hombres? Al contrario, el contexto muestra limitaciones muy estrechas respecto a este versículo. Notemos versículos 1 y 2, ...oraciones...por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia... Pablo tiene en mente a las autoridades civiles. Dios también tiene un pueblo elegido entre los reyes y los nobles. Los hermanos judíos como Timoteo, no tenían el hábito de orar por reyes paganos.

Pablo revela en el versículo 7, que tiene en mente también a los gentiles cuando decía todos los hombres en el contexto. El mensaje del capítulo es que Dios quiere salvar gente de toda clase, algunos reyes, y no solamente a los pobres. A algunos gentiles y no judíos solamente. Nada en el contexto confirma que Dios quiere que todo ser humano sea salvo.

 Sigue a continuación un estudio breve sobre el uso bíblico de las palabras todos y todo hombre:

• Todos los creyentes: 3Jn 12; Hch 17:31; Hch 2:45; 1Cor 7:7; Rom 16:19

• Todos los incrédulos: Lu 21:17; Apoc 19:18; 2Tim 4:16

• Gente de toda clase: Es decir, gente sin excepción de clase, pero no sin excepción de persona. Mc 1:37; Lu 3:15; Jn 3:26; 13:35; Hch 2:17; 21:28; 2Co 3:2; 2Tim 4:16; Ti 2:11

• Todos los presentes: Mc 5:20; Hch 4:21; 20:19; 20:26

Pregunta 3: Si el sacrificio eficaz es la doctrina correcta, entonces ¿No es Dios insincero al ofrecer la salvación a todos en base del sacrificio de Jesús?

Esta pregunta contiene presuposiciones:

• Que el evangelio es una oferta solamente, y no también un mandamiento con autoridad.

• Que es ofrecido a todos los hombres.

• Que es una condición de salvación creer que Jesús murió personalmente por nosotros.

Estas presuposiciones son algo defectuosas. ¿Por qué?

 El evangelio no es una oferta solamente, sino también un mandamiento de arrepentimiento. Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados...Hechos 3:19

En nuestro siglo, se predica un Dios pasivo, esperando humildemente que responda el libre albedrío del hombre. Dios presenta su caso frente al orgullo humano y ofrece el evangelio al gusto del hombre como si fuera algún producto en el mercado. Verdad que debemos invitar a la gente que vengan a Cristo, y hacerlo con compasión. Pero a la vez, cuidemos de no ahogar la autoridad de nuestro Señor soberano con una inundación de sentimentalismo moderno y de presuposiciones humanistas. Por ejemplo:

 Dios nunca ha ofrecido el evangelio a toda la humanidad.

La mayoría de la humanidad ya ha muerto sin haber oído de Jesucristo. Frente a esta realidad, es difícil explicar por qué Dios, siendo soberano, mandó a Cristo a morir por todos y luego ocultar a muchos el conocimiento de ello.

 Creer que Jesús murió por uno, no es una condición de salvación.

¿Dónde dice en la Biblia que es necesario creer que Cristo murió personalmente por uno como condición de salvación? ¿Qué apóstol predicó esto a algún incrédulo? Es verdad que predicaron a Cristo crucificado. Pero nunca predicaron que uno tiene que creer que Cristo murió por uno a fin de ser salvo.

Dios no requiere un entendimiento del sacrificio de Cristo como condición de salvación. Simplemente requiere que creamos en él. La única condición es la fe en Cristo. Un entendimiento de la expiación del Señor es para los que ya son salvos.

Tenemos que evitar imponer condiciones sobre la gente que Dios no requiere. El evangelio bíblico es sencillo, bello, suficiente y eficaz. ¡Prediquémoslo como tal!

 

Preguntas para repasar: Sacrificio eficaz

1.   Verdadero o Falso:_____ La muerte de Cristo cumplió todas las condiciones de salvación por los elegidos, excepto la fe y la obediencia.

2.   Otros nombres para nuestra doctrina son _______ ________o __________.

3.   La expiación universal significa que Cristo murió por: (Marque uno)

      A. Los elegidos solamente

      B. Toda la humanidad

4.   La expiación particular significa que Cristo murió por: (Marque uno)

      A. Los elegidos solamente

      B. Toda la humanidad

5.   Explica en tus propias palabras por qué esta doctrina es importante. ______________________________________________________________

6.   Verdadero o Falso:_____ Conversión a Cristo significa que Dios cambia cabras a ovejas.

7.   Cristo vino a dar su vida por las _____________, según Juan 10.

8.   ¿Cómo comunicó Cristo su vida a las ovejas?

9.   Verdadero o Falso:_____ La fe de los creyentes es resultado de ser ovejas, no la causa de que sean ovejas.

10. Verdadero o Falso:_____ Nos hacemos ovejas del Señor a recibir la vida eterna.

11. Llegamos a ser ovejas del Señor por: (Marque uno)

      A.  Una decisión de nuestro libre albedrío.

      B.  Por nuestra fe en Cristo.

      C.  Por un decreto eterno de Dios el Padre en darnos a Cristo.

12. La frase clave para entender el Evangelio de San Juan es ________________.

13. Verdadero o Falso:_____ Pertenecimos a Dios el Padre por un decreto divino, antes de pertenecer a Cristo.

14. Un análisis de Juan 6:37-45,65 nos revela tres verdades importantes. Estas son:

      A.____________

      B.____________

      C.____________

15. ¿Cuáles de nuestras doctrinas de la gracia son comprobadas por Juan 6:44?      ______________________________________________________________

16. ¿En qué capítulo de la Biblia se encuentra la oración sacerdotal de Jesús antes de ir a la cruz? __________________________

17. Según Juan 17, a quiénes da Cristo la vida eterna? _______________________

18. Cristo cumplió con: (Marque uno)

      A. Toda la obra que el Padre le dio.

      B. Parte de la obra que el Padre le dio.

      C. Lo que pudo, según la cooperación de los hombres.

19. Cuando Cristo dijo que preserva a todos los que el Padre le dio, estaba hablando de: (Marque uno)

      A. Los doce discípulos solamente.

      B. Todos los creyentes de todas las épocas.

      C. Los que se mantienen fieles por su libre albedrío.

20. ¿La gran imposibilidad que Pablo expuso en Romanos 8:32-34 consiste en que?

______________________________________________________________

21. En Romanos 8:33, Pablo indica que Dios no recibe acusaciones en contra de sus elegidos justificados porque:

      A.  Dios solo justifica a los que sabe de antemano van a ser fieles.

      B.  Cristo murió por ellos

      C.  Son merecedores.

22. Verdadero o Falso:_____ Nuestra doctrina es producto de razonamientos teológicos solamente, porque no está expresada claramente en la Biblia.

23. El patrón bíblico de la redención sigue tres pasos específicos en los dos Testamentos. Estos son: ___________, ______________, _______________.

24. ¿De quiénes es Cristo mediador del nuevo pacto, según Hebreos 9:14-15?

______________________________________________________________

25. Los dos aspectos del ministerio sacerdotal de Cristo, al igual que el de los sacerdotes judíos en el Antiguo Testamento son:

      A. __________________

      B. __________________

26. Verdadero o Falso:_____ Como fiel Sumo sacerdote, Cristo intercede solamente por aquellos por los que hizo sacrificio.

27. Verdadero o Falso:_____ Cristo intercedió por la salvación del mundo.

28. Llene los espacios blancos siguientes:

      A.  Según Mateo1:21, Cristo murió por _______________.

      B.  Según Juan 10:15, Cristo murió por ______________ .

      C.  Según Efesios 5:25, Cristo murió por _______________.

      D.  Según Hebreos 9:15 Cristo murió por _______________.

      E.   Según Juan 17:9 Cristo intercede por ______________.

29. La conclusión lógica de la doctrina de la expiación universal, si fuera verdad, nos llevaría invariablemente a la conclusión de que ____________________.

30. El hecho de que no toda la humanidad se salva, nos lleva a la conclusión de que la cruz tiene una de dos limitaciones: (Marque uno)

      A. Limitación de eficacia

      B. Limitación de extensión

31. La palabra propiciación quiere decir ______________.

32. La interpretación correcta de 1Juan 2:2 es: (Marque uno)

      A.  Cristo apaciguó la ira de Dios hacia toda la humanidad.

      B.  Cristo apaciguó la ira de Dios hacia todos los creyentes en el mundo entero.

      C.  Cristo no apaciguó la ira de Dios hacia nadie.

33. Verdadero o Falso:_____ La palabra mundo, o todo el mundo en la Biblia, normalmente se refiere a todo ser humano que existe.

34. En la Biblia las palabras todos o todos los hombres, normalmente quiere decir:

      A. Todo ser humano que ha existido.

      B. Algunos seres humanos de toda clase.

      C. Todos los gentiles pero no todos los judíos.

35. Verdadero o Falso:_____ La doctrina de la expiación universal, en realidad contiene más limitaciones que la expiación limitada.

 

Respuestas a las preguntas: Sacrificio eficaz

1=F; 2=Redención particular; Expiación limitada; 3=B; 4=A; 5=Ver el texto 6=F; 7=Ovejas; 8=Dio su vida por ellas; 9=V; 10=F; 11=C; 12=Los que el Padre me dio; 13=V; 14=Primero, pertenecimos a Dios por un decreto divino antes de pertenecer a Cristo; Segundo, todos los que el Padre le dio, vendrán a Cristo; Tercero, la voluntad de Dios determina todo; 15=Incapacidad total humana; llamada eficaz; regeneración soberana; seguridad de los elegidos; 16=Cap.17; 17=Los que el Padre le dio; 18=A; 19=B; 20=Aquellos por los cuales Cristo murió pueden ser condenados; 21=B; 22=F; 23=Elección, pacto, sacrificio; 24=Por los llamados; 25=A. Sacrificio B. Intercesión; 26=V; 27=F; 28=A. Su pueblo, B. Las ovejas, C. Su iglesia, D. Los llamados, E. Los que el Padre le dio; 29=Todos serán salvos; 30=B; 31=Apaciguar la ira; 32=B; 33=F; 34=B; 35=V


 

Unidad espiritual y universal de los creyentes

¿Cuál iglesia es la verdadera? Esta pregunta se oye a menudo cuando testificamos a la gente sobre la salvación. Algunas se declaran la única, fuera de la cual no hay Salvación. Todas las sectas se declaran la verdadera iglesia.

Un análisis de los textos bíblicos nos revela algo sorprendente. La iglesia de Cristo consiste en un organismo invisible, no una organización visible. su formación es espiritual, no material. Ser miembro de una iglesia bíblica no es garantía de ser miembro de la verdadera iglesia de Cristo.

Igualmente, es posible ser miembro de una iglesia local que no forma parte de la iglesia de Cristo, siendo a la vez miembro de la verdadera iglesia de Cristo invisible. Todo esto puede parecer confuso, hasta que analicemos lo que queremos decir con el título de este artículo.

