Las distinciones entre ancianos docentes 

y ancianos gobernantes

 



Segœn las normas 
de la Iglesia Presbiteriana de las AmŽricas (PCA)

por

Roger Smalling, D. Min

 

www. espanol.visionreal.info/

 


 

 

 

Introducci—n

      El prop—sito de esta tesis es apoyar de la Biblia las distinciones presbiterianas tradicionales entre los ancianos docentes  y gobernantes. Todos estamos de acuerdo que el tŽrmino anciano se refiere a una clase de l’der. La pregunta es si dos oficios de anciano existen dentro de una clase, o si algunas distinciones son meramente descriptivas de diferentes funciones.

El asunto tiene consecuencias pr‡cticas, que ha llevado m‡s all‡ de una divisi—n teol—gica. ÀQuiŽn tiene autoridad para administrar la Palabra y los sacramentos a una congregaci—n local? ÀA quiŽn es delegada la funci—n de discipular la iglesia local y llevarla a la completa obediencia a Cristo? ÀTiene un oficio el derecho de gobernar al otro?

En su lugar, esto justificar‡ las medidas tradicionales que los presbiterianos han tomado para asegurar la continuaci—n de estas distinciones.

En esta tesis, demostrarŽ de la Escritura tres proposiciones l—gicas:

Existe una clase de anciano con dos ordenes de oficiales:
anciano docente y anciano gobernante. Aunque ellos tienen ciertas funciones que se superponen, sus llamados y ordenaciones son diferentes. Las dos ordenes de oficiales son iguales en autoridad gubernamental en las cortes de la iglesia. El uno no gobierna sobre el otro.

Este concepto es llamado paridad dentro de los c’rculos presbiterianos.

Al anciano docente solo es delegada la autoridad de predicar y ense–ar la Palabra a la congregaci—n, y administrar los sacramentos. Estos tienen la responsabilidad de pastorear y discipular a todos los miembros de la congregaci—n, incluyendo a los ancianos gobernantes.


Procedimiento

ProcederŽ mostrando primero cual es la posici—n de la PCA en estos puntos en la Parte Uno, siguiendo en la Parte Dos con justificaciones escriturales. Esto sigue el patr—n de los Est‡ndares de Westminster, que establece lo que creemos, presentando a continuaci—n las evidencias escriturales.

La segunda parte clarifica que estas distinciones no son el producto de la tradici—n pero est‡n basadas en la continuidad de la Biblia, comenzando desde el tiempo de MoisŽs hasta las ep’stolas del Nuevo Testamento.


Parte uno

ÀCual es la posici—n PCA con respeto a estas tres proposiciones?

ÀSon diferentes los oficios de ancianos docentes y ancianos gobernantes?

A continuaci—n, se muestra un diagrama tomado de la PCA Position Digest Parte V,
p‡gina  456.

 

 

 

 

 

 

 

El diagrama indica que aunque hay una clase de oficio llamado anciano, no obstante los ancianos docentes  y gobernantes no son los mismos oficiales.


La declaraci—n oficial de la PCA es como sigue

Recomendaci—n no.1:

Que la Asamblea General afirma que la Escritura ense–a que en adici—n al oficio fundamental de todos los creyentes, hay tambiŽn clases especiales y perpetuas de oficios en la Iglesia, anciano y di‡cono, y que hay dentro de la clase de anciano dos —rdenes, docente y gobernante.
Adoptado, 7 Asamblea General, 1979.
Position Papers, Vol.5, P.457

Nuestros est‡ndares por consiguiente reconocen una clase de anciano, dividido en dos —rdenes: anciano gobernante y anciano docente. Un anciano gobernante no se convierte en un anciano docente meramente porque el ense–a una clase o da una prŽdica. Ni un anciano docente llega a ser un anciano gobernante porque el ejerce algunas funciones administrativas. La diferencia entre ellos no es una funci—n particular en un momento dado. Ellos pertenecen a —rdenes diferentes, segœn la posici—n mantenida por la PCA.

(Defensa escritural seguir‡ en la Parte Dos) 
ÀReconoce la PCA el concepto de paridad en el gobierno entre los dos oficios? Si.

Este diagrama representa el concepto de paridad gubernamental. Note que los dos oficios se superponen. Juntos, gobiernan la congregaci—n pero no se gobiernan el uno al otro. 1Timoteo 5:17

ÀQuiŽn tiene la autoridad para predicar la Palabra de Dios en los pœlpitos de la PCA?

El catecismo mayor establece:

Pregunta 158. ÀPor quiŽn debe ser predicada la Palabra de Dios?

Respuesta. La Palabra de Dios debe ser predicada por aquellos que est‡n dotados de las cualidades suficientes y aprobados de la manera debida para este oficio.

Aparece una ligera ambigŸedad en esta declaraci—n. Tradicionalmente, ha sido entendido que Westminster delega a los ancianos docentes  ordenados, aunque el tŽrmino pastor o ministro no se use. DespuŽs de todo, ÀQuŽ pasar’a si un anciano gobernante puede predicar mejor que un anciano docente cualquiera? La Asamblea PCA de 1979 responde:

Recomendaci—n no.4:

La Asamblea General reafirma la posici—n presbiteriana hist—rica expresada en LC 158, que nadie debe predicar el evangelio sino aquellos quienes son llamados y dotados de Dios; y por consiguiente solamente aquellos hombres que son ordenados o licenciados apropiadamente pueden predicar en los pœlpitos de la PCA; y que a los ancianos gobernantes se les permite y anima a renovar la pr‡ctica hist—rica de exhortar al pueblo de Dios. Adoptado, P. 457-458

Esta recomendaci—n se enlaza a la recomendaci—n No.5 que trata con la relaci—n del pastor con el consistorio. De esto vemos que la PCA considera el pœlpito como el dominio habitual del anciano docente, no obstante el anciano gobernante puede ejercer cualquiera de los dones ministeriales de exhortaci—n que el posea en otros dominios y circunstancias.

En la PCA, no es aceptada la pr‡ctica de programar dentro de la agenda de prŽdicas regulares de la iglesia, aquellos que no son ordenados como ancianos docentes .
ÀQuien tiene autoridad para administrar los sacramentos?

La Confesi—n de fe de Westminster afirma:

Solo hay dos sacramentos instituidos por Cristo nuestro Se–or en el evangelio; y son el Bautismo y la Cena del Se–or; ninguno de los cuales debe ser administrado sino por un ministro de la Palabra legalmente ordenado. Cap’tulo 27, Art.4.

Catecismo mayor

Pregunta 169. ÀDe quŽ manera mand— Cristo que fuesen dados y recibidos en el sacramento de la Cena del Se–or?

Respuesta. Cristo mand— que los ministros de la palabra, en la administraci—n del sacramento de la Cena del Se–or,...

Pregunta 176. ÀEn quŽ son semejantes el sacramento del Bautismo y el de la Cena del Se–or?

Respuesta. ... ambos son sellos del mismo pacto, deben ser administrados por ministros del evangelio y no por otras personas;...

Considerando esto, est‡ claro que la posici—n de los Est‡ndares de Westminster es que los ministros del evangelio y s—lo estos, tienen la autoridad para ministrar los sacramentos en nuestras iglesias.

La declaraci—n oficial de la PCA es como sigue:

Recomendaci—n no. 8:

La Asamblea General afirma que de acuerdo con los Est‡ndares Confesionales de la Iglesia, solamente ancianos docentes  ordenados legalmente pueden administrar los sacramentos.
Adoptado, 7th Asamblea General, 1979
Position Papers, Vol.5, P.461

Como justificaci—n para esta recomendaci—n, el comitŽ hizo dos se–alamientos:

Si la PCA quisiera hacer cambios mayores en cuanto a que los ancianos gobernantes administren los sacramentos ser’a necesario mayores cambios en los est‡ndares confesionales. Aunque los est‡ndares no deben ser puestos sobre la Escritura como una regla de fe y pr‡ctica, sin embargo hemos dado un fuerte testimonio de su validez y veracidad frente a las Escrituras y los cambios s—lo podr’an hacerse cuando haya una clara y grande evidencia de que b’blicamente est‡n errados. No encontramos tal evidencia en el caso de la administraci—n de los sacramentos. Position Papers, Vol.5, P.460


Es de notar aqu’ que el ComitŽ consider— que el peso de la prueba est‡ en aquellos que se oponen a nuestros est‡ndares, para que prueben lo contrario, en lugar de que el ComitŽ pruebe la validez de los mismos. Luego el comitŽ a–ade:

La administraci—n de los sacramentos, por su propia naturaleza, es un ejemplo de la proclamaci—n de la Palabra de Dios y ... deber’a ser realizada s—lo conjuntamente con la predicaci—n de la Palabra.
Position Papers, Vol.5, P.460

En el contexto, el comitŽ al reconocer que solamente los ancianos docentes  tienen autoridad para proclamar la Palabra regularmente desde el pœlpito, entonces, por necesidad l—gica, solamente estos tienen la autoridad para administrar los sacramentos, que la Palabra autoriza.



ÀCuantas ordenaciones?

ÀReconoce la PCA una sola ordenaci—n para el oficio de anciano, o reconoce dos ordenaciones, una para los ancianos docentes  y otra para los ancianos gobernantes?

La declaraci—n oficial de la PCA dice como sigue:

Recomendaci—n no.7:

Nosotros afirmamos que la ordenaci—n de ancianos es para una orden particular al interior de la clase de ancianos, sea para el anciano docente o para el anciano gobernante. Ambas —rdenes de ancianos incluyen ciertas funciones las cuales est‡n descritas en la Escritura, ... {aqu’ sigue una lista larga y tediosa} ... Adicionalmente, la orden de anciano docente incluye la funci—n de la predica pœblica de la palabra y la administraci—n de los sacramentos; adem‡s de ciertas cosas requeridas en los patrones contempor‡neos de la vida de la iglesia como son oficiaci—n de las ceremonias de matrimonios y funerales. Adoptado, SŽptimo Asamblea General 1979 Position Papers, Vol.5, P.459-460

La PCA reconoce dos ordenaciones diferentes, porque el oficio del anciano docente incluye funciones que el de anciano gobernante no contempla. La diferencia entre las dos no est‡ solamente en realizar la funci—n particular de administrar la Palabra y los sacramentos. Es un llamado y ordenaci—n para realizar estas funciones.

ÀCu‡l es la posici—n de la PCA en relaci—n a la igualdad de votantes?