 

La iglesia de Cristo

es un organismo invisible;

no una organización visible.

 

¿Organización u organismo?

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios… Efesios 4:11-13

Description: Description: Macintosh HD:Users:rogersmalling:Desktop:body.gif Primero, la iglesia de Cristo tiene oficiales. Estos son apóstoles, profetas predicadores, evangelistas, pastores y maestros (v.11). Sirven para preparar a los cristianos para ministrar a la humanidad, y llevar a los creyentes a la unidad de la fe con un conocimiento preciso del Señor Jesucristo (v.12-13). Es interesante notar que en estos textos Pablo no menciona ni papas, ni cardenales, ni sacerdotes como oficiales de la iglesia.

Sin embargo, sería un error suponer que la iglesia de Cristo es principalmente una organización. Los versículos siguientes indican una verdad de suprema importancia: La iglesia de Cristo es un organismo, no una organización. Es un cuerpo, cuya única cabeza es Cristo. ...aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, Efesios 4:15  Nadie tiene derecho de tomar para sí este título.

¿Quiénes forman parte de la verdadera iglesia?  

La iglesia de Cristo consiste en todos los que son salvos por la fe en Cristo. En Hechos 2:47 leemos:

Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Así, se ve que todos los que son salvos, y ellos solamente, forman parte de la iglesia de Cristo. En 1Corintios 1:2 leemos:

A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.

Según este texto, la iglesia de Dios consiste en personas santificadas en Cristo, que fueron llamadas por Dios a una vida santa, que oran en el nombre del Señor Jesús, y que reconocen su señorío. Esto es distinto a una asistencia ocasional a los cultos con algunas prácticas religiosas.

Bajo esta perspectiva, podemos decir sin recelo, que algunas personas son en realidad miembros del cuerpo de Cristo aunque pertenecen a iglesias que no son bíblicas. Igualmente, existen otros que asisten a iglesias donde el verdadero evangelio se predica, sin pertenecer a Cristo. No todos los que participan en los cultos son regenerados. Algunos participan por fuerza de voluntad, sin nunca haberse entregado al Señor.

Jesús aclaró en Juan 17 que los que le pertenecen tienen vida eterna (v.2); conocen a Dios (v.3); reciben las palabras de Dios (v.8); son odiados por el mundo (versículo); son santificados (v.17); y unidos en amor (v.21-23). Estos solamente estarán con él en la gloria (v.24).

El carácter universal de la iglesia se ve en las palabras de Jesús en Juan l0:16:

 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño y un pastor.

Los judíos de la época de Jesús creían que solamente ellos podían ser salvos, no los gentiles. Aquí Jesús indicaba los que tenía; otros además de los presentes, pero que formarían un rebaño.

En el contexto, Jesús indicaba que estas ovejas son caracterizadas por su fe en él, (v.26), por oír su voz (v.27); por seguirle (v.27). Son preservados infaliblemente por el Padre, de manera que no pueden perecer (v.28-29).

¿Como debe ser el cuerpo de Cristo en su expresión local?

En un sentido legal, Dios percibe a la iglesia universal de Cristo como unida en Cristo, justificada y aceptada delante del Padre.

Sin embargo, el cuerpo de Cristo tiene sus manifestaciones visibles en forma de iglesias locales que todavía carecen de la perfección en el sentido práctico. Algunas iglesias tienen tantos defectos en doctrina y en organización que nos preguntamos si realmente son expresiones legítimas de la iglesia del Señor. Aunque deseamos evitar un espíritu de crítica, es preciso tener un criterio claro para ayudarnos a distinguir entre iglesias legítimas e iglesias falsas.

La palabra de Dios nos da tal criterio, lo cual vamos a estudiar ahora. Aunque ninguna iglesia cumple siempre con todos estos puntos, por falta de madurez o de enseñanza, la iglesia debe procurar alcanzar el ideal expuesto en la Biblia si quiere ser considerada como parte legítima del cuerpo de Cristo.

Hemos organizado este criterio bajo cuatro divisiones para facilitar el estudio: Pureza de doctrina, de organización, de comportamiento y de culto.

Pureza de doctrina

Siempre habrán divergencias entre cristianos sobre doctrinas menores; tales como la forma de bautizar, la manera mejor de llevar el culto, etc. Pero ciertas doctrinas son esenciales al pensamiento bíblico, de manera que la negación de una de ellas es motivo para declarar a una iglesia como doctrinalmente impura, y por lo tanto sin el derecho de llamarse una expresión legítima del cuerpo de Cristo. Estas doctrinas esenciales son: La infalibilidad de la Biblia como palabrade Dios y como suficiente en toda cuestión de doctrina y práctica; La Santa Trinidad; La deidad de Cristo, su nacimiento virginal, su muerte y resurrección corporal y su segunda venida; La salvación por la gracia sin méritos; El juicio eterno para pecadores y la felicidad eterna para los creyentes [6] .

Si un cristiano se encuentra en una iglesia que niega cualquiera de estas doctrinas, debe separarse de ella.

Pureza de organización

Una asamblea legítima reconoce a Jesucristo como la única cabeza de la iglesia universal. Rechaza toda autoridad, sea religiosa o civil, que reclame el derecho para gobernar a todos los cristianos en la tierra.

Tiene una pluralidad de ancianos (Hechos 14:23 y Tito 1:5). Los ancianos son los líderes espirituales de la iglesia, tales como pastores, evangelistas, misioneros, predicadores (Efesios 4:11-12). Ellos gobiernan con autoridad, pero no son autoritarios (1Pedro 5:1-3). Apacientan a la iglesia y la cuidan espiritualmente (Hechos 20:28). La iglesia no debe ser gobernada por un solo hombre dictatorial y autoritario, que reina sobre todos como un dictador protestante local. Tal iglesia es organizacionalmente impura.

La autoridad final en la iglesia reside en los ancianos, y no en la congregación. El reino de Dios no es una democracia. Dios gobierna por los ancianos y no por votos de la congregación. El anciano es funcionario de Dios, no de la congregación (Hechos 20:28; 1Tesalonisenses 5:12-13; Hebreos 13:17).

La iglesia local no tiene autoridad para decidir por sí sola cuál es la buena y sana doctrina. Las dificultades doctrinales deben ser resueltas en el Concilio, que consiste en todos los ancianos y misioneros asociados en la misma organización de iglesias. Los decretos de tal Concilio son impuestos sobre las iglesias locales (Hechos 15:1-31 y 16:4).

Un ejemplo bíblico:

En la controversia del primer siglo respecto a la circuncisión, es importante prestar atención a lo que no hicieron: No escribieron a ninguna autoridad eclesiástica para que decrete lo que es correcto. Tampoco dejaron a cada congregación decidir por voto lo que le convenía. No anunciaron que la verdad es cuestión de conciencia personal ni que cada cristiano tiene derecho a su propia opinión.

En la vida cotidiana de la iglesia, los ancianos deben trabajar en la doctrina y la enseñanza, vigilando que la sana doctrina se mantenga. Cuestiones controversiales que no pueden ser resueltas por los credos de la iglesia, se deben presentar al Concilio de Ancianos.

Aunque algunas iglesias evangélicas carecen de pureza organizacional, esto en sí no es motivo para separarse de ellas. Unas no han recibido ninguna instrucción en organización bíblica, pero sirven al Señor con buen corazón. Cuestiones organizacionales no son tan importantes como cuestiones de doctrina o de pureza moral. Pero si la conducta de los líderes es autoritaria hasta el punto en que obstaculizar el desarrollo espiritual de un cristiano, entonces puede ser legítimo buscar otra iglesia.

Pureza de testimonio

La disciplina moral se ejercita en una iglesia bíblica. Los miembros que practiquen pecado grave son aconsejados por los ancianos o puestos bajo disciplina, según el caso (Gálatas 6:1). Los miembros que persisten en el pecado, rechazando los consejos de los ancianos, son excomulgados (1Corintios 5:11-13). La iglesia bíblica no debe tener mala reputación en la comunidad como tolerante de pecados graves (Efesios 5:13).

Practica separación del mundo. Una iglesia legítima no tendrá comunión ni cooperación con otras iglesias u organizaciones religiosas que no mantienen la sana doctrina básica, o que practican idolatría. La unidad sin la verdad es nada más que una conspiración impía (2Corintios 6:14-18).

No practica el legalismo. La justicia predicada en una iglesia bíblica está basada en la fe en Cristo, no en cosas exteriores como ropa, comida u observación del sábado (Gálatas 3:1-6; Colosenses 2:16).

Una iglesia legítima evangeliza. Es una contradicción que una iglesia se considere normal, si no cumple con uno de sus propósitos mayores de su existencia, según la Gran Comisión de Jesús, en Mateo 28:19, Id, y haced discípulos a todas las naciones...

Pureza de culto

• La palabra de Dios es predicada y enseñada fielmente...no el activismo social ni teorías políticas ni filosofías humanas ni opiniones personales (2Timoteo 4:1-2).

• Los sacramentos del Bautismo y Santa Cena son administrados fielmente y no descuidados (Hechos 2:42).

• Existe orden en los cultos. No hay ni bulla ni desorden (1Corintios 14:23,40).

Nota importante: Las iglesias nuevas están en proceso de desarrollo y no han tenido el tiempo para llevar a cabo todos estos criterios. Esto es tolerable. La que no tiene excusa es una iglesia que antes conocía y los obedecía, pero después los abandonó.

La iglesia de los Corintios era carnal, fuera de orden e inmoral. Sin embargo, Pablo los llamó iglesia de Dios. ¿Por qué lo hizo cuando la iglesia estaba en tal estado espiritual? Porque sabía que eran niños en Cristo y que les faltaba enseñanza. Habían salido de una cultura pagana. Era por falta de entendimiento. ¿Hubiera sido legítimo separarse de tal iglesia? No. Hasta que sea evidente que la iglesia no acepta correcciones y que no está en camino al estándar bíblico, es mejor quedarse y luchar por el bienestar de los miembros.

Preguntas de importancia sobre la iglesia

¿Son legítimas las denominaciones?

Esta cuestión tiene dos lados. La división entre cristianos es señal de carnalidad e inmadurez espiritual. En cierto sentido, las denominaciones contribuyen a la división por incentivar a los cristianos a adoptar ciertas actitudes no bíblicas. Algunos imaginan que su denominación es espiritualmente superior a todas las demás. Compadecen a los cristianos que no pertenecen a su denominación, por lo cual su conciencia no les molesta si roban ovejas de otras iglesias legítimas.