La declaraci—n oficial de la PCA dice lo siguiente:

Recomendaci—n no.5, Punto A3:

Las cortes de la iglesia que estŽn sobre el nivel del consistorio buscan expresar la paridad con un balance numŽrico entre los ancianos docentes y gobernantes. A nivel del consistorio usualmente hay s—lo un anciano docente, o a lo m‡s unos pocos, frente a un nœmero m‡s grande de ancianos gobernantes. Ayuda a preservar la paridad d‡ndole la moderaci—n a uno de la minor’a de ancianos docentes. Adoptado, Asamblea General, 1979, Position Papers, P.458

La recomendaci—n no.5 es una larga y tediosa respuesta a una sugerencia hecha por una Iglesia en la Florida en la que dec’a que un anciano gobernante pod’a moderar el consistorio en vez de que el pastor sea autom‡ticamente el moderador del consistorio. La recomendaci—n reafirma la practica en la PCA de que el pastor es el moderador y rechaza la sugerencia de la iglesia de la Florida. Debido a que la resoluci—n es bastante larga, resumimos las razones a continuaci—n:

1.    El Concilio de JerusalŽn de Hechos 15, estuvo presidido por un anciano docente. Este es el precedente b’blico.

2.   La pr‡ctica general de las iglesias desde el tiempo de los ap—stoles ha sido que las iglesias locales estŽn presididas por sus ministros. Se ha demostrado que esto es beneficioso.

3.   Cualquier otra cosa ser’a un rompimiento de la pr‡ctica reformada de 400 a–os.

4.   Esta pr‡ctica ayuda a guardar la paridad debido a que los ancianos docentes, normalmente, son la minor’a en el consistorio.



5.    Debido a que el anciano docente es un miembro del presbiterio, su conexi—n con el mismo ayuda a fortalecer los lazos de unidad entre la iglesia local y el presbiterio.

6.   Cuando el anciano docente no es el moderador del consistorio, entonces puede haber el peligro de que este sea considerado como un mero secretario en lugar de un Ministro de la Palabra.

La introducci—n a la recomendaci—n tambiŽn menciona que cuando una iglesia elige un pastor, ellos le est‡n eligiendo, de manera autom‡tica, como el moderador del consistorio.

Se puede entonces deducir que la PCA se esfuerza en preservar la paridad en la representaci—n al interior de las cortes. En los casos en que la paridad no se puede alcanzar, se aconseja que otras formas administrativas sean implementadas para conseguir la paridad.

Ha sido dicho por algunos que la posici—n de la PCA en relaci—n a estos puntos es mera tradici—n. ÀTienen estas posiciones un precedente hist—rico anterior al de Norte AmŽrica?

Aunque la tradici—n no es autoritativa, ella tiene valor en cuanto revela la verdadera naturaleza de la historia y pr‡ctica de la reforma. Si la posici—n de la PCA est‡ de acuerdo con la pr‡ctica reformada a travŽs del tiempo, entonces los misioneros norteamericanos no han ense–ado su cultura.

Las citas a continuaci—n viene de las Confesiones de Fe de varias culturas y lenguas, que se remontan al siglo XVI. Nuevamente, reconocemos que la tradici—n no es autoritativa. La Biblia es autoritativa. Ellas tampoco son referencias de una cultura. Una revisi—n de la historia puede dar un sentido de cautela a aquellos que podr’an desviarse de la norma establecida.

Observe las citas siguientes de confesiones reformadas antiguas, cuyas fechas se anexan:

Confesi—n HelvŽtica: 1536
... que los misterios de las Escrituras sean diariamente expuestos y explicados por ministros calificados...

Art’culos de Lausana, Suiza: 1536
Dicha Iglesia no reconoce otro ministro excepto a aquel que predica la Palabra de Dios y administra los sacramentos.

La Confesi—n de Ginebra, 1536 por Juan Calvino
Nosotros no reconocemos a otros pastores en la Iglesia sino a los pastores fieles de la Palabra de Dios, que alimentan las ovejas de Jesucristo....

Nosotros creemos que los Ministros de la Palabra de Dios y los ancianos y Di‡conos, deben ser elegidos a sus respectivos oficios mediante una elecci—n legal de la Iglesia.... 


Confesi—n de Fe Francesa: 1559
...nosotros creemos que el orden de la Iglesia, establecido por su autoridad, debe ser sagrado e inviolable, y que, por lo tanto, la Iglesia no puede existir sin pastores para la instrucci—n, a quienes debemos respetar y escuchar reverentemente, cuando ellos han sido llamados de manera apropiada y ejercen su oficio fielmente.

Las pr‡cticas de la PCA tienen su origen en un movimiento transcultural hace 400 a–os, conocido como la reforma.

Parte dos

Evidencias escriturales para las posiciones de la PCA

ÀEs correcto usar el Antiguo Testamento como una gu’a para la eclesiolog’a del Nuevo Testamento? No es solamente correcto, es obligatorio segœn el ap—stol Pablo:

ÀNo sabŽis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? As’ tambiŽn orden— el Se–or a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. 1Corintios 9:13,14

Pablo arguye por el mantenimiento a tiempo completo de los ministros del Nuevo Testamento sobre las bases de sus contrapartes del Antiguo Testamento, los sacerdotes. El ve el servicio sacerdotal en el altar como un prototipo del ministro del evangelio. Como el sacerdote viv’a exclusivamente de este servicio por un especial llamado de Dios, as’ los ministros del Nuevo Testamento tienen que vivir exclusivamente de la predicaci—n del evangelio.

Pablo, usando este argumento, revela que considera leg’timo aplicar los principios generales del Antiguo Testamento como el patr—n para la eclesiolog’a del Nuevo Testamento. Su uso de una pregunta ret—rica demuestra que Pablo considera la respuesta obvia. Pablo habla a los Cristianos como si ellos deben saber estas cosas de su conocimiento del Antiguo Testamento.

Como los sacerdotes del Antiguo Testamento, este es un llamado para el ministerio del evangelio que no viene a todo el mundo.

Y nadie toma para s’ esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aar—n. Hebreos 5:4

Pablo declara que los sacerdotes del Antiguo Testamento fueron prototipos de lo que los ministros del Nuevo Testamento predicar’an. El argumento de Pablo en 1Corintios9 llega a ser significativo si la eclesiolog’a del Nuevo Testamento sigue el patr—n del Antiguo Testamento.

Pablo no animar’a a los ancianos gobernantes a renunciar a sus ocupaciones seculares para predicar a tiempo completo. Su concepto apoya el punto de vista de dos oficiales con distintos llamados y ordenaciones.

De igual forma, en Romanos 15:16 Pablo usa la terminolog’a del Antiguo Testamento para describir su servicio como un predicador del evangelio:

Épara ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Esp’ritu Santo.

La palabra ministro aqu’ es letargos y la palabra ministrando es hierourgeo. Ambas palabras se refieren al ministerio de los sacerdotes en el Antiguo Testamento

Hemos establecido dos factores de estos textos

La eclesiolog’a del Nuevo Testamento est‡ basada en los patrones del Antiguo Testamento. No somos libres, por tanto, para interpretar la eclesiolog’a del Nuevo Testamento sin referencia a los principios generales del Antiguo Testamento.


Ambos Testamentos indican, como Pablo demuestra, que algunos son llamados para el ministerio de la Palabra y los sacramentos y algunos no. Aquellos que son llamados, son llamados a tiempo completo como regla.

ÀSomos libres de limitar nuestro entendimiento de la eclesiolog’a al Nuevo Testamento solamente?

Definitivamente que no. La hermenŽutica reformada examina la continuidad de la Biblia como un todo. Si estamos de acuerdo que el Nuevo Testamento tiene autoridad sobre el Antiguo Testamento como la revelaci—n final, no obstante, si algo parece contradecir el principio de continuidad, algo est‡ equivocado y necesitamos regresar y revisarlo de nuevo. Nuestras conclusiones deben siempre ser cumplimientos del Antiguo Testamento, no negaciones.

Este punto de vista global de la Escritura, al tratar con preguntas de eclesiolog’a, no es nuestra propia interpretaci—n moderna. Los autores de Westminster, en su folleto, La Forma de gobierno eclesi‡stico establecen:

De la misma manera que hubieron ancianos del pueblo junto a los sacerdotes y levitas en la iglesia jud’as para su gobierno, de la misma manera Cristo, quien instituy— el gobierno de la iglesia y los gobernantes eclesi‡sticos, El suministr— algunos en su iglesia adem‡s de los ministros de la palabra, con dones para el gobierno y con la comisi—n de ejercerla cuando sean llamados para hacerlo, quienes deben juntarse con el ministro en el gobierno de la iglesia. A quienes en las iglesias reformadas comœnmente se les llama ancianos. P.402. Citado en el PCA Digest, Vol.5, P.476

Precedentes en el Antiguo Testamento 


ÀVemos dos oficios de liderazgo espiritual en el Antiguo Testamento?

Si.

Antes de avanzar, aclaremos un punto. Se ha dicho que los ancianos de Israel fueron meros pol’ticos, autoridades civiles y gobernadores, no l’deres espirituales. Ambos Testamentos, sin embargo, hacen una distinci—n entre los ancianos de Israel y los l’deres de Israel.

En el Antiguo Testamento:

É Y Jehœ escribi— cartas y las envi— a Samaria a los principales de Jezreel, a los ancianos É 2Reyes 10:18  

É conforme al acuerdo de los pr’ncipes y de los anciano É Esdras 10:

Cumplimientos en el Nuevo Testamento

É se reunieron en JerusalŽn los gobernantes, los ancianos y los escribas É  Hechos 4:5

Entonces Pedro, lleno del Esp’ritu Santo, les dijo: gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel É Hechos 4:8

Principio uno

Dos oficios de liderazgo espiritual relacionados existieron desde el principio.

Entonces Jehov‡ dijo a MoisŽs: Reœneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tu sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y traelos a la puerta del tabern‡culo de reuni—n, y esperen all’ contigo. Nœmeros 11:16

Y sali— MoisŽs y dijo al pueblo las palabras de Jehov‡; y reuni— a los setenta varones de los ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabern‡culo. 25 Entonces Jehov‡ descendi— en la nube, y le habl—; y tom— del esp’ritu que estaba en Žl, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando pos— sobre ellos el esp’ritu, profetizaron y no cesaron. Nœmeros 11:24,25

Note aqu’ lo siguiente:

á      Tanto el sacerdote (MoisŽs) como los ancianos se gozaron con el mismo Esp’ritu de Dios y sus manifestaciones.