Del otro lado, las denominaciones pueden ser muy beneficiosas. Con tantas sectas malsanas hoy en día es aconsejable que un grupo de iglesias se apoyen y se junten para mantenerse puras. Mas, es de considerar también que no puede existir un presbiterio, ni un concilio nacional de iglesias sin que exista también alguna denominación. Y la idea del presbiterio y del concilio es bíblica (1Timoteo 4:14 y Hechos 15). Si la única manera de poner en marcha un sistema organizacional bíblico es formar una denominación, entonces es legítimo hacerlo.

¿Quién tiene derecho de aplicar la disciplina en la iglesia?

Los líderes espirituales cumplen este papel según Gálatas 6:1. El único motivo por el cual la congregación entera debe involucrarse es en el caso de excomuniones (Mateo 18:15-18). ¿Cuáles son las causas legítimas para la excomunión?

Provocar divisiones (Tito 3:10); herejía (Romanos 16:17); pecado grave y persistente (1Corintios 5:9-13). La verdadera iglesia de Cristo es un organismo vivo y formado por todos los que son salvos por la fe en Jesucristo, cuya única cabeza es Cristo. Su formación es sobrenatural, no humana. En su expresión local, la iglesia de Cristo manifiesta pureza de doctrina, de organización, de conducta, y de culto.

 

Preguntas para repasar: Unidad espiritual

1.     Verdadero o Falso:_____ La iglesia de Cristo no tiene ninguna clase de organización.   

2.   Verdadero o Falso:_____ La iglesia de Cristo es principalmente un organismo y no una organización.

3.   Verdadero o Falso:_____ La iglesia de Cristo tiene una sola cabeza, el Papa.

4.   Verdadero o Falso:_____ Los que son salvos y estos solamente, forman parte de la iglesia de Cristo.

5.   Verdadero o Falso:_____ Es muy posible que existan algunos católicos que forman parte del cuerpo de Cristo, mientras que algunos Evangélicos sean excluidos.

6.   Verdadero o Falso:_____ La iglesia de Cristo, en su sentido universal, es un organismo visible.

7.   Verdadero o Falso:_____ La formación de la iglesia de Cristo es principalmente espiritual, no terrenal.

8.   Verdadero o Falso:_____ Ser miembro de una iglesia local que predica la Biblia garantiza la salvación.

9.   Verdadero o Falso:_____ Todas las iglesias que se dicen cristianas son expresiones legítimas del cuerpo universal de Cristo.

10. Verdadero o Falso:_____ Toda iglesia legítima cumple siempre con todos los criterios bíblicos mencionados en el estudio.

11. ¿Cuáles son los cuatro criterios bíblicos mencionados en el estudio? ___________________________________________________________

12. Verdadero o Falso:_____ Para ser correctamente organizada, una iglesia local debe tener una pluralidad de ancianos.

13. Verdadero o Falso:_____ Ancianos quiere decir ‘los hombres mayores en la iglesia’.

14. Verdadero o Falso:_____ El presbiterio consiste en todos los ancianos de todas las iglesias asociadas en una región o una ciudad.

15. Verdadero o Falso:_____ El concilio consiste en todos los ancianos de todas partes que pertenecen a las iglesias asociadas.

16. Verdadero o Falso:_____ Un buen miembro de una iglesia local, aunque no anciano, puede tener voz y voto en el presbiterio y en el concilio.

17. Verdadero o Falso:_____ De acuerdo con el pensamiento democrático de la Biblia, una congregación local tiene autoridad para decidir por sí sola lo que es buena y sana doctrina.

18. Verdadero o Falso:_____ Si una iglesia local no está perfectamente organizada, el cristiano debe separarse de ella inmediatamente.

19. Verdadero o Falso:_____ Para ejercer un espíritu tolerante, las buenas iglesias pueden participar en movimientos ecuménicos a fin de tener comunión y cooperación con iglesias que no mantienen sana doctrina.

20. Verdadero o Falso:_____ Es normal, en una buena iglesia del siglo XX, que el púlpito se use para el activismo social.

 

Respuestas a las preguntas: Unidad espiritual

1=F; 2=V; 3=F; 4=V; 5=V; 6=F; 7=V; 8=F; 9=F; 10=F; 11=Doctrina, organización, testimonio, culto; 12=V; 13=F; 14=V; 15=V; 16=F; 17=F; 18=F; 19=F; 20=F


 

Seguridad de los elegidos

Un Señor Fulano vivía una vida perversa hasta el día en que asistió a una reunión evangelista. Allí respondió a la llamada del predicador para aceptar a Cristo, e hizo una confesión pública de fe. Durante los meses siguientes, asistía fielmente a los cultos. Aprendió los coritos, leía la Biblia y parecía cambiado.

Pero un día apareció borracho en la calle. Al transcurso de las semanas siguientes, los hermanos procuraron ayudarle, pero rehusó escuchar. Volvió a sus viejos hábitos de borracho, mujeriego y renegando el evangelio. Quedó en este estado por varios años, y después murió.

¿Fue este Señor Fulano al cielo o al infierno?

Por varias generaciones los cristianos han discutido esta importante cuestión, ¿Puede o no un cristiano perder la salvación?

En el siglo XVI, el partido arminiano en Holanda suscitó esta cuestión, insistiendo en que un cristiano regenerado puede perder la salvación, por persistir en pecado grave o apostatar de la fe. Los arminianos dirían que ese Señor Fulano está en el infierno.

Otros rechazaron el punto de vista arminiano y dijeron que ese Señor Fulano está en el cielo, a pesar de su apostasía, en base de que una vez nació de nuevo.

Los arminianos sostenían que su doctrina era necesaria para evitar que los cristianos tengan una licencia para pecar. Los otros decían que una doctrina de seguridad eterna era la única que evitaba un evangelio de salvación por méritos.

Definición de la doctrina de la preservación

Afortunadamente, los dos puntos de vista arriba mencionados no son los únicos. Existe otro, expresado por los reformadores. Los otros dos anteriores son perversiones históricas de éste. Tal doctrina reformada se llama: Preservación de los elegidos [7] .

Dios tiene un pueblo elegido y justificado, que él preserva de apostatar finalmente de la fe, para que no pierdan la salvación. Lo cumple por gracia, por medio del Espíritu Santo, la Palabra, castigos, amenazas, exhortaciones, admoniciones, y también depositando amor y temor en sus corazones.

Notemos que esta definición contiene varios puntos importantes que difieren de los otros dos puntos de vista.

Diferencias

Primero, nuestra preservación está basada en dos doctrinas principales: Elección y justificación.

Segundo, afirmamos que existe una condición hipotética por la cual un cristiano podría perder la salvación, por apostatar de la fe y vivir una vida de pecado. En este sentido, nuestra doctrina está de acuerdo en parte con el punto de vista arminiano... por lo menos en teoría. Difiere en que afirmamos que Dios preserva a su pueblo, porque la base de la preservación está en una obra de Dios y no una obra humana.

Tercero, la doctrina afirma que en la práctica, un nacido de nuevo no pierde su salvación. En este sentido está de acuerdo con la segunda doctrina arriba mencionada.

Finalmente, esta gracia preservadora se opera por medios prácticos, involucrados con la totalidad de nuestra vida cristiana.

Para clarificar todavía más nuestra doctrina, vamos a expresar lo que no creemos:

• No enseñamos que la preservación es una licencia para pecar. Nuestra seguridad se basa en el poder de Dios para impedir que perdamos nuestra salvación.

• Tampoco afirmamos que los cristianos sean exentos de la responsabilidad de aplicar los medios de preservación. Dios sabe como hacer la vida incómoda a los que entre su pueblo son negligentes.

• Tampoco decimos que la preservación priva a la gente de su libre albedrío. El pueblo de Dios es totalmente libre para apostatar... si Dios lo permite. Pero Dios aplica los medios arriba mencionados para asegurar que nunca deseen hacerlo.

Las evidencias bíblicas

Si la elección es verdad, también lo es la preservación. Ser elegido implica que Dios aplicará los medios necesarios para guardar a los suyos hasta el fin. Este vínculo entre elección y preservación se confirma con varios textos del Nuevo Testamento.

Nuestra glorificación es fruto final de la predestinación en Romanos 8:30. Y a los que predestinó...a estos también glorificó En 2Juan 1-2, el Apóstol Juan saluda a la señora elegida y luego le declara que en verdad, estará para siempre con nosotros. Según Judas 1, los llamados son santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo.

Las buenas obras que hacen los elegidos como confirmación de su elección son también predeterminadas al igual que los elegidos mismos. En Efesios 2:10 leemos:

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Si la elección es verdad, también lo es la preservación

Igualmente, Isaías observa que todas las buenas obras del pueblo de Dios son hechas en ellos por Dios.

Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras. Is.26:12

Si las buenas obras de los elegidos son predestinadas, y así ciertas, ¿cómo pueden hacer obras que les trae la condenación?

Si la justificación es verdad, también es verdad la preservación. Aquí el concepto de la imputación de la justicia de Cristo toma su importancia. Somos justos, no por méritos, sino por el don gratuito de la justicia de Cristo. Si este don no proviene de nuestros méritos, tampoco se quita por nuestras fallas.

No existe en la Biblia ninguna doctrina de quitar la justificación. Nunca se dice que una persona justificada puede llegar a ser otra vez no justificada.

Por esto, Pablo explica que Dios rechaza toda acusación en contra de su pueblo elegido y justificado.

Si la justificación es verdad, también es verdad la preservación

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. Romanos 8:33

¿Enseña Pablo que Dios cierra los ojos para no hacer caso de los pecados de su pueblo? Claro que no. Solo indica que el pecado ha dejado de ser la causa de una condenación eterna para el cristiano.

El resto de Romanos 8 sirve como descripción de cómo es el pueblo elegido de Dios. No viven según la carne, sino según el Espíritu. Tienen el testimonio interior del Espíritu. No viven una vida de pecado. Seamos claros sobre este punto. Pablo no está poniendo condiciones, como si dijera, haz estas cosas y serás salvo. Si fuese así, sería una contradicción porque Pablo acababa de escribir siete capítulos para explicar por qué la salvación es por sola gracia.

El Capítulo Seis de Romanos también enfatiza la imposibilidad de vivir en el pecado, si ya estamos muertos al pecado por la justificación.

¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? De ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos en él? Romanos 6:1-2

Son muertos al pecado. El pecado ya no reina sobre ellos. Son esclavos de la justicia. ¿Cómo será, pues, que no perseverarán?

Tratemos ahora con una línea de lógica frecuentemente dirigida en contra de la preservación. Este argumento sigue así:

El pecado grave trae la condenación.

Algunos cristianos cometen pecado grave.

Algunos cristianos son condenados.

Esta línea de razonamiento falla por dos motivos. En primer lugar, la Biblia nunca enseña que solamente los pecados graves traen condenación. Todo pecado trae la condenación. Si fuera así, ningún cristiano se salvaría, porque todos cometen pecados todos los días.