á      Ambos compart’an la autoridad sobre la congregaci—n. Pero el sacerdote reten’a para s’ las funciones sacramentales.

Este texto muestra que el rol de los ancianos era una funci—n espiritual, no solo un nombramiento pol’tico. Sin embargo, su participaci—n espiritual nunca se la mir— como equivalente para la afiliaci—n de los ministerios en las funciones del sacerdote.



Principio dos

La Palabra de Dios fue delegada a ambos tipos de l’deres, primero a los sacerdotes (aquellos con autoridad sacramental) luego a los ancianos del pueblo.

Y escribi— MoisŽs esta ley, y la dio a los sacerdotes hijos de Lev’, que llevaban el arca del pacto de Jehov‡, y a todos los ancianos de Israel. Deut 31:9

Entonces vino MoisŽs, y llam— a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehov‡ le hab’a mandado. ƒxodo 19:7

Principio tres

Los ancianos participaban en funciones sacramentales, bajo la autoridad y liderazgo de los sacerdotes. Pero estos oficios y funciones nunca fueron confundidos.

Si toda la congregaci—n de Israel hubiere errado, y el yerro estuviere oculto a los ojos del pueblo, y hubieren hecho algo contra alguno de los mandamientos de Jehov‡ en cosas que no se han de hacer, y fueren culpables;

Luego que llegue a ser conocido el pecado que cometieren, la congregaci—n ofrecer‡ un becerro por expiaci—n, y lo traer‡n delante del tabern‡culo de reuni—n 15 Y los ancianos de la congregaci—n pondr‡n sus manos sobre la cabeza del becerro delante de Jehov‡, y en presencia de Jehov‡ degollar‡n aquel becerro en el tabern‡culo de reuni—n 17 y mojar‡ el sacerdote su dedo en la misma sangre, y rociar‡ siete veces delante de Jehov‡ hacia el velo. Lev’tico 4:13-17

Note que los ancianos participaban en el proceso, pero el sacerdote ofrec’a la sangre. Por consiguiente, los ancianos participaban en un forma que la gente comœn no pod’a. Esto, sin embargo, no causaba ninguna confusi—n entre el anciano y el sacerdote. Ningœn anciano pensaba que el ten’a autoridad sacramental debido a esto.

Principio cuatro

Los ancianos eran principalmente representantes del pueblo. Esto es demostrado en ambos testamentos por el repetido tŽrmino ancianos del pueblo. (ƒxodo 19:7; Nœmeros 11:16 y 11:24; Jerem’as 19:1; Mateo 21:23, 26:3, 26:47 y 27:1; Lucas 22:66)

Conclusion

á      Hubo una congregaci—n.

á      Hubo una categor’a de oficiales oficiando en los altares cuya funci—n fue proclamar la Palabra de Dios al pueblo y ofrecer sacrificios, por ejemplo los sacramentos. Estos representaban a Dios para el pueblo.

á      Hubo una categor’a de oficiales ayudando a los superiores, cuya funci—n principal fue gobernar.

á      Hubo algunas superposiciones de ambas participaciones gubernamental y sacerdotal pero las distinciones entre las dos clases de oficiales nunca fueron confundidas.

Note tambiŽn que no puede ser argŸido que los ancianos eran meramente oficiales gubernamentales de la naci—n y que no hay correspondencia entre estos y los ancianos del Nuevo Testamentos, porque:


1.    Ellos fueron bautizados en el mismo Esp’ritu que MoisŽs. Por tanto, su llamado era un llamado espiritual de Dios.


2.   A ellos tambiŽn les fue delegado salvaguardar la Palabra de Dios.


3.   Ellos ten’an un derecho limitado para participar en el ofrecimiento de los sacrificios.

Por tanto, los ancianos del Antiguo Testamento que cooperaban con los l’deres espirituales para gobernar al pueblo, podr’an ser considerados muy apropiadamente como ancianos gobernantes.

Los Jud’os conservaron esto a travŽs de los tiempos del Nuevo Testamento. Note el siguiente texto de Lucas 22:66,

Cuando era de d’a, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le trajeron al concilio, diciendo É

Este vers’culo es interesante porque es uno de tres en el cual la palabra griega presbiterion ocurre en el Nuevo Testamento. Una traducci—n literal ser’a: Y al mediod’a, el presbiterio del pueblo se reuni—, ambos, sacerdotes y escribas y le trajeron al concilio.

Note aqu’ que la palabra presbiterio es definida como un cuerpo compuesto de sacerdotes (aquellos con funciones sacramentales), acompa–ados por los escribas, (aquellos sin tales funciones).

Obviamente este presbiterio no era uno cristiano. No obstante, refleja la continuidad a travŽs de la Biblia de un concepto general de gobierno que los ap—stoles adoptaron despuŽs.

Conclusi—n: Vemos de estos textos que existi— una categor’a de l’deres espirituales en el Antiguo Testamento, llamados sacerdotes, que oficiaban en el altar, proclamaban la Palabra por medio de prototipos, y ofrec’an sacrificios. TambiŽn existi— otra categor’a de l’deres espirituales, que ten’an funciones gubernamentales, pero no eran pol’ticos. Su oficio era espiritual en naturaleza y participaban a veces con los sacerdotes en funciones sacramentales.

Evidencias neotestamentarias

Primera evidencia

El patr—n en 1Timoteo 5:17,

Los ancianos que gobiernen bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y ense–ar.

Note del contexto y el vers’culo los siguientes hechos:

á      Hay una congregaci—n.

á      Hay oficiales cuya funci—n principal es trabajar en la predicaci—n y ense–anza de la Palabra, aunque ellos tambiŽn gobiernan. Por extensi—n l—gica, esto debe incluir tambiŽn los sacramentos, puesto que la Palabra es la que autoriza los sacramentos.

á      Hay oficiales cuya funci—n principal es gobernar, y no trabajan mayormente en la predicaci—n y ense–anza de la Palabra. Por extensi—n l—gica, esto debe tambiŽn excluir las funciones sacramentales.

á      Hay una clara superposici—n en la forma en que el texto utiliza las palabras.

ÀCu‡l precisamente es la diferencia entre esto y el patr—n del Antiguo Testamento? Muy poco en principio. Puesto que all’ aparece una continuidad de gobierno entre los dos testamentos, estamos justificados en aplicar los mismos principios. Esto aclara la ambigŸedad en 1Timoteo 5:17, as’ como la continuidad del Pacto aclara la ambigŸedad en el Nuevo Testamento con respecto a los sacramentos.

Segunda evidencia

El uso de la palabra ministro en las Escrituras

Un estudio de este tŽrmino a travŽs de las Escrituras es complejo puesto que traduce varias palabras griegas y hebreas. Estas palabras tienen varios usos, muchos de los cuales son figurativos.

Cuando es usado en el Antiguo Testamento en referencia a ministrar la Palabra al pueblo, est‡ en conexi—n con los sacerdotes. Los dos tŽrminos, ministro y sacerdote son usados juntos 41 veces en el Antiguo Testamento. Textos ejemplos son:

... y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros. Jerem’as 33:21

É lloren los sacerdotes, ministros de Jehov‡ É Joel 2:17 

En el Nuevo Testamento, el tŽrmino se asocia frecuentemente con cualquiera de aquellos oficios en Efesios 4:11 asociado con ministraci—n y discipulado del Cuerpo de Cristo. Ejemplos:

Ap—stoles: Épara que tome la parte de este ministerio y apostolado... Hch.1:25

É y nosotros persistiremos en la oraci—n y en el ministerio de la palabra. Hechos 6:4

Pastores: (Note que Timoteo era un pastor. Por eso Primera y Segunda de Timoteo son llamadas  Òcartas pastoralesÓ).

É y enviamos a nuestro hermano Timoteo, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe. 1Tesalonicenses  3:2

Si esto ense–as a los hermanos, ser‡s buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. 1Timoteo  4:6

Conclusi—n: Ambos Testamentos sostienen una distinci—n con respecto a aquellos llamados para predicar la Palabra de Dios al pueblo versus cualquier otro oficio eclesi‡stico.

Tercera evidencia

Timoteo, pastor organizador

En 1Timoteo 3, vemos las calificaciones del car‡cter para los ancianos. ÀC—mo explicamos que en este texto no existe distinci—n entre ancianos gobernantes y docentes?

Esta pregunta surge de un error en comprender la naturaleza de las Ep’stolas pastorales. Recordemos quien era Timoteo y que estaba haciendo.

Timoteo era un pastor organizador, enviado por Pablo a poner las iglesias en orden. Vemos esto en los siguientes textos:

Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Se–or, el cual os recordar‡ mi proceder en Cristo, de la manera que ense–o en todas partes y en todas las iglesias. 1Corintios4:17

É y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe. 1Tesalonicenses 3:2

Observe estos puntos claves:

Timoteo era un ministro. 
Es llamado servidor de Dios en 1Tesalonicenses 3:2.
Hab’a sido ordenado por un presbiterio en 1Timoteo 4:14.
El hab’a sido enviado por Pablo para confirmar en la fe a las iglesias que Pablo hab’a dejado. (1Corintios 4:17)
Hab’a sido instruido para encontrar hombres fieles capases de ense–ar a otros. (2Timoteo 4:2)
El ten’a autoridad para ordenar ancianos. (1Timoteo 5:22)

A partir de estos puntos deducimos que las ep’stolas de Timoteo son instrucciones a un pastor joven sobre como organizar una iglesia. En el Cap’tulo 3, Pablo le da a Timoteo algunas calificaciones del car‡cter para los ancianos. Es posible, por tanto, que cuando Pablo escribi— este cap’tulo, estuviera pensando principalmente en los ancianos gobernantes.

Esto puede explicar el uso de obispado en el vers’culo uno en lugar de maestro o pastor: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. El tŽrmino obispo aqu’ es episkopos, que significa ÒobispadoÓ o ÒsupervisorÓ. Supervisi—n es principalmente una funci—n gubernamental.
Note tambiŽn el uso de apto para ense–ar en el verso 2. Un anciano gobernante debe ser m‡s que apto para ense–ar. El debe ser un maestro, capaz de refutar, reprender a sus oponentes y defender la sana doctrina con eficacia, (1Timoteo 1:9).

Esto requiere un buen manejo de argumentos y herramientas did‡cticas, lo cual no es mencionado en el cap’tulo tres. Pero se mencionan en todas partes en las ep’stolas, dirigidas a Timoteo, un ministro ordenado.