Pero el error más serio en esta objeción es que hace caso omiso de la doctrina de la justificación. El propósito entero de la justificación es echar una cuña entre el pecado y la condenación eterna. Caso contrario, la doctrina de la justificación no serviría de nada.

La primera presuposición antes mencionada, es decir que el pecado grave siempre trae la condenación, es errónea. No es verdad que el pecado trae la condenación inevitablemente. Esto es verdad solamente para los que no son salvos. Para los cristianos, ningún pecado trae la condenación, porque Dios no acepta acusaciones en contra de su pueblo elegido y justificado.

Esto no les da a los cristianos licencia para pecar. Les da una nueva seguridad para con su Padre celestial. Según la Biblia, así es exactamente como los justificados reaccionan.

Cada doctrina del acróstico Si, Jesús implica la perseverancia

Si Dios es soberano, y todas las cosas existen por su consejo inmutable, entonces, es imposible que sus intenciones sean frustradas, incluyendo la salvación de sus elegidos.

Si somos totalmente incapaces de salvarnos a nosotros mismos, pues tampoco podemos preservarnos. Dios cumple ambas.

Si el sacrificio de Cristo es realmente eficaz, y ninguno de aquellos por los cuales murió pueden perecer, pues su pueblo será preservado. Cuánto más, si Jesús intercede eficazmente por su pueblo como sumo sacerdote, fiador y mediador.

Los elegidos están unidos espiritualmente con el cuerpo de Cristo. Jesús no corta los miembros de su cuerpo.

Nuestra santificación y llamado eficaz también están ligados a nuestra reservación, según Judas 1:

Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo.

Versículos claros de la Biblia como evidencia

Aunque el razonamiento teológico es legítimo para confirmar una doctrina, no tenemos que depender en ello solamente. Abundan textos bíblicos que dicen que Dios preserva o guarda a su pueblo.

El [Jehová] guarda las almas de sus santos; Salmos 97:10

Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. 2Tim.4:18

...guardados en Jesucristo; Judas 1

Y a Aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría... Judas 24

...que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada...1Pedro 1:5

...Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. 1Juan 5:18

Otras evidencias de la lógica bíblica

• Cualquier doctrina negando la preservación resulta en un evangelio de salvación por obras.

• La Biblia declara la posibilidad de tener una seguridad de la salvación en esta vida. Esto sería imposible si la doctrina de la preservación fuera incorrecta (2Pedro 1:10; Hebreos 6:11,19; 10:22; 1Juan 5:13).

• Las Escrituras hablan del sello del Espíritu Santo que los creyentes reciben cuando creen. Este sello dura hasta el día de la redención (Efesios 1:13; 4:30; 2Corintios

1:22). Tal sello no tiene valor si puede ser quitado.

• La Biblia siempre habla de la preservación como obra de Dios y no del hombre. La fidelidad de Dios garantiza la fidelidad nuestra.

• El amor particular para los suyos garantiza nuestra preservación.

Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia (Jeremías 31:3).

Comenta Boettner:

El amor infinito, misterioso y eterno de Dios para su pueblo es la garantía de que nunca se pierdan. Este amor no está sujeto a las fluctuaciones, sino que es inmutable como el ser de Dios. Es también gratuito y nos sostiene más firmemente que nosotros de él. No está fundado en la amabilidad de sus objetos [8] .

La fidelidad de Dios nos preserva y nos establece según 2Teslonisenses 3:3. El poder de Dios nos guarda (1Pedro 1:5). Dios completará la buena obra que comenzó en nosotros (Filipenses 1:6).

Spurgeon lo expresó en estos términos:

Esta fidelidad de Dios es el fundamento y la piedra angular de nuestra esperanza de la perseverancia final. Los santos perseverarán en santidad, porque Dios persevera en gracia. Él persevera para bendecir, y por lo tanto, los creyentes perseveran en ser bendecidos. Él continúa guardando a su pueblo, y por lo tanto ellos continúan guardando sus mandamientos [9] .

Nuestra preservación depende de la voluntad del Padre y no del hombre.

La voluntad del Padre es que ninguno de los que son dados a Jesús perezcan (Juan 6:39). Jesús confirma esto al declarar que ninguno de estos jamás se han perdido; De los que me diste, no perdí ninguno. Juan 18:9 La voluntad inmutable del Padre es nuestra gran consolación (Hebreos 6:17-18).

• Los elegidos no pueden ser engañados (Mateo 24:24). ¿Qué podría causar su apostasía?

La intercesión de Cristo implica nuestra preservación, porque la preservación no es menos cierta que la eficacia de las oraciones de Cristo.

• Su intercesión nos salva perpetuamente (Hebreos 7:25). Cristo ora para que nuestra fe no falle (Lucas 22:32), y que el Padre preserve a los suyos (Juan 17:11).

• La doctrina de la santificación implica la preservación, porque nuestra santificación final está garantizada.

• Hemos sido legalmente perfeccionados para siempre por el sacrificio de Cristo (Hebreos 10:10,14). La fidelidad de Dios resultará en nuestra santificación entera (1Tesalonisenses 5:23-24).

Los cristianos perseverarán en santidad

porque Dios persevera en gracia.

 

¿Es posible que un nacido de nuevo viva una vida de pecado?

Preguntas imposibles

¿Si un nacido de nuevo vive una vida de pecado, iría al cielo de todas formas? Para contestar, podemos plantear algunas preguntas semejantes:

¿Cómo puede un círculo ser cuadrado? ¿Cómo es el color azul cuando está verde? ¿Si un pecador fuera perfecto, sería salvo?

Todas estas preguntas están en la misma categoría: Son auto-contradictorias. Un santo perdido no puede existir más que un pecador perfecto, o un círculo cuadrado. Una de las primeras leyes de la lógica es que no existe ninguna respuesta a las preguntas ilógicas. La única manera de contestar es ¡Estás hablando contradicciones!

 ¿Recuerda el lector al Señor Fulano que nació de nuevo y luego murió en pecado? Unos decían que el Señor Fulano está en el infierno. Otros decían que está en el cielo. Nosotros decimos que el Señor Fulano no existía.

Este concepto no puede ser expresado con más claridad que en el libro de Primera de Juan:

Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 1Juan 3:9

Según la teología de Juan, lo que es nacido de Dios no puede practicar una vida de pecado. Sabemos, claro, que no se refiere a los pecados individuales ni a los lapsos temporales, porque trata de mentirosos a quienes dicen que no tienen pecado (1Juan 1:8-10) Mas, si pecamos, tenemos a Jesucristo como nuestro abogado. Pero en 1Juan 3:9, él está hablando de una vida continua de pecado. El uso del verbo practica confirma esto.

Juan nos explica también por que los regenerados no practican una vida de pecado.

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. 1Juan 5:18

Es porque Jesús los guarda.

Según Juan, ¿cómo reaccionan los regenerados cuando oyen la noticia de su preservación? ¿La toman como licencia para pecar? ¡No!

 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. 1Juan 3:3

Tal noticia les conduce a purificarse más.

¿Existen personas que intentan aprovecharse de la gracia de Dios y usar la preservación como pretexto de pecado? ¡Sí! Tales personas están descritas en Judas 4:

 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios...

Todos los que se aprovechan de la doctrina de la preservación para vivir en libertinaje se descubren como reprobados. Ya han sido destinados para condenación. En consecuencia, no son salvos.

Pero con respecto a los nacidos de nuevo, recordamos que Dios nunca ha roto el certificado de nacimiento de un cristiano.

¿Por cuáles medios preserva Dios a su pueblo?

Una de las objeciones más frecuentes en contra de la preservación se basa en la existencia de textos bíblicos relativos a los mandamientos y exhortaciones para perseverar:

¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Hebreos 2:3

El libro de Hebreos está lleno de advertencias en contra de recaer, con amenazas de condenación inminente para los que apostatan. Se supone que la apostasía, con su condenación resultante, debe ser un peligro real para el pueblo de Dios. De otra manera, Dios estaría amenazando en vano.

La respuesta a esta objeción está involucrada con una paradoja expresada en Jeremías 32:40:

 Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.

Dios preserva a su pueblo dentro del pacto al poner temor en el corazón de ellos. ¿Temor de qué? Temor de Dios mismo. ¿Cómo logra Dios esto? Por medio de exhortaciones, advertencias y admoniciones. Estas mismas advertencias son los medios que él emplea para asegurar la fidelidad de su pueblo.

Según la primera parte de este versículo, es imposible que Dios deje de hacerle bien a su pueblo. Uno de los bienes que Dios les hace es poner su temor en ellos, para asegurar que queden en su pacto.

Existe pues una paradoja divina entre la responsabilidad del creyente para obedecer, de un lado, y la actividad divina, del otro lado. Esto garantiza que el creyente cumpla con esa responsabilidad.

Pablo expresa esta paradoja en Filipenses 2:12-13:

...ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

En la primera parte, Pablo exhorta a la iglesia de ocuparse en su salvación como si fuera responsabilidad de ella misma. Y la es. Pero ya sabemos que nadie puede cumplir esto a causa de la incapacidad total humana.

 

El querer y el hacer es algo

que Dios produce en nosotros.

 

Otro ejemplo de la misma estrategia es la advertencia compulsiva divina de la condenación eterna a todos los que rehúsan arrepentirse. ¿Es una amenaza insincera para los elegidos? A primera vista, parece así, porque dentro del contexto de los decretos divinos, es imposible que los elegidos no sean salvos. Pero Dios usa esa misma advertencia como el medio para conducir a los elegidos al arrepentimiento. Aunque el arrepentimiento es también un don de la gracia, este don viene por medio de tal advertencia.

Ocurre lo mismo con la preservación. Dios revela a su pueblo el grave peligro de apostatar, poniendo así en sus corazones el temor de Dios. La paradoja está en la amenaza misma, como medio para garantizar que las consecuencias de la amenaza nunca les alcance.

Una advertencia acerca de la apostasía no comprueba nada respecto a la cuestión de si alguien realmente ha apostatado o no. Es imposible demostrar por medio de la Biblia que alguno de los nacidos de nuevo ha apostatado y se ha perdido eternamente.

Advertencias y exhortaciones en contra de la apostasía no constituyen, por lo tanto, ninguna evidencia en contra de la doctrina de la preservación.

El problema de la falsa fe: Religioso sin ser regenerado

Nos enfrentamos con un problema difícil: ¿Cómo distinguir entre los que son nacidos de nuevo y los que solo dan apariencia de ello? Algunos son buenos actores. Otros son sinceramente religiosos y se imaginan salvos, sin serlo.

Nos consolamos con esto: El problema no es nuevo. Los apóstoles tenían la misma dificultad en su tiempo. Algunas personas viven una vida de tal consagración al Señor y tienen tales frutos del Espíritu, que es absurdo dudar de ellos. Otras viven en los márgenes obscuros entre la luz y las tinieblas de manera que nos preguntamos si son realmente salvos.

Este fenómeno espiritual se ha notado por muchos teólogos como Boettner:

…A veces las operaciones comunes del Espíritu sobre la consciencia iluminada conduce a una reforma ion y a una vida externamente religiosa…Esta “fe” continúa tanto como el estado de la ;mente que la produjo también continúa. Cuando esta cambia, él vuelve al estado usual de insensibilidad, y su “fe” desaparece [10] .

El libro entero de 1Juan fue escrito para tratar con este problema. Juan puntualiza su deseo de que tengamos la seguridad de nuestra salvación...una declaración que no tendría sentido si la seguridad de los elegidos fuera una doctrina errada. Estas cosas os he escrito...para que sepáis que tenéis vida eterna, 1Juan 5:13.

Además, Juan quiere que tengamos plenitud de gozo en el conocimiento de esta seguridad. Pero no nos vende barato esta seguridad. Nos da criterios a través del libro para ayudarnos a distinguir entre creyentes verdaderos y los que fingen. Si vemos que no alcanzamos los criterios dados, debemos seguir el consejo del Apóstol Pablo; examinarnos, para ver si estamos en la fe (2Corintios 13:5).

¿Cuál es el criterio del Apóstol Juan? ¿Cómo viven los nacidos de nuevo? Están en comunión con Dios y con los hermanos, aman a los hermanos, permanecen fieles a la iglesia, no viven una vida de pecado, vencen el mundo por su fe, son generosos en ayudar a los hermanos necesitados y testifican al mundo de su fe en Jesús.

Una boca elocuente, llena de palabras religiosas, no parece ser uno de los criterios bíblicos. Jesús dijo:

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí: apartaos de mí, hacedores de maldad, Mateo 7:21-23.

Cristo no dirá, “Apartaos de mí los recaídos”, sino, Nunca os conocí.

Las personas religiosas mencionadas aquí fallaron en dos cosas necesarias. Es cierto que practicaban alabanzas diciendo, “Señor, Señor”. Es verdad que eran muy activos para el Señor. ¿No profetizamos en tu nombre? Pero estas dos cosas no contaron para nada.

Las dos cosas que no cumplieron eran el hacer la voluntad de Dios y vivir una vida correcta. Eran hacedores de maldad.

Es verdad que somos salvos por la fe, y no por obras. Sin embargo, no es cualquier clase de fe que nos salva.

Un ejemplo impactante es Simón el Mago, Hechos Capítulo Ocho. El texto dice que creyó y fue bautizado. Pero luego, vemos al Apóstol Pedro reprochándole, porque percibió que su corazón no era recto delante de Dios. Simón tenía una clase de fe superficial, pero no era una fe salvadora. El participó en las actividades religiosas del pueblo de Dios al ser bautizado, pero no era regenerado.

Se dedica el Capítulo Dos de Santiago enteramente a tratar con esta cuestión de la fe falsa. Hasta los mismos demonios tienen alguna clase de fe, y tiemblan. Pero no una fe salvadora. La fe verdadera resulta en una vida obediente que produce buenas obras, tal como en los casos de Abraham y de Rahab, mencionados en el capítulo.

La gente tiene experiencias religiosas de toda clase, sin ser salvos. Algunos hacen una especie de arrepentimiento, en que se liberan de ciertos vicios. Es el caso de los profetas falsos mencionados en 2Pedro 2. El capítulo entero está dedicado a estas personas religiosas que se infiltran dentro de las asambleas cristianas y llegan a tener ministerios. Pedro dice que escaparon de la corrupción en el mundo por el conocimiento de Cristo (versículo 20). Ellos no sólo conocían intelectualmente el camino de justicia, sino por una cierta experiencia personal limitada. Sin embargo, son fuentes sin agua, es decir, sin el Espíritu, nacidos para destrucción.

Por fuera, su profesión religiosa es muy correcta. Interiormente, tienen ojos llenos de adulterio. Predican por dinero, y tienen maneras encantadoras con las cuales decepcionan a los sencillos. Hablan de libertad, pero ellos mismos son esclavos de la corrupción.

¿Es posible que los regenerados cometen pecado serio o que recaen temporalmente?

Sí, es posible. David cayó en los pecados de adulterio y asesinato. Pero era una caída temporal, no un estilo de vida a lo largo. Dios lo restauró. Un hombre cometió incesto en 1Corintios 5. Por medio de la disciplina de la iglesia, fue restaurado según 2Corintios 2. Visto de que la disciplina aplicada era con el propósito de salvar su alma, es legítimo suponer que era creyente.

Sí, los cristianos caen en pecado, y a veces en pecados graves. Mientras que el cristiano está en tal estado, puede ser imposible distinguirlo de los perdidos. A veces, sólo con el pasar del tiempo se puede saber.

Algunos caen de la profesión de fe, pero ninguno cae de la gracia salvadora de Dios.

¿Cuánta seguridad se debe dar a los nuevos convertidos?

Es costumbre en algunos grupos decir a los nuevos que tienen vida eterna inmediatamente después de cumplir con algún acto de compromiso religioso, tal como decir una oración o acercarse a un altar, o levantar la mano en una reunión. Ofrecer tal seguridad a los nuevos puede ser peligroso, puesto que ninguno de los actos arriba mencionados tienen que ver con la regeneración. Y peor, ninguno de tales actos puede ser base suficiente para dar una seguridad de la salvación. Por eso, no es sabio dar este tipo de seguridad inmediatamente.

Es mejor proceder exactamente como hicieron los apóstoles. Primero, les exhortaron a continuar en la fe. Luego les enseñaron privadamente en sus casas. En el transcurso de los estudios, la base de nuestra salvación se pone clara para los nuevos, de manera que pueden deducir por sí mismos su propia seguridad de salvación.

Algunos reciben esta seguridad directamente del Espíritu Santo, sin que nadie les diga. Para otros, la seguridad viene poco a poco, al ver la operación de la gracia de Dios en sus vidas.

Esencialmente, podemos dar seguridad de la salvación a los creyentes, sólo cuando muestran evidencias de una vida que corresponde a las características de los nacidos de nuevo.

Resumen

La doctrina de la preservación afirma que Dios tiene un pueblo que se preserva hasta la gloria. Suficientes textos bíblicos muestran que esta doctrina se sostiene por sí misma, sin necesidad de la ayuda de la lógica teológica. Sin embargo, los argumentos teológicos basados en las otras doctrinas de la gracia serían suficientes para comprobarla, incluso si tales textos claros estuvieran ausentes. Así, desde una perspectiva de honestidad intelectual, es imposible rehusar a la doctrina de la preservación.

¿Es acaso sea malentendido una licencia para pecar? Tal concepto sería un, porque los cristianos sinceros no desean una licencia para pecar. Hemos mostrado también que otra doctrina diferente a la preservación constituye una salvación por méritos.

La preservación es, por lo tanto, un don de la gracia, concedida por Dios a sus elegidos y aplicada por varios medios. Los cristianos son responsables para aplicar los medios de gracia que Dios ha provisto.

 

La preservación

es un don de la gracia.

 

Mas Dios mismo se ocupa en asegurar que los medios sean aplicados.

La doctrina de la preservación provee una consolación inestimable para los cristianos sinceros en su lucha contra el pecado, dándoles una base firme de seguridad respecto a la victoria final.

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único Dios, nuestro salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén. Judas 24-25

Preguntas sobre la perseverancia

Pregunta 1: Parece que Hebreos Capítulo Seis afirma que algunos nacidos de nuevo pueden caer permanentemente de la gracia, de manera que es imposible restaurarlos. ¿Cómo concuerda esto con la perseverancia?

Se dice que las doctrinas aquí expresadas son típicamente cristianas, es decir, arrepentimiento, bautismo, juicio eterno. Segundo, que las personas mencionadas en el texto fueron iluminadas, gustaron del don celestial, y fueron partícipes del Espíritu Santo. Gustaron también de la palabra de Dios y de los poderes del siglo venidero. Tercero: Expusieron al Hijo de Dios a la vergüenza por la apostasía de ellos; mostrando que tenían algún conocimiento del evangelio.

Respuesta a la objeción: Una lectura cuidadosa del capítulo entero revela que las suposiciones arriba expresadas son muy débiles. En primer lugar, se nota que el capítulo tiene una división natural en dos partes. Esta división ocurre al versículo 9 donde el autor dice:

 Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así.

A partir de este versículo, el autor se dirige a un grupo diferente de personas que en la primera parte del capítulo. El texto se refiere a los que son salvos, mientras que antes, hablaba de personas perdidas. El autor está persuadido de cosas mejores para ellos que las maldiciones ya mencionadas. Mas, los llama amados, lo que es una palabra nunca usada en la Biblia excepto para el pueblo de Dios. Luego menciona un pueblo que hace obras de amor en el nombre de Jesús, quienes ministran a los santos. Son herederos del pacto con Abraham, con una ancla segura y firme del alma. Ninguna de estas cosa se dice de los mencionados en versículos 1 a 8. Es claro, por lo tanto, que el autor hace distinción entre los que son salvos y los que hacen profesión de religión sin ser salvos.

Existe una consecuencia seria si suponemos que los versículos 1 a 6 se refieren a los cristianos recaídos. Tomándolo de forma más literal, estaríamos obligados a afirmar que ningún cristiano recaído podría ser salvo. La experiencia de las iglesias, sin embargo, esta repleta de ejemplos de cristianos que han experimentado caídas temporales y que han sido restaurados. La Biblia misma menciona tales ejemplos. Lógicamente, entonces, estos versículos no se refieren a los cristianos recaídos.

Examinemos una por una las tres evidencias dadas arriba, para ver si el contexto se refiere a los cristianos recaídos.

Primero, no es verdad que las doctrinas mencionadas en los versículos 1 a 3 son típicamente cristianas. Son también típicamente judías. El Antiguo Testamento las enseña todas. Tengamos en mente que Jesús no vino a enseñar algo nuevo, sino a cumplir con lo que ya fue enseñado en el Antiguo Testamento. Las doctrinas judaicas básicas formaron, pues, el cimiento de su ministerio. No existe motivo para insistir en que estas doctrinas son distintivamente cristianas.

Si todas estas doctrinas son primero judaicas, la iluminación y el gustar en versículo 4, no tienen nada que ver con alguna experiencia cristiana. Los judíos fueron iluminados por la palabra de Dios en el Antiguo Testamento. Habían gustado del Espíritu Santo por los milagros de los profetas y por su ministerio de enseñanza. Participaron del Espíritu Santo al obedecer las ordenanzas que Dios les había dado.

¿En qué, pues, consiste el recaer en versículo 6? Tengamos en mente que el autor escribe a lectores judíos que habían sido influenciados por la cristiandad. Por eso la Epístola se llama, a los Hebreos. Algunos de estos judíos habían abandonado el judaísmo, para venir a la iglesia. Pero entonces comenzaron a dejar la asamblea cristiana para regresar a sus antiguas costumbres judaicas (Hebreos 10:25).