Observe tambiŽn que en 2Timoteo 2:2, Pablo le dice a Timoteo que encuentre hombres fieles que puedan ense–ar a otros. Es improbable que Pablo se pase a los ancianos gobernantes en esto, si ellos exist’an. Aparentemente Pablo estaba instruyendo a Timoteo como formar su consistorio.

Si es as’, se hace verdaderamente dif’cil tomar cualquier texto de las cartas pastorales para defender la posici—n de un solo oficio.

Evidencia cuatro

La funci—n de discipular del pastor-maestro en Efesios 4:11-16.

En este texto, vemos tanto los t’tulos y funciones de los ministros de la Palabra. La sentencia larga en vers’culos 12-16 describe las metas de su ministerio hacia todos los cristianos. Estas son: equipar cristianos para el ministerio, ense–arles el conocimiento del hijo de Dios, madurarlos en Cristo, afirmarlos en sana doctrina y en general, llevarlos al crecimiento.

La palabra discipular resume todo esto. Los medios por los cuales ellos lo hacen es la ense–anza de la Palabra.

Note que el anciano gobernante no es mencionado en este texto. Si lo fuera, tendr’amos una contradicci—n porque ninguno de nosotros creemos que el ministerio de la ense–anza es la funci—n principal de los ancianos gobernantes.

Esto en cambio sugiere un distinci—n entre los dos oficios, la cual es una diferencia de oficio, mas bien que una mera coincidencia de funci—n.

En el vers’culos 10-12, vemos que Cristo ha dado dones a los hombres. ÀCu‡les son estos dones? Son los hombres del vers’culo 11 que Cristo ha dado a la iglesia para llevarlos a la madurez.

Esto no puede l—gicamente ser dicho de la misma forma de todos los oficiales de la iglesia. De otra manera, todos ser’amos maestros.


Dunckerley expresa esto con gran claridad.

No es simplemente que Žl da a algunos hombres los dones para funcionar como ap—stoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Es que los hombres que son ap—stoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros son dados a la iglesia para ministrar la Palabra y equipar a los santos para otras formas de ministerio.
Position Papers, Vol.5, P.484.



ÀQuiŽnes deben ser discipulados? Todos los miembros del cuerpo de Cristo, incluyendo los ancianos gobernantes. En este texto de Efesios, vemos que nadie es excluido. La posesi—n de un t’tulo eclesi‡stico no exime a nadie de la congregaci—n de ser discipulado.

A partir del texto de Efesios solamente, deducimos una distinci—n no solamente de funci—n sino tambiŽn de oficio entre ancianos.

Quinta evidencia

Maestros y administradores, 1Corintios 12:28

Dios ha puesto en la iglesia primeramente ap—stoles, segundo profetas, tercero maestros, luego los que hacen milagros, despuŽs los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. 1Corintios12:28

Pablo pone oficiales y dones en un orden espec’fico, basado en la importancia del don con respecto a la edificaci—n de la iglesia. De ninguna manera esto contradice el concepto de paridad de voz y voto en las cortes de la iglesia. Pablo est‡ hablando sobre la edificaci—n del cuerpo de Cristo, no de la relaci—n entre los oficiales en tŽrminos de gobierno.

Observe que el tercer don ministerial en la iglesia es el de ser maestro. Dif’cilmente se podr’a argŸir que los pastores no est‡n incluidos, puesto que ya hemos visto que el tŽrmino pastor est‡ enlazado inseparablemente con maestro en Efesios 4:11, como un solo oficio.

Siguiendo en 1Corintios 12:28, m‡s abajo, leemos los que administran. Esto debe incluir ancianos gobernantes, puesto que la administraci—n es su funci—n.
Por consiguiente, este texto sostiene una distinci—n entre los dos oficiales por listado y enumeraci—n de los mismos.

Nota importante: Usando este texto no se intenta apoyar la noci—n Episcopal que el anciano docente es superior a los otros ancianos en autoridad gubernamental. No es as’. Se intenta demostrar la distinci—n, no inherente a la superioridad personal. Podemos solamente especular los motivos que tuvo Pablo para poner la lista en esta forma. Quiz‡ fue porque el funcionamiento correcto de los otros dones debe estar basado en la Palabra, ense–ada sanamente.

Conclusi—n

Ha sido demostrado por las Escrituras en la secci—n de arriba que existe en ambos Testamentos una categor’a de l’deres espirituales para quienes la Palabra de Dios ha sido especialmente delegada, a fin de ministrarla al pueblo de Dios. Puesto que este es su llamado y ministerio, en el Antiguo Testamento estos son llamados sacerdotes y profetas y en el Nuevo Testamento, son llamados pastores-maestros. Efesios 4:11-16 8

Parte tres

Preguntas y respuestas generales

La funci—n de discipulador del pastor-maestro, junto con su funci—n exclusiva de administrador de la Palabra y los sacramentos, ÀLo hace superior en rango a los ancianos gobernantes? No.

No se puede encontrar ni un solo escritor presbiteriano que asegure que estas funciones hagan superior en rango al anciano docente, en tŽrminos de autoridad gubernamental. Cuando los escritores de la PCA afirman consistentemente la exclusividad de la funci—n sacramental del anciano docente, son muy cuidadosos de asegurar la paridad de los ancianos gobernantes en tŽrminos de la administraci—n de la iglesia.