La exhortación consiste en animar a estos judíos a que dejen las doctrinas fundamentales del judaísmo para entrar plenamente en Cristo. Al volver a sus antiguas costumbres, declaraba que el sacrificio de Jesús era insuficiente para ellos. Así, se cortaban de toda esperanza de salvación, comprobando que son almas estériles, tierra infértil, sin fruto y reos a la maldición divina.

Segundo, es posible ser iluminado por el Espíritu Santo, inclusive tener alguna participación en El, sin ser regenerado. El texto nunca dice que gustar del Espíritu constituya ser nacido de nuevo. El Espíritu convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio. A menudo la gente tiene su conciencia despierta sin ser convertida. El uso de palabras, como iluminación y gustaron en este texto, no comprueba que las personas mencionadas fueron nacidas de nuevo.

Tercero, el versículo 6 sólo comprueba que las personas citadas tenían algún conocimiento del evangelio, no que era un conocimiento salvador.

En resumen, Hebreos Capítulo Seis no habla de cristianos recaídos. Es un contraste entre judíos inestables, vacilando entre la cristiandad y el judaísmo, versus judíos que se habían entregado totalmente a Cristo. Cualquier otra interpretación distorsiona la unidad del capítulo.

Pregunta 2: ¿No dice Gálatas 5:5 que los creyentes pueden perder la salvación si vuelven a la justificación por la ley?

Tal interpretación ignora el intento del libro como una totalidad. Pablo nunca dice que han perdido su salvación. Siempre les habla como cristianos. Por eso la frase caído de la gracia no puede ser visto como equivalente a perder la salvación. Pablo advierte a la iglesia entera del peligro de poner parte de su justificación sobre otra base además de Cristo. Hacer esto contradice el evangelio y trae debilidad en la iglesia.

Pregunta 3: ¿No es contraria la doctrina de la preservación con la del libre albedrío?

La objeción se basa en un malentendido de la libertad humana. Libertad significa el poder hacer lo que uno quiere. Pero lo que uno quiere, se determina por lo que uno es en su carácter. Como vimos en el capítulo La incapacidad total humana, la voluntad es esclava de la naturaleza humana. Los regenerados cambian su mente porque tienen nuevo corazón. No desean regresar a su vida pecaminosa anterior porque Dios les ha dado nuevos deseos.

Argumenta Boettner:

Nadia niega que los redimidos en el cielo serán preservados en santidad. Si Dios preserva a sus santos en el cielo sin transgredir su libre albedrío, ¿no puede ser también que él preserve a sus santos en la tierra sin transgredir su libre albedrío [11] ?

Pregunta 4: ¿No existe el peligro de que la doctrina de la preservación sea tomada como licencia para pecar?

Los nacidos de nuevo no desean licencia para pecar. Toman esta doctrina como motivo para purificarse, según 1Juan 3:3 y 9. Los que buscan licencia para pecar se muestran reprobados de acuerdo a Judas 4.

Pregunta 5: Muchos textos advierten a los creyentes de los peligros de recaer. Jesús mismo dijo: el que persevere hasta el fin será salvo. ¿No contradice esto la doctrina de la preservación?

No hay nada en tales textos que desmienta que la perseverancia es don de Dios, ni que existen elegidos que no perseveran.

Pregunta 6: Ver 1Corintios 9:27. Este texto parece expresar la preocupación de Pablo sobre la posibilidad de perder la salvación. ¿Cómo se relaciona esto con la preservación?

Nada en el texto se relaciona con la salvación de Pablo. El término eliminado no especifica si la eliminación se refiere a la salvación misma o a su ministerio. Visto que el texto no es claro, no sirve como prueba en contra de la preservación.

Supongamos, sin embargo, que la palabra eliminado signifique la pérdida de salvación. Esto todavía no constituiría una negación de la preservación. Sólo mostraría que Pablo reconoció la importancia de aplicar los medios de perseverancia hasta el fin. Así, el versículo no contradice la doctrina de la preservación.

 

Preguntas para repasar: Seguridad

1.   El partido religioso en el siglo XVI que creía que un regenerado puede perder la salvación se llamaba _________.

2.   Nuestra preservación se basa mayormente en otras dos doctrinas, que son ________ y _______.

3.   La base de nuestra preservación está en la voluntad de ______ no en la voluntad del _______.

4.   Verdadero o Falso:_____ No existe ninguna condición por la cual un cristiano puede perder la salvación, incluyendo si apostata de la fe y vive una vida pecaminosa.

5.   Verdadero o Falso:_____ La doctrina de la preservación es una licencia para pecar.

6.   Verdadero o Falso:_____ Visto que la preservación es por la gracia de Dios, los cristianos son aliviados de toda responsabilidad para aplicar medidas para su preservación.

7.   Verdadero o Falso:_____ Un dilema lógico con la preservación es que priva al hombre de su libre albedrío.

8.   Explica por qué la preservación es verdad si la elección es verdad.

______________________________________________________________ 

9.   Explica por qué la preservación es verdad si la justificación es verdad. ______________________________________________________________

10. Explica por qué la preservación es verdad si Dios es soberano.

______________________________________________________________

11. Explica por qué la preservación es verdad si la doctrina de la unidad espiritual y universal de los creyentes es verdad. ______________________________________________________________

12. Explica por qué la preservación es verdad si la doctrina de la incapacidad total es verdad. ______________________________________________________________

13. Verdadero o Falso:_____ Un aspecto significativo de la preservación es que Dios no castiga a su pueblo por sus pecados.

14. Verdadero o Falso:_____ Los que son nacidos de Dios no pueden practicar una vida de pecado.

15. En base de 1Juan 5:18, Explica por qué los regenerados no practican una vida de pecado. ______________________________________________________________

16. Verdadero o Falso:_____ Hipotéticamente hablando, podemos decir que el alma de un cristiano recaído iría al infierno.

17. ¿Cómo reaccionan los regenerados frente a la doctrina de la preservación?

18. Según Judas 4, los que se aprovechan de la doctrina de la preservación para practicar el libertinaje son ____________________.

19. El problema principal con el punto de vista arminiano es_______________.

20. Verdadero o Falso:_____ La Biblia enseña que los creyentes pueden tener seguridad de la salvación en esta vida.

21. Verdadero o Falso:_____ Cristo enseñó que los elegidos no pueden ser engañados.

22. Explica por qué la intercesión de Cristo implica nuestra preservación. ______________________________________________________________

23. Explica los medios que Dios usa para garantizar nuestra preservación. ______________________________________________________________

24. Verdadero o Falso:_____ Una advertencia en contra del peligro de recaer comprueba que algunos cristianos han perdido la salvación.

25. Según Jesús en Mateo 7:21-23, a los condenados aquí mencionados les faltaban dos cosas. Estas son:

      A._____________________

      B._______________________

26. Verdadero o Falso:_____ Un elemento importante de la doctrina de la preservación es que un regenerado nunca puede cometer ningún pecado grave.

27. Verdadero o Falso:_____ La doctrina de la preservación es tan linda que es sabio explicarla a los nuevos convertidos al instante de su conversión.

28. Verdadero o Falso:_____ Es posible que las doctrinas fundamentales en Hebreos 6:1-3 se refieran también a doctrinas básicas del Antiguo Testamento.

 

Respuestas a las preguntas: Seguridad

1=Arminiano; 2=Justificación, elección; 3=Dios, hombre; 4=F; 5=F; 6=F; 7=F; 8,9,10,11y12=Ver texto; 13=F; 14=V; 15=Ver texto; 16=V; 17=Les inspira a purificarse, 1Juan 3:3; 18=Reprobados; 19=Supone que la salvación es una obra cooperativa entre Dios y los hombres; 20=V; 21=V; 22=Dios siempre contesta las oraciones de Cristo. Por lo tanto, las oraciones de Cristo para nuestra preservación serán contestadas; 23=Temor de Dios, exhortaciones, amenazas, advertencias; 24=F; 25=Hacer la voluntad de Dios y vivir una vida recta; 26=F; 27=F; 28=V


 

 

Hilo de oro: La unidad de las doctrinas de gracia en el pacto de gracia

Las doctrinas de la gracia son semejantes a siete perlas preciosas, unidas por un hilo de oro en forma de un collar que llevamos al corazón. Son inseparables la una de la otra. Este hilo unificador se llama el pacto de gracia.

¿Qué es un pacto?

La palabra pacto quiere decir ‘contrato, acuerdo’ o ‘alianza’. La Biblia a veces usa el término testamento. Esencialmente un pacto significa un acuerdo hecho entre dos personas.

Cuando los hombres hacen acuerdos entre sí, es en base de beneficios mutuos en que cada uno da algo para recibir algo. Todo contrato humano se funda en este principio de beneficio mutuo. Pero en el pacto divino existe otro principio. Dios hace pacto con el hombre, aunque el hombre no puede contribuir en nada.

No tenemos nada que ofrecerle a Dios a cambio de su gracia. El pacto divino tiene, pues, un carácter distinto. Es más como un decreto inmutable en que todos los beneficios están de nuestro lado. El único beneficio que Dios tiene es la oportunidad para demostrar su gracia y su amor.

¿Cómo se instituyó el pacto de gracia?

A veces el pacto se llama pacto con Abraham, porque con éste, Dios instituyó el pacto. Aunque la gracia de Dios ya se manifestó antes con Noé, Enoc y otros, sin embargo, se inauguró con Abraham en el sentido de una declaración formal.

¿Cuáles son los elementos básicos del pacto?

En Génesis Capítulo Doce, Dios habló a Abraham sobre el contenido del pacto. Pero en el Capítulo Diecisiete, se presentan los elementos básicos:

La condición del pacto

En versículo 1, Dios revela la condición básica: Andar con Dios y ser perfecto. Aquí se presenta un problema. Nadie llega a la perfección en esta vida. ¿Tendremos que esperar hasta el cielo para gozarnos de los beneficios del pacto? Gracias a la justificación por la fe y la imputación de la perfección de Cristo, podemos experimentar ahora los beneficios del pacto.

Por eso, el pacto es a la vez condicional e incondicional, según la perspectiva con la cual lo examinamos. Por un lado, es condicional porque Dios requiere la perfección. Por otro, es incondicional, porque Cristo cumplió a la perfección como sustituto para todos los elegidos.

Es pacto eterno

El pacto es eterno porque Dios lo llamó pacto perpetuo (Génesis 17:7). Pablo, en Gálatas Capítulo Tres, subraya el carácter inmutable del pacto al compararlo con contratos humanos. Incluso si fuera solamente un pacto entre humanos, dice el apóstol, nadie puede añadir ni quitar nada. Cuánto más, pues, un pacto hecho por Dios.

Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. Gálatas 3:15

El carácter eterno del pacto se repite continuamente a través de la Biblia en los textos, tales como Isaías 55:10; 59:21; 61:8-9; Gálatas 3:6-15.

Es pacto familiar

El pacto incluye a los creyentes y a sus hijos, Génesis 17:7,9. Este punto es de suprema importancia, porque es en base de éste que nosotros entramos en el pacto hecho con Abraham. Pablo nos explica, en Gálatas Capítulos Tres y Cuatro, que Jesucristo es la simiente prometida a Abraham. Por la fe en Cristo, nosotros somos hijos de Abraham también, y participantes en el mismo pacto.

Aunque la palabra descendientes de Abraham tiene este aspecto figurativo y espiritual, también queda el elemento literal. Los hijos carnales de los creyentes poseen ciertas ventajas por el pacto, incluso si no llegan a ser salvos. El elemento familiar es central al pacto.

Se nota esto en el discurso divino a Abraham. En Génesis 17:18, Abraham dijo: Ojalá Ismael viva delante de ti. Abraham suponía que Dios se refería a Ismael cuando indicaba que su descendencia tendría parte en el pacto. Pero Dios le explicó que de Sara nacería otro hijo, Isaac, que sería heredero del pacto. Sin embargo, Dios bendijo también a Ismael con bendiciones terrenales, por el solo hecho de que Ismael era descendiente de Abraham.

Promesas hermosas abundan en la Biblia respecto a los hijos de los justos,

Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.

A la descendencia de los justos no le faltará comida (Salmos 37:25). Habitarán seguros (Salmos 102:28). Tendrán esperanza (Proverbios 14:26). Serán benditos (Proverbios 20:7).

Los apóstoles también reconocieron este aspecto familiar del pacto. Pedro dijo en el sermón de Pentecostés que, ... la promesa, es para vosotros, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; Pablo reconoció una cierta santificación legal, aunque no espiritual, sobre las familias de los creyentes, en 1Corintios 7:14:

Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera, vuestros hijos serían inmundos, mientras ahora son santos.

La señal y sello del pacto

Dios dio a Abraham la circuncisión como señal exterior del pacto (Génesis 17:10 y Romanos 4:11). Esta señal continúo en vigencia hasta que vino Jesús y cambió la señal al bautismo (Colosenses 2:11-12). Las dos señales simbolizan la misma cosa: El cambio de corazón que Dios da a los suyos según Romanos 2:28-29 con Tito 3:5-6.

La palabra señal quiere decir ‘símbolo’, para indicar la relación del creyente con el pacto. La palabra sello indica la promesa divina para cumplir los beneficios del pacto.

¿Cuáles son los beneficios del pacto?

Se cuenta que un europeo pobre, quiso emigrar a los Estados Unidos para tener una vida mejor, tenía. Apenas dinero para el boleto del barco, pero no lo suficiente para las comidas en el viaje. Compró el boleto. Subió al barco con la poca comida que pudo llevar, un pan y un queso. Esperaba que esta comida le mantendría hasta llegar a Nueva York.

Por tres semanas este hombre vivía de su pan y queso, evitando pasar por el comedor, donde sufría al ver a los otros pasajeros disfrutando de los platos suntuosos. En el último día del viaje, descubrió unas palabras escritas al reverso de su boleto, “Todas las comidas están incluidas”.

El pacto de gracia puede compararse al boleto del pobre pasajero. Muchos cristianos viven desprovistos de los beneficios prometidos, porque no saben lo que se incluye en el boleto. Sus oraciones toman el carácter de rogativas como mendigos, no de una fe sólida, porque no entienden sus derechos bajo el pacto.

Veamos algunas promesas bajo el pacto

La promesa del Espíritu Santo.

 En Gálatas 3:14 leemos:

 ...para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

Cristo murió en la cruz, según versículo 13, para garantizar que el poder del Espíritu alcance a todos, judíos como gentiles. Esto incluye todo lo que se refiere al Espíritu Santo...su poder, sus dones, su ministerio de santificación y liberación en la vida del creyente.

El diablo asalta a los creyentes, tratando de darles un complejo de inferioridad. A las mujeres dice: “Tú no puedes tener el poder del Espíritu, ni dones poderosos, porque sólo eres mujer”. A los hombres les dice: “Esto es para mujeres”. A los jóvenes les dice: “Tú eres demasiado joven. Necesitas más madurez para tener dones espirituales”. A los ancianos les dice: “Tú eres demasiado viejo. Esto es para jóvenes”.

Pero la promesa del Espíritu es para todos los hijos de Abraham. Pedro dijo en el día de Pentecostés que Dios derramaría su Espíritu sobre toda carne:

Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos tendrán sueños; Hechos 2:17

Al entender lo incluido en el pacto, oramos con la confianza de que Dios nos concede su poder y sus dones ministeriales, porque esto está incluido en nuestro boleto.

Bendiciones sobre nuestros hijos

El diablo miente a los padres, diciéndoles que no vale la pena orar por sus hijos descarriados, porque después de todo, los hijos tienen libre albedrío y por eso sus oraciones no valen.

Pero Dios no pidió permiso a Isaac para que sea descendiente de Abraham. Dios promete bendiciones a los hijos de los creyentes solamente porque son hijos de creyentes, no porque cooperan por su libre albedrío. A Dios le interesa más su propia voluntad que la de ellos.

El pacto de gracia da a los padres cristianos una base firme para orar por sus hijos. Satanás no puede impedir que Dios bendiga a tus hijos, porque la base de estas bendiciones es el pacto, no la voluntad de tus hijos.

Herencia eterna

Cristo vino y murió para garantizar que los llamados por Dios alcancen la herencia eterna  (Hebreos 9:15).

A veces los cristianos se desaniman al considerar sus fallas y debilidades. No entienden cómo será posible llegar a la entera perfección que la Biblia promete. La lucha con la carne parece tan difícil. Pero tenemos pacto con Dios, con un fiador que garantiza la victoria. Fiel es él que os llama, el cual también lo hará. 1Tesalonisenses 5:24

Victoria sobre nuestros enemigos

Dios prometió a Abraham, Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; Génesis 12:3

Zacarías, padre de Juan el Bautista, oró,

Y acordarse de su santo pacto; del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, que nos había de conceder que librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días. Lucas 1:72-75

Dios tiene métodos sorprendentes para librarnos de nuestros enemigos. ¡A veces se convierten al Señor! Aunque los cristianos son perseguidos, saben que Dios tiene eso bajo su control, y no permite otra cosa que lo que ayuda al evangelio. Pablo reconoció esto al decir, Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad. 2Cor 13:8

El acróstico, Sí, Jesús y el pacto de gracia

Este acróstico es nada más que una expresión de los elementos contenidos en el pacto de gracia. Examinemos ahora cada una de estas doctrinas para ver cómo se relacionan con el pacto.

Soberanía absoluta divina

El pacto se basa directamente en la inmutabilidad de la voluntad soberana de Dios. En el primer capítulo, vimos que nada en Dios cambia, incluidos sus decretos eternos. Todos sus consejos son irresistibles.

Ningún texto de la Biblia trae a luz la ligadura entre el pacto y la voluntad inmutable de Dios con tanta claridad como Hebreos 6:13-20. Era costumbre en los tiempos antiguos que los pactos se efectuaban por juramentos entre los pactantes. Dios, acomodándose a esta costumbre, inauguró el pacto con un juramento:

Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por él mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia, y te multiplicaré grandemente. Hebreos 6:13-14

Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; Hebreos 6:17

Algunos desconocen que los consejos divinos son inmutables. Imaginan que hay riesgo de que Dios les quite del pacto por sus fallas. Tales temores son causados por una mentalidad de justificación por méritos. Para descartar tal idea, Dios concedió un juramento basado en su propio carácter diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.

Por la soberanía absoluta divina se ve claramente el carácter incambiable y eterno del pacto.

Incapacidad total humana

La nación de Israel no tenía nada que ofrecer cuando Dios hizo el pacto con ella. Hablando por Ezequiel en parábola, Dios dijo:

Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Ezequiel 16:6

Israel era como un niño recién nacido y abandonado. Sólo la muerte lo esperaba. Pero Dios, como hombre rico y compasivo, lo recogió y adoptó como su propio hijo.

Igual con nosotros. Nacimos muertos en pecado. Insensibles a las cosas divinas. Egoístas e insensatos. Pero Dios entró en pacto con nosotros. Lo único que teníamos para dar eran nuestros pecados. En la doctrina de la incapacidad total humana, se ve el aspecto incondicional del pacto. En nada contribuimos.

Justificación por la fe

Dios puso a Abraham frente a un dilema terrible cuando dijo: Anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti... Génesis 17:1-2 ¡Cuán desanimado oír que se requiere la perfección para tener los beneficios del pacto! Basta esto para desanimar a cualquier santo, porque nadie entre nosotros es perfecto. ¿Hay remedio?

Sí, lo hay. ¡Jesucristo! Es el único que cumplió con la condición necesaria para tener todos los beneficios del pacto. En este sentido, el pacto que Dios ha hecho es solamente con Cristo. Pero nosotros estamos en Cristo por la fe. En él tenemos todos los beneficios, porque nos atribuyó su perfección por la fe (Gálatas Capítulos Tres y Cuatro). No es por nada que Cristo dijo: La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.  Juan 17:22

Elección por gracia

La elección precede al pacto, ya que Dios la realiza solamente con sus elegidos. Hice pacto con mi escogido. Salmos 89:3 Nunca hizo pacto con otras naciones, excepto Israel, porque era la nación elegida. Es pacto particular, no universal.

Sacrificio eficaz

La cruz compró algo para Cristo mismo. Le compró el derecho de actuar como el fiador, sumo sacerdote y mediador del pacto según Hebreos 7:22 y Capítulos Ocho a Diez de  Hebreos.

Un fiador es una persona que tiene autoridad y poder para asegurar que ambas partes de un pacto cumplan con los requisitos y que reciban los beneficios prometidos. Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Hebreos 7:22

Cuando Dios dio a Moisés el pacto de la ley, éste esparció con sangre los libros, el arca del testimonio, y todos los demás elementos de culto como señal de confirmación del pacto, Hebreos Ocho y Nueve.

El mismo principio de confirmación por sangre existe en el pacto de gracia. La sangre de Cristo es la confirmación absoluta del pacto divino con nosotros.

Unidad espiritual y universal de los creyentes

El pueblo de Dios en ambos testamentos, Antiguo y Nuevo, están ligados en una relación de pacto. No existen dos pueblos de Dios, sólo uno. Como Pablo muestra por medio del ejemplo de Abraham, los del Antiguo Testamento fueron salvos de la misma manera que nosotros. Fueron justificados por la fe, tenían el mismo salvador, participaban en el mismo pacto. Incluso, Pablo llama el pacto con Abraham, la buena nueva (Gálatas 3:8). La unidad del pueblo de Dios en el pacto es ilustrada por la Santa Cena. Cristo dijo:

esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada… Mateo 26:28

Al decir, bebed de ella todos (v.27), indicaba que es un pacto no sólo es con Dios, sino los creyentes, los unos con los otros.