Segœn el pensamiento episcopal, la funci—n de discipulador autom‡ticamente asume una superioridad en rango. Esto puede parecer natural para algunas personas, pero es una conclusi—n no racional. ÀPor quŽ la habilidad de ense–ar, conceder’a a una persona, mayor voz y voto que una que no ejerce la ense–anza? Ningœn escritor de la PCA asume una superioridad gubernamental bas‡ndose en la autoridad para ministrar la Palabra y los sacramentos.

Por consiguiente, asegurar la autoridad espiritual de los ancianos docentes  en lo que respecta a discipular, predicar, ense–ar o administrar los sacramentos no es, en ningœn sentido de la palabra, una afirmaci—n episcopal. No hay raz—n para asumir que reconocer tal autoridad debe necesariamente llevar a una forma de jer‡quica.

Observe el Diagrama 2:


Este diagrama representa el concepto de paridad gubernamental. F’jese que los dos oficios se superponen. Juntos, gobiernan la congregaci—n, pero no se gobiernan el uno al otro.

Ahora observe el diagrama 3:


En este diagrama, notamos que los ancianos gobernantes son objetos del ministerio de los ancianos docentes  porque ellos tambiŽn son miembros de la congregaci—n. Observe que los ancianos docentes  tienen esta relaci—n con los ancianos gobernantes, no debido a una superioridad en rango sino porque los ancianos gobernantes son miembros de la congregaci—n.

ÀQuŽ pasa si los ancianos gobernantes rehœsan aceptar o reconocer que deben ser discipulados por los ancianos docentes?

El ministerio de los ancianos docentes  puede ser estorbado en perjuicio no solo de la congregaci—n, sino de los ancianos gobernantes tambiŽn. Esto pasa si los ancianos gobernantes se confunden e imaginan que el concepto de paridad gubernamental significa que ellos no necesitan ser discipulados por los ancianos docentes.

 

Est‡ muy claro en ciertos textos que los ancianos gobernantes tambiŽn tienen una relaci—n pastoral con la congregaci—n. ÀNo apoya esto el punto de vista de que son iguales a los ancianos docentes  y que tambiŽn son pastores? No.

Este es un error l—gico. La palabra pastor, la cual significa apacentador es usada en Efesios 4:11 con el t’tulo de pastor-maestro. Entonces vemos en Hechos 20:28 que la palabra apacentar es la forma verbal del nombre apacentador. Esto parecer’a apoyar a la opini—n mencionada arriba.

Una falacia aparece aqu’. El mero hecho de que hay superposici—n dentro de las funciones de los dos oficios, no prueba nada. Ejemplo: Pedro se llam— a si mismo un anciano mientras se dirig’a a los ancianos en 1Pedro 5:1. Sin embargo Pedro era ap—stol ÀDebemos concluir de esto que los ancianos son todos ap—stoles? ÀO que no hay distinci—n entre ap—stol y anciano?

ÀCu‡l es la autoridad Escritural por la cual la Confesi—n de fe de Westminster asegura que solamente ministros ordenados pueden administrar los sacramentos?

Este es uno de aquellos puntos sobre los cuales la Confesi—n dice que es una consecuencia necesaria É deducida de las Escrituras. No existe ningœn texto que solamente los ancianos docentes  administren los sacramentos. Pero la naturaleza de su ministerio fuerza esta deducci—n.

Note los prototipos del sacerdote en el Antiguo Testamento. A estos solo fueron dadas las funciones combinadas de proclamar la ley y administrar los sacrificios, los cuales eran prototipos del ministerio del Nuevo Testamento, como el ap—stol Pablo mencion— en 1Corintios 9.

Estas dos funciones est‡n unidas inseparablemente. La administraci—n de la ley significaba tambiŽn administrar los sacrificios.

De la misma forma, para ciertos oficios del Nuevo Testamento es delegada la ministraci—n de la Palabra de Dios al Pueblo. Pero la misma Palabra no puede ser ministrada sin tambiŽn administrar los sacramentos porque los dos est‡n inseparablemente unidos.

La conclusi—n es forzada.

ÀEn quŽ apoyo escritural se basa la PCA para afirmar que los dos oficios tienen diferentes ordenaciones?

Tenemos aqu’ otra consecuencia necesaria, es decir una situaci—n en que ninguna declaraci—n existe en la Biblia, pero en que la conclusi—n sigue inevitablemente de factores mencionadas en las Escrituras.

Los sacerdotes en el Antiguo Testamento recibieron una ordenaci—n especial, distinta de la de los profetas y ancianos. En Nœmeros 8, vemos la prescripci—n para la ordenaci—n de los sacerdotes.

Conclusi—n

La continuidad de ambos Testamentos demuestra que los dos oficios siempre han existido dentro de una clase de anciano: Docentes y gobernantes. Existe una superposici—n de funciones ocurre dentro de los dos oficios. Ambos tienen autoridad gubernamental en comœn, pero solo los ancianos docentes  ministran la Palabra de Dios y los sacramentos. Los ancianos docentes  usan estas responsabilidades particulares para cumplir su rol de pastorear y discipulado al pueblo de Dios.

Este ensayo fue revisada y aprobada por los pastores del Presbiterio de Carolina del Oeste, junio 2000.

 

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