Pablo enfatiza lo mismo en 1Corintios 10:16, al comparar el pan de la comunión con nosotros, la iglesia. El pan representa no solamente a Cristo, sino también el vínculo espiritual que tenemos por medio del pacto.

Seguridad de los elegidos

La inmutabilidad del pacto, la eficacia del ministerio de Jesucristo como mediador, la imputación de la justicia de Cristo, la eficacia de su sacrificio para confirmar el pacto, la llamada eficaz del Espíritu....todos estos elementos del pacto forman la seguridad de los elegidos.

Dios promete castigar a los hijos del pacto que andan descarriados, pero no hasta destruirlos. Dios destruyó otras naciones por haber cometido los mismos pecados que hacía Israel.

Mas Jehová tuvo misericordia de ellos, y se compadeció de ellos y los miró, a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob; y no quiso destruirlos, ni echarlos de delante de su presencia hasta hoy. 2Reyes 13:23

Un inexpresable consuelo para nosotros reside en que esta cadena de oro que es el pacto es capaz de soportar el peso de la carga más pesada del creyente.

Desde el punto de vista de pura justicia, no existe motivo porque los israelitas existen hasta hoy. ¿Dónde están los edomitas, los filisteos, o los gabaonitas? Son razas extintas. La única explicación es, Porque yo Jehová no cambio: por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Mal 3:6

Dios nunca desecha a su pueblo elegido. Los castiga, sí. Sabe darles remordimiento por sus pecados. Digo pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera...No ha desechado Dios a su pueblo al cual desde antes conoció. Romanos 11:1-2

Que nadie imagine que nuestra participación en el pacto nos alivia de castigos correctivos por los pecados. Al contrario. Es precisamente por causa del pacto que Dios castiga a sus hijos. A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. Amós 3:2

Si no fuera por su pacto con Israel, Dios no les hubiera castigado. Les habría dejado que anden en sus errores hasta la perdición.

Pero el pacto es una paradoja. A la vez es una seguridad profunda y también una advertencia. Garantiza una herencia eterna, pero con correcciones. Es una seguridad incómoda, en que Dios no se detiene ante nada a fin de que se cumpla nuestra obediencia.

 

El pacto es una paradoja.

A la vez es una seguridad profunda

y también una advertencia.

 

Resumen

Por la voluntad soberana de Dios, los elegidos tienen un pacto inviolable, con la garantía de una herencia eterna. Incluye promesas para sus hijos, victoria sobre sus enemigos, y la provisión para sus necesidades. Aunque eran totalmente incapaces e indignos para entrar en el pacto, Cristo vino para morir en la cruz a fin de confirmar el pacto con sus elegidos. Por medio del don de la fe, los justifica, a fin de unirlos con el pueblo de Dios de todas las épocas, formando así un solo cuerpo con Cristo, salvados para siempre.

La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, Hebreos 6:19

 

Preguntas para repasar: Hilo de oro

1.   El pacto de gracia difiere de los pactos humanos en que: (Marque uno)

      A.  Dios hace pacto solamente con los que hacen buenas obras.

      B.  El hombre no contribuye en nada al pacto de gracia.

      C.  El pacto de gracia no es un pacto escrito.

2.   A veces el pacto de gracia se llama también _________.

3.   Verdadero o Falso:_____ Antes de Abraham, no existía ningún pacto de gracia.

4.   Verdadero o Falso:_____ El pacto es condicional e incondicional a la vez, según nuestra perspectiva.

5.   Verdadero o Falso:_____ Dios requiere la perfección como condición en el pacto.

6.   Cuando Dios hace pacto con un creyente, él incluye también a ______________.

7.   Dios dio a Abraham la ________________ como señal exterior del pacto. Pero en el Nuevo Testamento, esta señal fue cambiada en ____________________.

8.   Los beneficios del pacto son:

      A._____________________

      B._____________________

      C._____________________

      D._____________________

9.   El pacto de gracia es una base sólida para nuestra ___________.

10. ¿La doctrina de la soberanía absoluta divina se relaciona con el pacto de gracia en que formas? ___________________________________________________

11. La doctrina de la incapacidad total humana se relaciona con el pacto de gracia en que: ____________________________________________________________

12. ¿La doctrina de la justificación se relaciona con el pacto de gracia en que formas?

13. ¿La doctrina de la elección se relaciona con el pacto de gracia en que formas?

      ________________________________________________________________

14. ¿Por cual manera el pacto de gracia se relaciona con la doctrina del sacrificio eficaz? __________________________________________________________

15. La doctrina de la unidad espiritual y universal de los creyentes se relaciona con el pacto de gracia en que:________________.

16. ¿La doctrina de la seguridad de los elegidos se relaciona con el pacto de gracia en que formas? ____________________________________________________

17. Verdadero o Falso:_____ Dios promete destruir por completo a sus hijos por no cumplir con las demandas del pacto.

18. Verdadero o Falso:_____ Nuestra participación en el pacto nos exime de toda corrección divina por nuestros pecados.

 

Respuestas a las preguntas: Hilo de oro

1=B, 2=Pacto con Abraham, 3=F, 4=V, 5=V, 6=a los hijos, 7=Circuncisión; bautismo, 8=A Espíritu Santo, B Bendición sobre hijos 9=Fe, 10=La base del pacto es la voluntad inmutable de Dios, 11=El hombre no contribuye en nada al pacto, 12=Cristo cumplió como nuestro sustituto el requisito de perfección en el pacto, 13=El pacto es para los elegidos solamente, 14=La sangre de Cristo confirmó el pacto, haciéndole a Cristo el fiador y mediador de ello, 15=Existe un solo pueblo de Dios por medio del pacto, 16=El pacto es la base de nuestra seguridad de salvación, 17=F; 18=F


Epílogo

 

De vez en cuando alguien me pregunta por qué escribí este libro. Eso produce en mí una pequeña sensación de desilusión porque sospecho que el lector no captó el corazón del mensaje de la gracia.

La gracia es inquieta. No puede quedarse quieta sin hacer nada. Quiere ir a lugares y hacer cosas. Lo que más desea hacer es glorificar a Dios. El lugar al que más anhela ir es a su sitio de origen. Aquellos que han recibido una generosa porción de la gracia saben eso y cada uno a su manera, siente un impulso de devolver algo en gratitud.

¿Qué padre no ha tenido un niño entregarle un regalo que vino del padre en primer lugar? La diferencia con la gracia, sin embargo, es que cuando la entregamos, la encontramos todavía en nuestra mano pero alterada, mucho más amplia. Siempre quiere retornar a su fuente para convertirse en más de lo que era antes.

Soy escritor. No conozco otra manera de devolver mi porción. Así que escribí este libro por una simple razón.

Lo escribí porque no podía detenerme de hacerlo.


Sobre el autor

Roger Smalling y su esposa Diana son misioneros de la Iglesia Presbiteriana de las Américas, trabajando en desarrollo de liderazgo y preparación teológica en Latinoamérica.

Tiene Roger un doctorado en ministerio cristiano del Seminario Internacional de Miami, una maestría en Biblia de la Universidad cristiana Bautista de Louisiana, más un título en Educación Hispánica de la Universidad de Colorado de Norte, Magna Cum Laude.

Roger es fundador de Visión R.E.A.L. (Reforma En América Latina), que se dedica al avance de la Reforma en América Latina por medios impresos y por establecer centros de preparación de líderes cristianos en américa latina. Sus recursos son accesibles a www.smallings.com

Esta pareja ha trabajado como misioneros por más de treinta años en Francia, Guatemala, México y Ecuador. Si bien su ministerio ha sido mayormente en la educación, los Smalling han trabajado con equipos de misioneros en fundar varias iglesias en el campo misionero.

La esposa de Roger, Diana, dicta conferencias para esposas de líderes cristianos y también participa con Roger en proyectos literarios.

 

Otros libros por Roger y Diana Smalling

Liderazgo cristiano: Principios y práctica

Felizmente justificados: Una introducción a Sola Fide

Evangelio de la prosperidad: Los carismáticos heridos


 

 

Notas Finales

 

 

 



[1] Packer, J.I., Ensayo Introductorio a muerte de la muerte por Juan Owen, Banner of Truth, pp.10.

[2]   Ibid

[3]   Algunos afirman que la palabra trajere en este versículo sólo indica una persuasión moral al cual el pecador puede resistir. El problema con esto es que la palabra griega traer usada aquí helkuo, siempre significa ‘arrastrar’, compulsión forzada. Incluso si no sabemos lo que quiere decir, su significado podría ser deducido por la frase y lo resucitaré en e postrer día. Es decir, todos los que son objeto de la acción del Padre en traerlos, serán salvados invariablemente. Esto no deja lugar para una resistencia eficaz por parte del pecador.

[4]   Cita de Kenneth Craig, de Gathered Gold John Blanchaard, Evangelical Press 1989 pp.57

[5]   Ibid, pp.14

[6]   El contenido del Credo Apostólico, en otras palabras.

[7]   El único motive por el cual usamos el título Seguridad de los elegidos es porque juega mejor con    el acróstico Si, Jesús. En este capítulo daremos preferencia a la palabra preservación.

[8]   Boettner, Lorraine. La doctrina reformada de la predestinación. Eerdmans, NY, 1932

[9]   Spurgeon, Charles. All of Grace. (Todo por Gracia) pp.121

[10]   Boettner, Lorraine. The Reformed Doctrine of Predestination. Presbyterian and Reformed Publishing, Grand Rapids, MI, 1932, pp.192

[11]   Boettner, Lorraine. Perseverance of the Saints (Perseverance de los santos) Eerdmann, Grand    Rapids, MI. 1932. pp.109

 



      [1] Citado de C.S. Lewis, en Gathered Golden, John Blanchard, Evangelical Press 1989 pp.74.

[2]  Isa’as 64:6

[3] Confesi—n de Fe de Westminster, Cap’tulo 16, Art’culo 7

[4] Canones de Dort, Cap3, Secci—n 11. 

[5] Esclavitud de la voluntad por Martin Luther. Secci—n 18, No.783.

[6] Ex 34:28

[7]  Hodges, Charles: Teolog’a Sistem‡tica, Vol.2, pp.203

[8] Cita de Benjamin B. Warfield en Gathered Gold, John Blanchaard, Evangelical Press 1989 pp.247.

[9] Packer, J.I., Ensayo Introductorio a muerte de la muerte por Juan Owen Banner of Truth, pp.9

[10]  Ibid, pp 10

[11] John, Kenneth. Election: Love before time. Presbyterian and Reformed Publishing Co. pp.86